l. Ecología ambiental, económica Y social: todo está conectado. Tiempo y espacio, componentes físicos, químicos
y biológicos del planeta forman una red que no terminamos de entender. Los conocimientos fragmentados y
aislados deben integrarse en una visión más amplia, que considere «interacción entre los ecosistemas y entre los diversos mundos de referencia social» (141) e invierta también a' nivel institucional, porque «la salud de las instituciones de una sociedad tiene consecuencias en el ambiente y en la calidad de vida humana: (142).
2. Ecología cultural: «la ecologia también supone el cuidado de las riquezas culturales de la humanidad en su sentido más amplio» (143). Hace falta integrar lél perspectiva de los derechos de los pueblos y de las culturas con el protagonismo de los actores sociales locales a partir de su propia cultura, con una «especial atención a las comunidades aborígenes» (146).
3. Ecología de la vicia cotidiana: la ecología integral incorpora también la vida cotidiana, a la que la Encíclica presta especial atención, en particular a la del ambiente urbano. El ser humano tiene una gran capacidad de adaptación y «es admirable la creatividad y In generosidad de personas y grupos que son capaces de revertir los
límites del ambiente [ ... ]. aprendiendo a orientar Sil vicia en medio del desorden y la precariedad» (148).
A pesar de todo, un desarrollo auténtico presupone un mejoramiento integral de la calidad de la vicia humana: espacios públicos, vivienda, transporte, de. (150-154). La dimensión humana de la ecología implica también «la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza» (1 55). También «nuestro propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio» (155).
4. El principio del bien común: la ecología integral «es inseparable de la noción de bien común» (158); en el mundo contemporáneo, en el que «donde hay tantas iniquidades y cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos básicos. esforzarse por el bien común significa tomar decisiones solidarias basadas en «una opción preferencial por los pobres» (158).
5.La justicia entre las generaciones: el bien común atañe también a las generaciones futuras: «no se puede hablar de desarrollo sostenible sil! una solidaridad entre las generaciones» (159), pero sin olvidar a los pobres de hoy, a los que queda poco tiempo en esta tierra yque no puede seguir esperando.
CAPITULO V. ENCÍCLICA LAUDATO SI. PAPA FRANCISCO ALGUNAS LINEAS DE ORIENTACION Y ACCIÓN
Ponente: Monseñor Gustavo Vásquez Montoya. Licenciado en teología Moral. Licencia en Teología moral en el Instituto superior San Alfonso en Roma de la Universidad Lateranense. Licenciado en Educación y ciencias religiosas, Universidad Católica de oriente.
Primera parte.
Intentemos ahora delinear grandes caminos de diálogo que nos ayuden a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo.
Este capítulo afronta la pregunta sobre qué podemos y debemos hacer. Los análisis no bastan: se requieren propuestas de “diálogo y acción que involucren a cada uno de nosotros y a la política internacional” (15), y “que nos ayuden a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo” (163). Para el Papa Francisco es imprescindible que la construcción de caminos concretos no se afronte de manera ideológica, superficial o reduccionista. Para ello es indispensable el diálogo, término presente en el título de cada sección de este capítulo: “Hay discusiones sobre cuestiones relacionadas con el ambiente, donde es difícil alcanzar consensos. La Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política, pero invito a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común” (188).