24 September 2023
 

HORA SANTA

MEMORIA DEL SANTO CURA DE ARS

Agosto 4 de 2023

 Exposición del Santísimo Sacramento

 Presidente: Te amo, oh mi Dios. Mi único deseo es amarte hasta el último suspiro de mi vida. Te amo, oh infinitamente amoroso Dios, y prefiero morir amándote que vivir un instante sin amarte. Te amo, oh mi Dios, y la única gracia que deseo es amarte eternamente. Dios mío, si mi lengua no es capaz de decir a cada momento que os ama, quiero que mi corazón lo diga tantas veces cuantas respiro. Te amo, oh Divino Salvador, porque has sido crucificado por mí, y me tienes aquí crucificado contigo. Dios mío, concédeme la gracia de morir amándote y sintiendo que te amo. Amén.

 ACTO DE FE

 Lector 1: Hoy, en la memoria de san Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, patrono de los sacerdotes, nos reunimos en torno a Jesús Sacramentado para adorarle, para alabarle y para llamar a su Corazón que renueve la vida de sus sacerdotes.

 Lector 2: San Juan María tenía una fe muy grande en Jesús e invitaba a los fieles a visitar a Jesús presente en el Sagrario: "Nuestro Señor está ahí escondido, -decía en una ocasión- esperando que vayamos a visitarle y a pedirle. Él está ahí, en el sacramento de su amor; él suspira e intercede sin cesar junto a su Padre por los pecadores”.

 Lector 1: Está ahí para consolarnos, de esta forma, debemos visitarle a menudo. Cuanto le agrada ese pequeño rato que quitamos a nuestras ocupaciones o a nuestros caprichos para ir a rezarle, a visitarle, a consolarle de todas las injurias que recibe.

 Lector 2: Cuando ve venir con prisa a las almas puras.... ¡él les sonríe! ¡Y que felicidad experimentamos en la presencia de Dios, cuando nos encontramos solos a sus pies, delante de los santos sagrarios!

 Lector 1: Nosotros, en este acto de adoración al Santísimo Sacramento, acogemos estas palabras del santo Cura de Ars y renovamos nuestra fe en la presencia real de nuestro Señor Jesucristo en el Sacramento de la Eucaristía

 

Presidente: Unámonos diciendo: Señor, yo creo pero aumenta nuestra fe.

 ·         Creemos, Señor Jesús, que en la noche del Jueves Santo instituiste el sacramento de la Eucaristía convirtiendo el pan en tu Cuerpo y el vino en tu Sangre.

·         Creemos, Señor Jesús, que en la noche del Jueves Santo confiaste a la Iglesia la renovación del Sacrificio de tu Cuerpo y de tu Sangre para el perdón de los pecados.

·         Creemos, Señor Jesús, que cada vez que un sacerdote celebra la Santa Misa te haces presente en el pan y el vino consagrados.

·         Creemos, Señor Jesús, que estás presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad en el Sacramento de la Eucaristía.

·         Creemos, Señor Jesús, que te das a nosotros como alimento para la vida eterna en la Sagrada Eucaristía.

·         Creemos, Señor Jesús, que vives y nos escuchas, que estás y que nos esperas en cada Sagrario.

·         Creemos, Señor Jesús, que a pesar de que nuestros ojos no te ven y que somos indignos de este don, tú estás presente en medio de nosotros.

 Canto eucarístico

 

PRESENTACIÓN DE NUESTRA ORACIÓN

 Monición: El santo Cura de Ars definió la oración como "la elevación de nuestro corazón a Dios, una dulce conversación entre la criatura y su Creador". Con este espíritu estamos aquí delante de Jesús Eucaristía. Hemos venido a orar, a elevar nuestro corazón a Dios, a tener una dulce conversación con Nuestro Creador.

 Lector 1: Una oración que debe ser expresión de nuestra fe -de nuestra confianza en Dios- y que ha de ser presentada con pureza de corazón. Decía el Santo Cura: “¡Cuántas veces venimos a la iglesia sin saber a qué venimos ni qué queremos pedir! Sin embargo, cuando se va a casa de cualquiera, se sabe muy bien por qué uno se dirige a ella.

