9 November 2024
 

UNA MUJER CONSAGRADA Y VIRTUOSA HACE MUCHO BIEN.  SANTO ROSARIO. Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Palabra del Señor...

En la religiosa: Dios me llamó y yo le respondí.

            La alegría del anuncio y llamado a la vocación, es la respuesta generosa y decidida que se refleja en el cumplimiento fiel de los deberes diarios, en la misión y carisma específico de cada comunidad, de cada congregación.

 

            Concédeme Señor que todos los actos de mi vida, sean realizados con amor y entusiasmo, afirmen mi entregan y sean respuesta a tu voluntad divina.

Padre Nuestro....  Ave María....  Gloria...

            VISITACIÓN.  En aquellos días, se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;  entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Palabra del Señor...

            En la religiosa: el servicio, la ayuda y la colaboración a las personas que necesitan de mí. La caridad, disponibilidad y prontitud para prestar un servicio, son el termómetro que marca nuestro amor a Dios y a los demás, me adelantaré a servir y no esperaré que me lo soliciten.

            Concédeme Señor que muchas veces en mi vida religiosa me disponga a servir a los demás sin escatimar ningún sacrificio y sin manifestar preferencias.

Padre Nuestro....  Ave María....  Gloria...

            NACIMIENTO.  Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Palabra del Señor

            En la Religiosa: Jesús nace en mí cada día en la eucaristía.

La contemplación gozosa de Jesús dentro de mi corazón me impulsa y anima para darme con generosidad. Debo ser un sagrario caminante, llevo a Jesús por donde voy, Jesús vive en mí, por el amor, la alegría, la oración.

            Concédeme Señor que todos mis actos reflejen y manifiesten que llevo a Jesús dentro de mi ser, que mis palabras sean amables, cariñosas, sencillas y cordiales.

Padre Nuestro. Ave María...  Gloria

            PRESENTACIÓN.   Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor.  Palabra del Señor...

            En la religiosa: Mi consagración cotidiana a Jesús por la renovación de mis tres votos. 

            Cada día presento a Jesús mi vida, tal como El me la ha regalado: pobre, casta y obediente, con la certeza de que paso a paso me purificará y me hará digna de El.

            Concédeme Señor la Gracia de vivir cada día mi consagración, que mi ejemplo de vida anime a otras jóvenes a seguirte.

            PÉRDIDA Y HALLAZGO.   Al volverse ellos pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres. Palabra del Señor... 

En la religiosa: La búsqueda continua de Jesús y        el hallazgo en los acontecimientos de mi vida.

            Como religiosa busco continuamente a Jesús, me identifico con El y estoy dispuesta a seguirlo. No analizo su voluntad con mi razón; la acepto con fe, generosa y alegremente. Por ti dejo todo y en Ti encuentro todo.

            Concédeme Señor, ser más generosa y abierta a tu voluntad, quiero entregarme sin reservas, toma mi vida y haz con ella como Tú quieras...

Padre Nuestro... Ave María...  Gloria...

            ORACIÓN EN EL HUERTO. Entonces va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.» Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Palabra del Señor...

            En la religiosa: La separación y despedida de mis padres y mis seres queridos.

Me lanzo y doy el primer paso. Empiezo a caminar en tu voluntad Señor. Lo dejo todo y tú serás mi recompensa. Que no se haga mi voluntad sino la tuya. Un día allá en el cielo compartiré nuevamente con ellos. 

            Concédeme Señor la alegría y la generosidad en este primer desprendimiento, no te pido que apartes de mí el Cáliz de dolor, sólo te digo que me llenes de amor y valor.

Padre Nuestro... Ave María...  Gloria...

            FLAGELACIÓN.  Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre. Así que le daré un escarmiento y le soltaré. Palabra del Señor... 

En la religiosa: La vida en comunidad llevada con amor.

            Debo comprender que al llegar a la vida religiosa, inicio una nueva vida con personas desconocidas; yo no las he escogido, ha sido el Señor, con mis compañeras, mis hermanas, mis amigas.

            Haz Señor, que las acepte con espíritu de fe. Golpe a golpe limaré mis asperezas y formaré una bella comunidad de amor.

Padre Nuestro... Ave María...  Gloria...

            CORONACIÓN.  Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura;  y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza. Palabra del Señor...

            En la religiosa: Mi forma de pensar y de ser, me debe llevar a ser humilde.

A veces mi orgullo y vanidad quiere imponer mis puntos de vista, así la vida religiosa no marcha. Debo rectificar y valorar también el pensar y opinar de mis hermanas. Ellas sienten felicidad cuando saben que yo las tengo en cuenta, se sienten valoradas.

