25 November 2024
 

¿Qué es el Comité de Animación Litúrgica?

Padre, Héctor Giovanni Sandoval, Delegado Episcopal para la Liturgia, Arquidiócesis de Ibagué (2011)

1.     Es un grupo de personas que asumen con responsabilidad algunos servicios o funciones en las celebraciones litúrgicas y dedican una parte de su tiempo a reunirse periódicamente para prepararlas y, luego, las animan con su servicio para que la asamblea, reunida en el nombre del Señor, participe consciente, activa, plena y fructuosamente en el misterio pascual de Cristo que se celebra.

2.     La calidad de la participación y el fruto espiritual dependen en gran parte de la preparación y animación de las celebraciones litúrgicas.

Sin la presencia y actuación del Comité, la participación activa decae y la rutina se apodera de la asamblea.  

Finalidad del Comité de Animación Litúrgica

Jesús un día propuso una parábola: Dijo que el reino de Dios es semejante al grano de mostaza y a la levadura que toma una mujer y la mete en tres medidas de harina hasta que fermente (Mateo 13, 33).

El equipo de animación litúrgica es como el grano de mostaza y la levadura escondida que fermenta la masa.

Su objetivo principal es conseguir que la comunidad católica viva intensamente el espíritu litúrgico.

Los miembros del equipo litúrgico son levadura cuando dan testimonio de fe con su vida, cuando preparan y revisan a conciencia las celebraciones, cuando se capacitan pastoral y técnicamente y cuando animan las celebraciones litúrgicas con su presencia participativa.

¿Qué significa animar?

“Animar” es: dar vida o expresión, comunicar aliento y entusiasmo, dar movimiento, calor,  fiesta, infundir vigor a un ser viviente, etc.

La animación litúrgica consiste en dar vida y expresión a las celebraciones, en hacer participar a todos los que forman la asamblea, en crear un ambiente de oración, silencio y respeto y conseguir que los fieles reunidos  ofrezcan a Dios un culto en espíritu y en verdad (Juan 4, 23).

Debe suscitar la participación interna y externa en la asamblea ya sea pequeña o numerosa , habitual o circunstancial, homogénea o diferenciada.

Labor de los animadores

El alma de toda animación litúrgica es el Espíritu Santo, presente y operante, que lleva a término la obra iniciada por Jesucristo.

La labor de los animadores consiste en poner en movimiento el alma de la asamblea para que ponga en juego todas sus capacidades de participación y la ayuden a entrar en la dinámica del misterio celebrado.

La animación no consiste en infundir un alma a la asamblea, pues ya la posee por el bautismo, sino en hacer que aflore y se manifieste, que vibre ante el misterio pascual de Cristo que se celebra.

¿Qué personas conforman los Equipos de Servicio?

Los diversos Equipos de Animación Litúrgica, que hacen parte del Comité de Animación Litúrgica, están formados por las personas que se responsabilizan de una forma u otra de los diversos servicios litúrgicos que se llevan a cabo en las celebraciones.

Es necesario designar un Delegado de Liturgia, que coordine el Comité de Liturgia y se preocupe por su organización, funcionamiento y formación. Su presencia es una garantía de  perseverancia y de unidad de criterios. El párroco como presidente de cada celebración, en la medida de sus posibilidades, procurará hacer presencia en las reuniones del Comité.

a)       El presidente de la celebración es quien anima y coordina  los diversos servicios y funciones en bien de una plena, consciente, activa y fructuosa participación por parte de la asamblea litúrgica.

b)       Algunas comunidades gozan del privilegio de la presencia de un diácono. En este caso, él se puede responsabilizar, como ministro ordenado, del grupo y ejercer la diaconía (puente entre el presidente y la asamblea), en las celebraciones litúrgicas. Él incluso preside la asamblea en algunos casos.

c)       Los laicos pueden ejercer en la celebración litúrgica los siguientes servicios:

1.   Los que están al servicio de la asamblea: Los que atienden a la acogida y orden en la Iglesia (ornato y aseo); el monitor; el Sacristán o las personas que asumen esta importante tarea.

2. Los que están al servicio de la Palabra de Dios: el Proclamador, el salmista, el que formula las intenciones  de la oración de los fieles.

3. Los que están al servicio del Altar y del ministro ordenado: el  Acólito, el Monaguillo, el maestro de ceremonias.

4.   Los que están al servicio del canto y de la música: los cantores, el director del canto de la asamblea, el organista  y demás músicos.

5.   Los que están al servicio  de otras funciones en casos especiales: Los padrinos (Bautismo, Confirmación); los testigos (Matrimonio).

Todos los Equipos de Animación Litúrgica deben permanecer siempre abiertos  y acogedores con las personas de la comunidad que desean realizar una función y tengan capacidad para hacerla. El Comité de Liturgia y sus equipos nunca pueden estar cerrados, en dicho caso  su funcionamiento será muy limitado.

