El limbo de los embriones congelados
20 XII 2011 09:15 pm|BBC Mundo “El nacional, Caracas Venezuela”
El método de fertilización in vitro genera una cantidad de embriones de los cuales solo unos cuantos son escogidos para intentar implantar en el útero de la mujer que busca quedar embarazada.
¿Qué pasa con el resto de los embriones?
El método de fertilización in vitro
(una popular técnica de asistencia reproductiva) genera una cantidad de embriones de los cuales solo unos cuantos son escogidos para intentar implantar en el útero de la mujer que busca quedar embarazada.
Al final del proceso, los embriones sobrantes son congelados y la pareja para la cual fueron producidos tiene la potestad sobre qué hacer con ellos: entregarlos para implantarlos en otra mujer que los lleve a término, ponerlos al servicio de la investigación científica o desecharlos.
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A pesar de que la primera opción aparenta ser la menos conflictiva para las parejas, esta ha creado polémica entre organizaciones de carácter religioso que quieren dar el embrión en adopción y grupos de fertilidad asistida que insisten que la entrega debe tener carácter de donación.
Cualquiera que sea la terminología, solamente en Estados Unidos hay unos 500.000 embriones en lo que llaman "almacenamiento criogénico" o sea, congelados. Apenas 2% de estos ha sido utilizado en otros tratamientos de fertilidad. El excedente está en un limbo.
Difícil decisión
"Qué hacer con los embriones sobrantes de un proceso in vitro es una de las decisiones más difíciles para una pareja", le comentó a BBC Mundo Corey Whelan, directora de programas de la American Fertility Association.
"Emocionalmente es muy estresante y, con mucha frecuencia, las personas prefieren no tomar ninguna decisión al respecto".
En muchas instancias eso quiere decir abandonarlos. Quedan en un virtual estado de congelamiento perpetuo pues las clínicas donde están depositados no se atreven a hacer nada con ellos en caso de que el individuo o pareja para los cuales fueron creados, los "dueños", regresen a reclamarlos.
En el caso de que quieran ofrecer los embriones para darle la oportunidad de tener hijos a otras personas, esos "dueños" son los que se ponen en contacto directo con las agencias especializadas del trámite.
En este sentido hay unas organizaciones que han surgido para promover lo que ellos denominan la adopción de embriones en un proceso legal muy parecido al de la adopción de niños ya nacidos, pero este método permite a la familia adoptiva pasar por todo el proceso de gestación y parto.
Nighlight fue la primera organización que inició este proceso con bebés que denominó Snow Flake Babies (bebés copo de nieve). Embryos Alive, fundada en 2003, se considera la segunda que se cataloga como una agencia de adopción de embriones.
Adopción abierta
Algunas agencias hacen exhaustivas pruebas de compatibilidad entre los que dan y reciben en adopción.
Aunque Nighlight es exclusivamente una organización cristiana -que ofrece sus servicios principalmente a parejas heterosexuales, religiosas y casadas- ambas agencias tienden a ofrecer un servicio de adopción abierta.
"En este tipo de adopción hay un intercambio profundo de información entre la pareja que da en adopción y la que recibe el embrión", dijo a la BBC Bonnie Bernard, fundadora y directora ejecutiva de Embryos Alive.
Bernard dice que empezó su agencia tras pasar por el "dolor y la desilusión" de la esterilidad pero también para poder encontrar las parejas ideales en términos no solo de color de pelo y ojos, sino de raza, etnicidad, edad, religión, educación, antecedentes médicos y expedientes legales.
"Las parejas que originan el embrión quieren saber 'quién va a criar a mi hijo' y los que reciben el embrión quieren saber 'de dónde viene'", explicó Bonnie Bernard.
Adopción o donación
En la mayoría de los casos, continuó, las parejas son seleccionadas en base a una extensa información personal. Inclusive, hay casos en que las parejas intercambian nombres y correos electrónicos, se conocen personalmente antes del "intercambio" y continúan una relación abierta después del nacimiento del bebé.
Mientras que la labor que estas agencias es bien vista en términos generales, hay grupos y asociaciones de fertilidad que se oponen al término "adopción de embriones".
"Algunos pueden hacer esa referencia inocentemente pero en la mayoría de los casos hay una agenda escondida", le comentó a BBC Mundo Craig Sweet, endocrinólogo de la reproducción de Embryo Donation International (EDI).
El doctor Sweet señala que hay una distinción muy clara entre "adopción" y "donación". La primera solo puede ocurrir con un ser vivo.
"Al definir que se está adoptando el embrión se le está tratando de dar cualidades y derechos de persona a algo que no lo es", afirmó.
Esa filosofía la promueven grupos conservadores que buscan criminalizar el aborto aunque se trate de un óvulo fertilizado y podría comprometer la misma asistencia a parejas estériles, los anticonceptivos y la propia salud de la mujer.
Problemas éticos
El exceso de embriones puede servir para la investigación de células madre.
El endocrinólogo destaca que aunque no considera a los embriones seres humanos, sí son "algo especial que merece un nivel muy alto de respeto".
Según el médico, ese respeto implica que el sobrante de embriones de una fertilización in vitro debe tener un buen y útil destino, como darle el don de paternidad a alguien infértil, donarlos a la investigación de células madre para que puedan contribuir a la vida de otros o, en algunos casos, utilizarlos en laboratorios para enseñanza.
Pero así las parejas estériles deseen recibir embriones, ya sean donados o dados en adopción, la realidad es que la mayoría de estos continuarán congelados.
"Hace falta un proceso de educación para que las parejas que se someten al tratamiento in vitro se den cuenta de que, después de tener su bebé, deben decidir qué hacer con el exceso de embriones", expresó el dr. Sweet. "Ahí está el problema".
El experto en fertilidad dice que en su centro lo primordial es que la pareja se sienta cómoda con la decisión que toma. Aún así hay abandono y éste genera una maraña logística y legal pero, por encima de todo, ética.
"Todos esos problemas los debemos enfrentar quienes creamos los embriones: los médicos y los pacientes", advierte. "Tenemos esta magnífica tecnología que nos permite dar un ser a quien no podía tenerlo y luego se atraviesan temas de caracter emocional o financiero o personal que no permiten cerrar el ciclo del proceso".
"El mayor problema ético de todo esto es no utilizar inmediatamente y de alguna manera el excedente de embriones".