 Lector 2: Los hay que parecen decirle a Dios: «Vengo a decirte dos palabras para cumplir contigo...». Con frecuencia pienso que, cuando venimos a adorar a nuestro Señor, conseguiríamos todo lo que quisiéramos, con tal de pedirle con fe viva y un corazón puro".

 Presidente: Acogiendo esta enseñanza, digamos con fe y con un corazón puro: Señor, acepta nuestra oración.

 ·         Tú que dijiste: Pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá:

·         Tú que enseñaste que si dos o más se reúnen en la tierra para pedir algo, el Dios Padre del Cielo lo concederá.

·         Tú que dijiste que todo lo que se pida con fe en la oración será concedido

·         Tú que dijiste que todo el que pida el Espíritu Santo a Dios Padre le será dado porque es un Padre bueno

·         Tu que enseñaste que nuestra oración no se ha de caracterizar por las muchas palabras, creyendo que por mucho hablar seremos escuchados

·         Tú que enseñaste que el Padre Dios sabe cuáles son nuestras necesidades.

·         Tú que dijiste que hemos de orar en toda ocasión sin desanimarnos

·         Tú que enseñaste a tus discípulos a orar dándoles la oración del padrenuestro.

·         Tú que oraste durante tu vida terrena intimando con Dios, que oraste ante los grandes misterios de tu misión redentora, que te entregaste a la voluntad del Padre en la pasión y en la muerte

·         Tú que en tu oración intercediste por tus discípulos para que fuesen fieles

 

Presidente: Unámonos ahora a este salmo donde pedimos que nuestra oración suba hasta el cielo y sea agradable a Dios, digamos: Suba, Señor, nuestra oración a tu presencia.

 Salmista: El alzar de mis manos, Señor, suba a ti como ofrenda de la tarde, y el clamor de mi humilde oración, suba a ti como incienso en tu presencia.

 Salmista: Coloca, Señor, una guardia en mi boca, un centinela en la puerta de mis labios, y no dejes, Señor, que me incline a la maldad de mi corazón.

 Salmista: Mis ojos, Señor, están vueltos a Ti, en Ti me refugio, no me abandones, guárdame del lazo que me han tendido, líbrame de la trampa del malhechor.

 Canto de acción de gracias

 

ACCIÓN DE GRACIAS POR EL SACERDOCIO

 Monición: Queremos que nuestra oración, que en esta tarde está centrada en pedir por los sacerdotes, suba como incienso ante la presencia de Dios. Los sacerdotes son un inmenso don no sólo para la Iglesia sino también para la humanidad entera

 Lector 1: El santo Cura de Ars se admiraba ante la grandeza del sacerdocio y llegaba a decir que “si no tuviésemos el sacramento del orden sacerdotal, no tendríamos a Nuestro Señor. ¿Quién le ha puesto ahí, es ese tabernáculo? El sacerdote. ¿Quién ha recibido el alma en su entrada a la vida? El sacerdote.

 Lector 2: ¿Quién la alimenta para darle fuerza para hacer su peregrinación de la vida? El sacerdote. ¿Quién lo preparará a presentarse ante Dios, lavando esta alma, por última vez, en la sangre de Jesucristo? El sacerdote. ¿Y si esta alma va a morir por el pecado, quién la resucitará?, ¿quién le devolverá la calma y la paz? Otra vez el sacerdote.

 Presidente: Como el Santo Cura de Ars, asombrémonos ante el don del sacerdocio y demos gracias a Dios diciendo: Gracias, Señor, por tus sacerdotes.

 ·         Te damos gracias, Señor, porque en la tarde del Jueves Santo instituiste el sacramento del orden para seguir presente en tu Iglesia como Pastor, Maestro y Pontífice de tu pueblo.

·         Te damos gracias, Señor, porque en tus sacerdotes sigues presente en medio de nosotros predicando el amor de Dios, sus designios de salvación, y enseñando el camino del cielo y de la felicidad cada vez que predican y nos exhortan.

·         Te damos gracias, Señor, porque en tus sacerdotes sigues guiando a tu pueblo a través de la historia cada vez que nos reúnen como miembros de tu Iglesia, cada vez que nos libran de los falsos pastores y de los lobos que amenazan nuestra vida.

·         Te damos gracias, Señor, porque en tus sacerdotes sigues santificando a tu pueblo tendiendo un puente entre Dios Padre y nosotros cada vez que celebran los sacramentos dándonos la gracia y el perdón de los pecados.

