5 de octubre 2017. En la Misa que celebró en Santa Marta, el Papa Francisco invitó a que cada uno encuentre sus raíces ya que si no es una persona enferma que puede auto exiliarse. El Pontífice animó a reencontrar la propia pertenencia. Para ello comentó la primera lectura del día que habla del exilio en Babilonia del pueblo de Israel y el deseo de volver.
Francisco pensó también en la “nostalgia de los inmigrantes”, aquellos que “están alejados de su patria y quieren volver”. En la lectura, Nehemías quería regresar junto a su pueblo a Jerusalén, pero se trataba de “un viaje difícil” ya que “tenía que convencer a mucha gente”. “Era un viaje para reencontrar las raíces del pueblo”.
Después de tantos años de esclavitud, las raíces “se habían debilitado” pero no habían desaparecido. “Sin raíces no se puede vivir: un pueblo sin raíces o que las deja perder es un pueblo enfermo”, manifestó. Al mismo tiempo, “una persona sin raíces, que ha olvidado sus propias raíces, está enferma. Reencontrar, redescubrir las propias raíces y tomar la fuerza de ir adelante, la fuerza de dar fruto”. Pero no es un camino fácil porque hay “resistencias”: “son las de aquellos que prefieren el exilio psicológico: el auto exilio de la comunidad, de la sociedad, aquellos que prefieren ser un pueblo desarraigado, sin raíces. Debemos pensar en esta enfermedad del auto exilio psicológico: hay mucho mal. Nos quita las raíces, elimina la pertenencia”. “El hombre y la mujer que encuentran las propias raíces, que son fieles a la propia pertenencia, son un hombre y mujer de alegría, y esta alegría es su fuerza”. Francisco terminó advirtiendo de que quien tiene “miedo de llorar” también tendrá “miedo de reír” y animó a pedir la gracia de ponerse en camino para encontrar las propias raíces. Cf. Nehemías 8,1-12. Fuente: Aciprensa. Álvaro de Juana.