Cuando el Papa emplea la expresión «nueva evangelización», ya sea en este documento14como también en otras ocasiones, se refiere a toda la acción evangelizadora de la Iglesia, para locual utiliza la misma terminología de los Papas que le han precedido. Insiste, por consiguiente, en el hecho de que la misión de la Iglesia se realiza en tres ámbitos distintos: en el ámbito de la pastoral ordinaria de la Iglesia para hacer arder el mensaje del Evangelio en el corazón de los creyentes; en
el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del Bautismo que viene a ser el ámbito preciso al cual se referían Juan Pablo II y Benedicto XVI cuando hablaban de nueva evangelización; y en el ámbito de la «missio ad gentes» para proclamar el Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado (EG 14). Sin embargo, a diferencia de sus predecesores, Francisco involucra esos tres ámbitos en la nueva evangelización, para recalcar, como
lo sugerían los padres sinodales, la permanente dimensión misionera que debe animar el cumplimiento de la tarea fundamental que Cristo confió a su Iglesia. Más aún, para Francisco «toda auténtica acción evangelizadora es siempre ‘nueva’», es decir, la evangelización siempre debe ser
realizada con el espíritu que anima lo que hoy llamamos «nueva evangelización» (EG11).
4. Temas centrales
Los temas que trata la Evangelii Gaudium son muchos y de diversa naturaleza, pero siempre con una orientación teológica y una mirada pastoral a lo largo de todo el documento. Un argumento sin embargo, que impregna toda la Exhortación de manera transversal es la invitación que hace el
Papa para una «conversión pastoral» (EG 25), invitación que ha provocado también no pocas incertidumbres. Esta conversión pastoral ha de poner a la «Iglesia en salida», esto es, que deje a un lado la comodidad y tenga el coraje de llegar a todas las periferias existenciales que están urgidas de la luz del Evangelio (EG 20). Por consiguiente, es una invitación a toda la comunidad eclesial para que incluya al pueblo, tome iniciativa, acompañe, festeje, vaya a buscar a los que se han alejado de la comunidad eclesial y que tenga amor por los últimos, por los pobres y por aquellos que descarta la sociedad y los abandona. Esto requiere que no nos encerremos en la parroquia, en los movimientos o con quienes piensan como nosotros las mismas cosas, pues cuando la Iglesia se cierra se enferma, se vuelve una Iglesia enferma. Es necesario que la Iglesia salga de sí misma, que salga a pesar de que pueda ‘accidentarse’. Por esto el Papa dice: «prefiero una Iglesia accidentada,
14 La Evangelii Gaudium utiliza la expresión «nueva evangelización» 10 veces en los numerales 14, 73, 120, 126, 198,
239, 260, 284, 287, 2887herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades» (EG 49). Para explicar mejor lo que significa la Iglesia en salida, utiliza un neologismo: primerear, con el cual expresa la necesidad de saberse adelantar,tomar la iniciativa sin miedo, brindar misericordia, involucrarse con el pueblo, buscar a los alejadosy llegar en la acción pastoral a «oler a oveja» (EG 24).
Aunque la expresión «conversión pastoral», se encuentra mencionada directamente solo dos veces (EG 25. 27), sin embargo enmarca muy bien todo lo que el Papa quiere para una renovación interna de la Iglesia, cuya primera exigencia no puede darse por supuesta: creer de corazón en la
Buena Nueva, es decir, creer en Él y seguirlo (EG 169) y creerle a Él que nos dice que el reino de
Dios está presente en el mundo y que se está desarrollando por doquier de diversas maneras
(EG 278). Esta conversión debe promover espacios y ocasiones para manifestar la misericordia de
Dios, involucrar a todos en el anuncio del Evangelio haciendo partícipes seriamente a los laicos en
la misión de la Iglesia, apoyándolos y acompañándolos sin manipulaciones o sometimientos, reformar aquellas estructuras caducas que se han convertido en obstáculo serio para la evangelización, cambiar de actitudes para atender los problemas de manera pro-activa. Esta conversión pastoral implica un diálogo con el mundo actual, mirándolo con empatía y sin temores, pues es una creación de Dios que Él mismo juzgó buena desde un principio, para escuchar sus gemidos y responder a los interrogantes existenciales que brotan hoy, sobre todo por parte de los jóvenes.
La nueva evangelización, por consiguiente, conlleva, por una parte, un espíritu misioneroque la anime y, por otra parte, un cambio de actitud de la Iglesia para salir, para buscar, par
“primerear” sin miedo y mantener siempre las puertas abierta, ya sea para salir de sí misma, como también para que puedan entrar los que están alejados. Esto supone creatividad, entusiasmo, generosidad, acompañamiento, escucha, solidaridad, preocupación por los otros, pero siempre sin perder de vista la esencia de su misión. Por esta razón el Papa tiene cuidado en indicar que «Desde el punto de vista de la evangelización, no sirven ni las propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los discursos y praxis sociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón» (EG 262). En este sentido tienen particular importancia las observaciones que presenta el documento referente a las tentaciones de los agentes de pastoral, que debemos tener muy en cuenta para que no perdamos el entusiasmo misionero, para que no nos dejemos llevar de manera ilusoria por el ambiente y ocultemos nuestra identidad cristiana, para que no actuemos como si Dios no existiera y lo excluyamos por completo de nuestra vida, para que no caigamos en el pesimismo y el desánimo, para que no intentemos trabajar en la Iglesia de manera aislada o sin una espiritualidad fundada en la Cruz (EG 76-109). Asimismo es necesario que hagamos lo posible para afrontar adecuadamente los desafíos del mundo contemporáneo (EG 52-75) y, de manera muy especial, asumamos con decisión todo lo que implica la dimensión social de la evangelización