·         Te damos gracias, Señor, porque en tus sacerdotes sigues curando enfermos, librando endemoniados, denunciando el mal, haciendo el bien a los más pobres y necesitados, acogiendo a los que la sociedad desprecia, defendiendo la vida desde su inicio hasta su fin natural, potenciando la entrega a la obra del Reino, orando e intercediendo por los pecadores y por el mundo entero.

 Canto vocacional

 

PETICIÓN POR LOS SACERDOTES

 Monición:  El don del sacerdocio es muy grande para la Iglesia, para el mundo y para los mismos sacerdotes. Pero, a veces, los sacerdotes no son totalmente conscientes de este gran don que es su vocación llevándoles a una vida mediocre, monótona, desganada, sin hálito de santidad, poco evangélica e incluso escandalosa para los mismos cristianos. Los mismos cambios sociales, los medios de comunicación como también la actitud de muchas personas hacia la figura del sacerdote pueden ser causa de que el primer ardor de la vocación y de aspirar a ser según el Corazón de Cristo haya decaído. Por eso se hace necesaria la oración por los sacerdotes. Nuestro Señor Jesucristo ya lo hizo antes de entregarse a la Pasión durante la Última Cena.

 Presidente: Lectura del santo Evangelio según san Juan                                                    Jn 17, 1-17

 

Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado. Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Palabra del Señor.

 Presidente: Nosotros queremos continuar tu oración, Señor, y por eso te pedimos: A todos los sacerdotes, dales pureza, Señor

 ·         Dales tu ciencia y tus virtudes, Señor

·         Dales paciencia, caridad, obediencia y benignidad

·         Dales amor al estudio y un intenso amor a la Eucaristía

·         Dales celo ardiente por las almas y fuego divino para que abrasen los corazones

·         Dales humildad, talento y respeto a su dignidad

·         Dales delicadeza en observar la rúbricas y en cuidar la celebración de los sacramentos

·         Dales grande sumisión al Santo Padre Benedicto XVI y a sus obispos

·         Dales horror a las cosas del mundo, dales rectitud y justicia

·         Dales un gran amor a María y a los santos

·         Dales el don de consejo, fortaleza en sus trabajo y un grande amor a la Cruz

·         Dales resignación en sus penas, caridad universal con las almas y generosidad

·         Dales arrepentimiento de sus pecados, ansia de enmendar su vida, de ser sacerdotes según tu Corazón y de alcanzar la santidad

 Momento de silencio

 

PETICIÓN POR LAS VOCACIONES

 Monición: Convencidos con el Santo Cura de Ars que “tras Dios, ¡el sacerdote lo es todo! “ y que “si no tuviésemos el sacramento del orden sacerdotal, no tendríamos a Nuestro Señor” acudimos a Jesús Sumo y Eterno Sacerdote para que dé a su Iglesia muchos y santos sacerdotes.

 Presidente: Como una sola familia, unámonos diciendo: Danos, Señor, muchos y santos sacerdotes.

 

·         Para que no deje de celebrarse la Santa Misa, para que tengamos siempre en nuestros templos la Sagrada Eucaristía, para que no nos falte Jesús en la Comunión.

·         Para que haya intermediarios entre Dios y los hombres, abogados que nos defiendan ante el divino acatamiento y padres que nos perdonen nuestros pecados.

·         Para que sean bautizados los niños, santificado el amor de los esposos y auxiliados los que dejan este mundo.

·         Para que los niños aprendan la fe salvadora, para que los jóvenes reciban protección y los adultos adquieran fortaleza.

·         Para que todos, pobres y ricos, nos amemos como hermanos.

·         Para que nuestros ojos vean a Jesús en sus ministros, para que nuestros oídos escuchen la divina palabra, para que nuestras almas reciban su consuelo.

 Canto vocacional

 

BENDICIÓN CON EL SANTISMO

 Se toma ahora el incensario  y de rodillas se inciensa el Santísimo Sacramento, mientras que se canta el Himno Tantum Ergo. Tantum ergo sacramentum veneremur cernuiet antiquum documentum novo cedat ritui prestet fides suplementum sensuum defectui  Genitori Genitoquelaus et iubilatiosalus, honor, virtus quoque sit et benedictio Procedenti ab Utroque compar sit laudatio. Amen

 

El presidente

      Bendito sea Dios.

