• Conocimiento del territorio parroquial.
• Sectorización.
• Escogencia de un sector.
• Lanzamiento de la misión en ese sector: publicidad (carteles, pasacalles, perifoneo, etc.).
• Envío de los Misioneros en una Eucaristía parroquial muy solemne.
• Visita puerta a puerta (insustituible).
• Invitación a Casas de Reunión (Casa A) para encuentros evangelizadores. Duración de estas casas: una semana.
• Clausura de la Misión: Domingo, en una reunión general, con testimonio de los misioneros y de los visitados.
• Invitación a Casas de Reunión (Casa B). Duración de estas casas: ocho semanas.

La etapa cero o de preparación tiene su culminación en el Retiro de Evangelización, comienzo a su vez de la etapa uno, la renovación de los tres sacramentos de iniciación (Bautismo, Confirmación y Eucaristía).

Una breve explicación de algunos de esto pasos del plan:

Escoger un sector de no más de 500 familias, no dividir urbanizaciones, barrios, hacer un centro sencillo.

La realizan los laicos que ya han pasado por el proceso de evangelización. El párroco debe haber hecho el proceso con su grupo de laicos. Se prepara con oración y ayuno de parte de los misioneros.

Un anuncio kerigmático en no más de 15 minutos. El objetivo de esta visita es “tocar” a las personas, hacer con ellas la oración que aparece en el volante que se les deja e invitarlos a asistir a la casa de reunión “A” más cercana. Es iniciar una pastoral personalizada: llegar a cada uno conociendo su nombre… Los misioneros deben ir debidamente identificados.

Es importante que para esa primera reunión de la Casa A el misionero invite, traiga a quienes “tocó” con el anuncio inicial. Esta casa dura una semana (de lunes a sábado): son los mismos temas del primer anuncio, tratados a partir de las citas bíblicas que aparecen en el volante entregado durante las visitas. Se da también un testimonio personal del misionero. La reunión no puede durar más de 45 o 50 minutos.

En un lugar abierto se realiza una celebración de la Palabra, se hace una síntesis del mensaje kerigmático y se escuchan algunos testimonios. Se les invita, finalmente a participar en las casas de reunión “B”.

Estas casas duran ocho semanas, reuniéndose una vez por semana. Hay que tener en cuenta que es necesario reestructurar la organización de las casas A, porque no todos pasan de las A a las B. Cuando se llega a la sexta semana se hace una especie de “escrutinio” para decidir quiénes están listos para el retiro de evangelización. A éstos se les entrega una ficha que deben llenar en sus casas.

Este tipo de casas funcionan permanentemente, por fuera de la misión. Está destinada a personas que después de pasar por las casas B aún no están listas para el retiro de evangelización, o por personas a quienes se les invita el proceso en momentos distintos a la misión.