            Concédeme Señor la Gracia de ser humilde y dame la Gracia de acomodar mis pensamientos al de mis hermanas,  sin perder mi personalidad ni convertirme en juguete de nadie.      Padre Nuestro.   Ave María...  Gloria...

            CRUZ A CUESTAS.  Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle. Palabra del Señor...  En la religiosa:  La responsabilidad de cada día llevada con amor.

            Yo te escogí y decidí seguirte; sé que un día debo cargar con mi cruz, con amor y generosidad. La cruz de mi deber diario es la que va formando los escalones para llegar hacia Ti.

            Concédeme Señor que al cargar la Cruz de cada día, experimente en mi vida la realización de tu amor. Que mis hombros sean generosos para llevar la cruz con alegría y que mi vida no se convierta en Cruz para los demás.  

            Padre Nuestro...  Ave María...   Gloria

            CRUCIFIXIÓN.   Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Palabra del Señor....

En la Religiosa: Mi renuncia continua y mi generosidad en la consagración a Dios.

            Cada día moriré un poco... Porque sólo muriendo, vivo. La semilla germina y da frutos, sólo cuando cae en tierra y muere. Mi continua renuncia debe llegar a ser un bello germinar en frutos de amor y de verdad.

            Concédeme Señor, morir continuamente a mis caprichos, renunciar a lo fácil y seductor, mantenerme firme en mi consagración.   Padre Nuestro...  Ave María...  Gloria...

            RESURRECCIÓN.  Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.  Palabra del Señor...

En la religiosa:  Fidelidad en mi vocación y satisfacción del deber cumplido.  Después de una ardua, penosa y difícil tarea realizada con amor, experimento el gozo del triunfo que he podido obtener; muchas veces tareas difíciles al comienzo, me llenan de alegría al final.

            Concédeme Señor revestirme de fe y coraje para realizar con mucha alegría y confianza los trabajos que me han sido encomendados, recordando que la semilla que muere es la que germina y da frutos de fe y vida eterna. 

Padre Nuestro... Ave María...  Gloria...

            ASCENSIÓN.  A estos mismos, después de su pasión, se les presentó dándoles pruebas de que vivía, dejándose ver de ellos durante cuarenta días y hablándoles del Reino de Dios. Palabra del Señor...

En la religiosa: Mi silencio y mi oración

            Animada en mi contemplación espero con alegría las promesas de Jesús. Recibirán el ciento por uno y después la vida eterna. Acudo a María para que ella me ayude a mantener viva la esperanza y me fortalezca en mi vida de oración...

Padre Nuestro...  Ave María...   Gloria... 

 

            VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO.-  Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos con un mismo objetivo. De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Palabra del Señor.

            En la religiosa: La continua renovación, obra del Espíritu Santo...

            Si deseo renovarme en mi vida del espíritu, debo acudir a María, sumergirme en ella, entrar en su regazo maternal. Mi principal afán es parecerme a Cristo, salir de lo humano, nacer nuevamente en el espíritu de Cristo.

Concédeme Señor una profunda renovación interior, entra en lo más profundo de mi ser y realiza un nuevo Pentecostés...

Padre Nuestro...  Ave María...  Gloria...

 

 

            ASUNCIÓN.  Todas las generaciones me llamarán bienaventurada porque el Señor ha hecho obras grandes por mí” Palabra del Señor...   

            En la religiosa:   Recibo de María Santísima su amparo continuo...

            Entiendo que soy una persona frágil, necesito de la ayuda de María. Ella fue elevada al cielo y desde allí intercede por mí. Sé que amar a María es encontrar el centro de mi vida. Encontrar al mismo Jesús.

            Concédeme Señor, buscar continuamente el amparo y protección de María Santísima; haz que acuda a ella para que pueda subir con ella y ocupar un puesto de predilección, en el cielo...     Padre Nuestro...   Ave María...  Gloria....

 

 

            CORONACIÓN.  Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”. Palabra del Señor...

            En la religiosa: La perseverancia en mi vocación y el encuentro definitivo con Dios...

            Qué feliz debe ser la muerte definitiva de un alma consagrada a Dios. Qué consolador y qué bello debe ser el encuentro con mi amado. Debo animarme a vivir en pureza, autenticidad, amor, alegría en mi consagración y mi entrega a los demás para ganar la batalla.

Concédeme Señor caminar con la antorcha de la fe, la esperanza y el amor y que los pequeños esfuerzos se conviertan en diademas que ceñiré un día más allá en tu Reino...  Padre Nuestro. Ave María. Gloria