     Bendito su santo nombre,

Bendito Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

     Bendito Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar

     Bendita su Preciosísima sangre

     Bendito el Espíritu Santo Consolador.

     Bendita la gran Madre de Dios, María Santísima,

     Bendita su Santa e Inmaculada Concepción

     Bendita su gloriosa Asunción.

     Bendito el nombre de María Virgen y Madre.

     Bendito San José su castísimo esposo.

     Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.

     Danos sacerdotes Santos.-

Danos muchos sacerdotes Santos.

 

Presidente:    Les diste, Señor, el pan del cielo.

Asamblea:     Que contiene en sí todo deleite

 Presidente

 Oremos: Señor Jesucristo, que en el admirable sacramento de la Eucaristía nos dejaste el memorial de tu Pascua, haz que adoremos con viva fe el santo misterio de tu Cuerpo y de tu Sangre, para sentir siempre en nosotros el fruto de la redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/. Amén.

     E imparte con toda solemnidad la bendición Eucarística y se hace la reserva

Canto de acción de gracias      

 DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO

FIESTA DE LA TRANSFIGURACION DEL SEÑOR

Agosto 6 de 2023

 

Entrada: En este domingo celebramos la fiesta de la Transfiguración del Señor, que nos invita a mirar contemplativamente al Señor glorificado, iluminado con la luz plena de la Pascua, y con una proyección escatológica, el triunfo total al final de los tiempos. Con la esperanza de poder nosotros también contemplar la gloria de Dios, ahora dispongámonos a disfrutar de esta gran fiesta

 

Lecturas: En la liturgia de la palabra de esta fiesta nos encontramos con la manifestación de la gloria de Jesús, de la que fueron testigos sus tres discípulos más cercanos, Pedro, Santiago y Juan, y que sirvió a la primera comunidad para entender mejor la identidad de Jesús y encontrarle sentido a toda su historia pascual. Dejemos que también a nosotros se nos manifieste, preparándonos a la escucha de esta Palabra.

 

Ofrendas: El sacrificio de Cristo en la cruz se renueva por la fuerza el Espíritu Santo, que transforma las ofrendas de pan y de vino que hoy presentamos, pidámosle que transforme también nuestros corazones.

 

Comunión: Cristo glorioso se nos ofrece hoy en su Cuerpo y su Sangre. Con devoción acerquémonos a comulgar.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

 

Queridos hermanos: Al Padre que nos protege y nos invita a escuchar a su hijo, dirijamos confiados nuestra oración. Unámonos diciendo: Señor, transfigura nuestra vida

1.    Por la Iglesia, llamada a permanecer en atenta escucha de la voz del Padre: que ante las dificultades tenga el coraje de alzar los ojos y contemplar la presencia del Señor que la guía y la protege. Oremos.

2.    Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y todos los consagrados: que a través de su vida resplandezca la alegría de haber sido elegidos por el Señor, para dar testimonio en todo tiempo de su belleza y misericordia. Oremos.

3.    Por los gobernantes de las naciones: que puedan contemplar la gloria de Dios en la creación entera, especialmente en los pueblos que les eligieron. Oremos

4.    Para que aprendamos a escuchar a Dios también en la presencia y el clamor de los más necesitados de nuestra sociedad. Oremos.

5.    Por todos nosotros: para que en este día podamos contemplar al Señor en la belleza de la creación y en la vida de los hermanos más solos. Oremos.

 

Escucha, Señor nuestra plegaria, confórtanos en nuestras luchas y ayúdanos a seguir creciendo en la fe, la esperanza y el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Agosto  13 de 2023

 Entrada: La Eucaristía es la oración por excelencia. Este domingo la liturgia nos invita a saber reconocer a Dios aún en medio de la turbulencia, con una fe firme, que no se deje quebrantar por las dificultades de la vida. Vivir en la fe no es fácil; es como embarcarnos en una aventura, y el miedo, el desaliento, se apoderan muchas veces de nosotros; pero el Señor, que nos ha convocado, se nos hace presente y nos dice: «Yo he vencido al mundo». Con esa confianza, comencemos esta celebración

 Lecturas: Sólo quien confía en el Señor y se abandona del todo en sus manos encuentra la paz y vive con serenidad aun en medio de la tribulación, escuchemos

 Ofrendas: «El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto», hemos proclamado en el salmo de hoy. De ese fruto de la tierra hemos obtenido el vino y el pan que hoy llevamos al altar.