Actitudes  en el servicio

Para formar parte del Comité, o de alguno de sus equipos, es imprescindible sentir interiormente un impulso o vocación: Querer servir y ayudar a la comunidad. Vocación que irá gradualmente madurando a medida que transcurra el tiempo e irá manifestándose cada vez más sólida y consciente. Pertenecer al Comité no es una moda, ni sirve para lucirse ante la asamblea, ni es una concesión sobre todo a los laicos, sino una vocación de servicio. Vocación que exige dedicar generosamente un tiempo, comprometerse a realizar unas funciones en las celebraciones litúrgicas y poner a disposición de la comunidad los dones recibidos del Señor. Para el buen funcionamiento del equipo de liturgia conviene que todos los miembros sean conscientes de algunas actitudes fundamentales:

1. Espíritu de comunión

Todas las acciones de la Iglesia están marcadas por un profundo sentido de comunión.  Este espíritu se manifiesta cuando se ejercen las diversas funciones en las celebraciones. Cuando se programa, se coordina,  se hace, se evalúa, y se ajusta. Es reconfortante oír a veces al salir de una celebración esta frase: “entre ustedes se percibe un verdadero equipo unido y organizado”. Es un elogio y, a la vez, un testimonio del grupo ante la asamblea litúrgica. El espíritu de comunión que debe reinar entre los miembros del grupo se extenderá también a los otros Comités o grupos que trabajan en diversas actividades de la Célula Pastoral. El Comité de Animación Litúrgica, y sus equipos, no pueden permanecer aislados o considerarse únicos.  Cada equipo según las circunstancias, debe intentar buscar los mecanismos para establecer relaciones con todos los grupos parroquiales.  

2. Espíritu de servicio

     La persona que pertenece al Comité de Animación Litúrgica debe estar convencida que ejerce una función desinteresada a favor de la asamblea litúrgica.

     Su servicio consiste en ayudar a comprender, participar y vivir lo mejor posible el misterio pascual en la celebración litúrgica.

     Debe tener presente el espíritu de las palabras de Jesús cuando dijo: “el hijo de Dios ha venido a servir y no a ser servido”

     El espíritu de servicio lleva consigo la disposición de superar las dificultades que puedan surgir en el grupo.

     Se intentará buscar, en el diálogo, la verdad y la comprensión. Procurará no imponer a los demás sus criterios personales para no romper el espíritu de comunión.

3. Ser participante antes que Animador Litúrgico

       Quien ejerce un servicio en la celebración es un miembro activo de la asamblea a la que sirve.

       No ejerce su función para que los fieles canten y recen, escuchen y celebren el misterio o para hacer comentarios, sino para que él sea el primero en participar en el canto, en  la escucha y en toda la celebración.

       El animador litúrgico no puede quedarse fuera de la participación mientras pretende animar a la asamblea para que ore y celebre.

4. Conocer la comunidad

Para que el equipo de animación litúrgica pueda cumplir su misión es indispensable que conozca la asamblea litúrgica: su ambiente social, su cultura y lenguaje, sus realizaciones y tensiones, sus problemas y esperanzas, para evitar en el ejercicio de sus funciones, la exclusión de unas personas o exigir a la asamblea más de lo que puede dar.

Existe hoy un pluralismo no sólo en la cultura, sino también en la confesión de la fe y en la práctica religiosa. Esto obliga a tener en cuenta el grado de la fe de los que forman la asamblea.

Todos están llamados a participar, a confesar la fe, a orar y dar gracias, pero no todos viven la fe con la misma intensidad.

Esta variedad reclama, por parte de los equipos de animación litúrgica, un conocimiento de las asambleas para ayudar a todos a crecer en el camino de la fe.     

5. Querer mejorar las Celebraciones

En los últimos años personas de buena voluntad han ejercido ciertas funciones en las celebraciones;  prestando un gran servicio por lo que merecen nuestro reconocimiento por su voluntad, espíritu de servicio y generosidad, pero sin olvidar que se debe  buscar siempre el mejoramiento continuo.  

Hay lectores que leen bien, pero no son Proclamadores de la Palabra o desconocen la técnica.

Hay también directores del canto y organistas especializados pero que desconocen la normativa y el espíritu litúrgico.

6. Mejorar las Celebraciones

       Cuando se ejercen funciones en las celebraciones litúrgicas al azar o se dejan a la simple improvisación se hace evidente, ante la asamblea, la falta de preparación.

       No se trata de cumplir una función, sino de realizarla con una preparación consciente y técnica, con una capacidad humana y comunicativa y con sensibilidad y espíritu litúrgico.

       Las palabras y gestos, los símbolos y ritos, los movimientos, tienen su significado y como tal deben proyectarse. Los animadores litúrgicos tienen la misión de ayudar a descubrir y apreciar su verdad y autenticidad. Realizan una función icónica y por lo tanto deben conducir  hacia la realidad que simboliza.

       La celebración litúrgica tiene sus normas y su dinámica. El animador litúrgico las debe conocer para que el ejercicio de su función sea cada día más eficaz en bien de la asamblea

ELABORACIÓN DE AGENDAS Y ACTAS
A NIVEL DE TODOS LOS COMITÉS DE LITURGIA:


AGENDA:
Documento de citación a la reunión del Comité según,  en el cual se informa a los participantes:

a)   Fecha, hora, lugar de la reunión.

b)   Personas Invitadas

c)   Temas que se tratarán en la reunión,  tiempo de exposición y a cargo de quién estarán.

d) Documentos que deben prepararse o llevarse

 

ACTA: Documento que informa el resultado de  la reunión y contiene:

a)   Personas asistentes

b)   Temas tratados

c)   Compromisos adquiridos, persona responsable y fecha de cumplimiento.