 Comunión: Cristo nunca nos abandona, siempre está con nosotros en los momentos más difíciles de nuestra vida. Hoy se hace presente en el Pan y el Vino y nos invita a recibirle. Acerquémonos con fe a comulgar.


ORACIÓN UNIVERSAL

 Queridos hermanos: Presentemos nuestras súplicas a Dios Padre, por medio de Jesús Resucitado, vencedor de la muerte y del pecado, e invoquemos su consuelo y protección, diciéndole: Padre, danos tu consuelo y tu paz.

 Por el papa Francisco, los obispos y demás ministros ordenados, para que su mensaje sea siempre una voz firme y apacible que estimule al pueblo de Dios a seguir adelante en medio de las adversidades. Oremos.

  1. Por quienes tienen la responsabilidad de gobernar a las naciones, para que sepan ser constructores de convivencia pacífica y guardar la tranquilidad de los ciudadanos. Oremos.
  2. Por quienes padecen diariamente las tormentas del hambre, la persecución, la enfermedad y la soledad, para que llegue a todos la voz de Jesucristo que invita a no temer y vencer las pruebas fortalecidos por su amor. Oremos.
  3. Por nosotros, reunidos en el día del Señor, para que el alimento de la Palabra y de la Eucaristía sea la fuerza que nos anima a levantarnos y a ser testigos alegres del Evangelio. Oremos.

 Padre Dios, escucha nuestras súplicas confiadas, y devuelve a tu pueblo la seguridad y la paz que sólo encuentra en Ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

  

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN

Agosto 15 de 2023

 Entrada: Hoy nos reunimos para celebrar la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, considerada una de las fiestas más populares de las que la Iglesia dedica a la Virgen María, que aparece además como modelo de lo que es y espera ser toda la comunidad cristiana. La asunción de María es una fiesta que confirma nuestra esperanza cristiana: hay resurrección, hay salvación para el hombre. Con esa confianza puesta en la vida eterna, iniciemos la celebración de esta gran solemnidad mariana

 Lecturas: En el Evangelio de hoy escucharemos un himno de alabanza a Dios, el Magníficat, que Lucas pone en labios de María de Nazaret, es un canto «pascual» que agradece a Dios que sabe enaltecer a los humildes. Como ha resucitado a Cristo Jesús de entre los muertos, así Dios protege al pueblo elegido y, también, ha hecho maravillas en la Madre del Mesías. Escuchemos con atención. 

 Ofrendas: María hizo ofrenda de su Hijo al mundo, para que todos los pueblos en él tengan vida abundante. Del mismo modo, con el pan y el vino llevamos los dones de nuestro trabajo para que haya vida en todos los hogares del mundo

 Comunión: María vivió la plena comunión con Dios uno y trino. Nosotros la imitamos uniéndonos al Cuerpo de Jesús, del que nada podrá separarnos. Con esta intención nos acercamos a comulgar

 ORACIÓN UNIVERSAL

Queridos hermanos: En María Santísima, asunta al cielo, la Iglesia contempla su destino de gloria y belleza. A su intercesión confiamos los deseos y súplicas de nuestro corazón diciendo todos: Renuévanos, Señor, por la gloria de tu amor.

 1.    Por la Iglesia, que en María Santísima contempla reflejada su propia imagen, para que a través de su obra apostólica eduque a sus hijos en la virginidad del corazón. Oremos.

2.    Por los responsables de las naciones, para que, a imitación de María Santísima, sean atentos y solícitos en la búsqueda del bien común y en la custodia de la dignidad humana. Oremos.

3.    Por los que han perdido la alegría de vivir a causa de los acontecimientos de su historia y de las contradicciones de su propia vida, para que encuentren de nuevo el deseo del camino y la esperanza de una vida mejor. Oremos.

4.    Por los aquí reunidos, para que, reconociendo en María el modelo auténtico e ideal de la humanidad redimida, seamos atraídos por su ejemplo y sostenidos en el peregrinaje de la fe hacia nuestra madurez cristiana. Oremos.

 Padre misericordioso, que llevaste en cuerpo y alma al cielo a la Virgen María, haciéndola partícipe ya desde ahora de la gloria que espera a los elegidos al final de los tiempos, escucha nuestras súplicas, y concédenos permanecer fieles a tus designios a ejemplo de María, la humilde sierva del Señor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 

XX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Agosto 20 de 2023

 Entrada: Nuestra reunión del domingo debe manifestar que somos una Iglesia acogedora, sin discriminaciones, porque también nosotros, extranjeros en tierra extraña, hemos sido acogidos por Dios, por eso celebremos jubilosos este banquete con Jesús, rey de todas las naciones. Participemos con alegría. 

 Lecturas: Las lecturas de hoy hablan de la universalidad de la salvación. Ansiando esta salvación, el creyente puede orar con el salmista: “Conozcan en la tierra tus caminos, tu salvación en todas las naciones”. Ansiosos de conseguir esa salvación, escuchemos atentos.

 Ofrendas: «Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben», hemos proclamado con el salmista. Junto a las ofrendas de pan y vino, presentemos también nuestra alabanza y adoración.

 Comunión: Con la plena certeza de que es a Cristo a quien vamos a recibir, acerquémonos todos a comulgar.

 ORACIÓN UNIVERSAL

 Queridos hermanos: Oremos a Dios Padre, que nos acoge a todos en su casa de oración, y digámosle con la fe de la cananea: Ten compasión de nosotros, Señor.

 1.    Pidamos por el papa, obispos, sacerdotes y todos los misioneros comprometidos con la causa de la evangelización, para que nunca se cansen de llevar la Buena Nueva de salvación a todos los rincones del mundo. Oremos.

2.    Por los que tienen alguna responsabilidad en el gobierno de las naciones, para que no se dejen seducir por la tentación del poder y del dinero, sino que cumplan su servicio para promover los derechos de cada ciudadano y para construir una sociedad más justa y en paz. Oremos.

3.    Por los trabajadores emigrantes, que en diversos países sufren discriminación y vejaciones, para que Dios, que acoge a todos por igual, les reconforte y anime en sus dificultades. Oremos.

4.    Por nosotros, que hemos sido acogidos por Cristo para compartir el pan de los hijos, para que hagamos cada uno la parte que nos corresponde en la extensión del Reino de Dios aquí en la tierra. Oremos.

 Padre celestial, acoge las oraciones que tus hijos te hemos presentado y escucha también las que han quedado guardadas en nuestro interior. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.

 XXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Agosto 27 de 2023

 Entrada: Nos encontramos reunidos como hermanos en torno al altar de Dios, para celebrar la santa Misa en este domingo. Hoy la liturgia de la palabra resalta la elección de Pedro, como piedra visible sobre la que funda su Iglesia y la entrega de las llaves del Reino de los Cielos. Por eso nos reunimos aquí los que profesamos una misma fe: nuestra fe en Jesucristo, el Señor; nuestra fe, fundada en el testimonio de los apóstoles. Damos gracias a Dios por formar parte de su Iglesia y estar bajo la autoridad del sucesor de Pedro. Con esa alegría empecemos nuestra celebración.

 Lecturas: A la confesión cristológica que Pedro hace en el evangelio de hoy, le sigue la promesa hecha a éste como primero en rango entre todos los apóstoles por haber sido objeto de una especial iluminación. La continuidad de Jesús en su Iglesia pasa por Pedro y sus sucesores. El que tiene las llaves puede abrir y cerrar. Escuchemos con atención.

 Ofrendas: Deseosos de compartir con nuestros hermanos los dones de la unidad y de la paz, agradezcámosle al Señor el que nos haya llamado gratuitamente a formar parte de su santa Iglesia.

 Comunión: ¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios!, ha expresado san pablo hoy. Por esa generosidad misteriosa, Dios se nos entrega en la santa Comunión. Acerquémonos con fe y devoción a recibirle.

 ORACIÓN UNIVERSAL

 Pidamos, queridos hermanos, a Dios todopoderoso y eterno, que nos conceda orar con tal confianza que merezcamos obtener lo que pedimos. Unámonos diciendo: Oh, Señor, escucha y ten piedad.

 1.    Por la Iglesia, para que viva diariamente su fidelidad a Jesucristo, reconociéndolo como Señor y salvador de los hombres. Oremos.

2.    Por el papa Francisco, que ha recibido de Cristo la misión de guardar la unidad de la Iglesia y confirmar en la fe a sus hermanos, para que siempre sea dócil al Espíritu Santo, que viene en su auxilio en el desempeño de su tarea. Oremos.

3.    Por los pueblos y las naciones, para que vivan en paz, concordia y fraternidad, como una gran familia. Oremos.

4.    Por los enfermos y todos los que sufren, para que encuentren en Dios la paz que necesitan para llevar la cruz de su dolor. Oremos.

5.    Por nosotros, edificados como piedras vivas sobre el fundamento de la fe de los apóstoles, para que busquemos la unidad, bajo la autoridad del sucesor de Pedro. Oremos.

 Señor, Dios nuestro, por tu misericordia escúchanos y no abandones la obra de tus manos. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 XXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Septiembre 3 de 2023

 Entrada: Nos llamamos cristianos porque hemos sido llamados por Cristo; llamados a seguirle. Pero su llamamiento es de cada día. La celebración de hoy nos plantea un dilema y es preciso elegir. Con esa invitación que Dios dirige a cada uno de nosotros, nos disponemos a celebrar dignamente estos misterios. Con esperanza y confianza celebremos este encuentro de hermanos.

 Lecturas: En la liturgia de este domingo Jesús nos advierte que para seguirle hay que tomar su cruz y no tener miedo a nada. por eso proclamaremos con el salmo: «Tu gracia vale más que la vida». Escuchemos con atención.

 Ofrendas: San Pablo nos ha dicho hoy: «los exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar sus cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios.» Con las ofrendas de pan y vino presentemos también al Señor todo nuestro ser.

 Comunión: Con el salmo hemos proclamado: «Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío»; esa sed y hambre de Dios nos hacen acercarnos en este momento a recibirle en la santa comunión.

ORACIÓN UNIVERSAL

Queridos hermanos: El Señor ha venido a llevar a cumplimiento la palabra de los profetas. Alimentémonos con el mensaje salvífico, que es su Palabra, y digamos con fe: Escucha, Señor, nuestra oración.

 1.    Por el sucesor de Pedro, para que con el auxilio de Cristo, cabeza de nuestra Iglesia, sepa llevar con valentía también el peso de la cruz en su misión. Oremos.

2.    Por los que ejercen cargos de autoridad en los gobiernos, para que lo hagan con honestidad y transparencia. Oremos.

3.    Para que vayan desapareciendo las diferencias muy marcadas de clases sociales y los más pobres tengan oportunidades de superación. Oremos.

4.    Por todos nosotros para que aprendamos a negamos a nosotros mismos, carguemos con la cruz de cada día y sigamos a Cristo. Oremos.

 Muestra, Padre, tu bondad al pueblo que te súplica, para que reciba sin tardanza lo que te pide con humildad. Por Jesucristo nuestro Señor. 

XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Septiembre 10 de 2023

 Entrada: El Señor está realmente en medio de nosotros, cuando los cristianos nos reunimos en su nombre. Una manifestación de la caridad cristiana es la corrección fraterna. La celebración de este domingo nos ayudará a ser más responsables unos de otros. Celebremos con fe y esperanza.

 Lecturas: La invitación de las lecturas es: vivir en el amor, cumpliendo los mandamientos, ser humildes y caritativos para corregir al hermano y aceptar la corrección. Escuchemos.

 Ofrendas: Al presentar en el altar nuestros dones ofrezcamos también nuestra preocupación por quienes más nos necesitan.

 Comunión: Con gozo acerquémonos a recibir a Cristo que ha dado su vida para salvarnos, Él es nuestra fortaleza en el amor y servicio al prójimo.

 ORACIÓN UNIVERSAL

 Queridos hermanos: Presentemos a Dios Padre nuestras plegarias, por nosotros y por toda la humanidad. Oremos diciendo: Te rogamos, óyenos.

 1.    Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos. Roguemos al Señor.

2.    Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión. Roguemos al Señor

3.    Para que Dios purifique al mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos y conceda el regreso a los que añoran la patria. Roguemos al Señor

4.    Por cada uno de nosotros para que seamos más conscientes de nuestra responsabilidad frente al hermano equivocado y vivamos la corrección fraterna con verdadera caridad. Roguemos al Señor.

 Escucha, Padre misericordioso, nuestras plegarias, y concédenos lo que con fe te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

XXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Septiembre 17 de 2023

 Entrada: Como miembros de la Iglesia nos reunimos en torno al altar para participar de la mesa de la Palabra y de la Eucaristía. Llenos de gozo y de esperanza, demos inicio a nuestra celebración.

 Lecturas: El Señor  es compasivo y misericordioso Él nos recuerda en su palabra que le pertenecemos  y como pertenencia suya debemos recordar que así como perdonamos es la medida en que se nos perdonará. Escuchemos con atención.

Ofrendas: Ofrezcamos al Señor junto con estos dones de pan y vino nuestra disposición de amar sin límites a los que nos rodean.

Comunión: Llenos de alegría acerquémonos a recibir a Jesús que es compasivo y misericordioso, dejemos inundar nuestro corazón con su ser  que nos ayude a  obrar conforme a él.

ORACIÓN UNIVERSAL

 Queridos hermanos: Presentemos a Dios Padre nuestras plegarias, por nosotros y por toda la humanidad. Oremos diciendo: Te rogamos, óyenos.

 1.    Para que la Iglesia sea lugar de reconciliación, y así se manifieste al mundo el perdón de Dios. Roguemos al Señor.

2.    Para que los que gobiernan las naciones y tienen bajo su poder el destino de los pueblos, crezcan en el don de la prudencia y el espíritu de justicia. Roguemos al Señor.

3.    Para que los enfermos y todos los que sufren tengan la fortaleza necesaria, a fin de que no se desanimen ante las dificultades, y vivan en la esperanza de los bienes eternos. Roguemos al  Señor.

4.    Para que a nosotros y nuestros familiares, amigos y bienhechores, Dios nuestro Padre nos conserve los  bienes que con tanta generosidad nos ha concedido. Roguemos al Señor.

 Señor Dios, compasivo y misericordioso, que siempre perdonas a los que perdonan, escucha nuestras oraciones y crea en nosotros un corazón nuevo que olvide las ofensas y que recuerde a los demás hasta qué punto Tú nos amas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Septiembre 24 de 2023

 Entrada: Este domingo el Señor nos reúne alrededor de su altar para alimentarnos, una vez más, con el banquete de la palabra y de la eucaristía. Hoy Jesús nos recordará que Dios no se rige según nuestras leyes y esquemas de justicia. La plenitud de su ley son la misericordia y el amor. Dispongámonos a acogerlos participando en esta celebración.

 Lecturas: El Señor es rico en perdón, sus planes y sus caminos no son como los nuestros. Vivir para Cristo es una alegría. La llamada a entrar en su Reino es fruto de su bondad infinita. Escuchemos atentos. 

 Ofrendas: Al presentar este pan y este vino pidamos al Señor que nos impulse a ser misericordiosos unos con otros, así como Él es con nosotros

 Comunión: Nos acercamos confiadamente a participar del  banquete eucarístico. Del Señor recibiremos la fortaleza para cumplir su voluntad y seguir su llamado.

 ORACIÓN UNIVERSAL

 Queridos hermanos: acudamos a Dios nuestro Padre, que manifiesta su poder en la misericordia, para que nos ayude a hacer fructuosa nuestra vida. Digámosle: Padre, escucha nuestras súplicas. 

 1.    Por quienes han sido llamados por el Señor para conducir los destinos de nuestra Iglesia, para que cuiden santamente el pueblo que tienen encomendado. Roguemos al Señor.

2.    Por los gobernantes y por los que tienen en sus manos las riquezas del mundo, para que fomenten la justicia, la paz y la libertad. Roguemos al Señor.

3.    Por los que padecen necesidades, por los que añoran la patria o vive lejos de sus hogares, para que experimenten el consuelo y la fortaleza de Dios, roguemos al Señor.

4.    Para que Dios nos conceda el perdón de los pecados, la perseverancia en la fe y en las buena obras, y la salvación eterna. Roguemos al Señor.

 

Padre bondadoso, que das a los primeros o mismo que a los últimos, haz que comprendamos que, como el cielo aventaja a la tierra, así tus caminos aventajan a los nuestros, y que es un gran honor haber sido llamados a trabajar en tu viña. Por Jesucristo nuestro Señor.