21 de octubre 2017. Padre, Mario García Isaza, formador, Seminario Mayor, Ibagué, Colombia. EL REINO DE LA MENTIRA. “ La verdad os hará libres” , es sentencia eterna que brota de los labios del mismo Jesucristo. ( Veritas liberabit vos , Jn. 8, 32 ) Y el Libro de los Proverbios sienta esta afirmación : “ La misericordia y la verdad son el apoyo del rey” ( Prov. 20, 28 )En su reciente visita a nuestra patria, el Santo Padre Francisco dijo tajantemente : “ La verdad es una compañera inseparable de la justicia y de la misericordia. Las tres juntas son esenciales para construir la paz…” (Discurso en el parque Las Malocas, septiembre 8 )
No son posibles ni la libertad auténtica, ni el perdón, la misericordia y la reconciliación, ni la paz verdadera y estable, si no se construyen sobre el cimiento de la verdad. Cuando el engaño y la mentira se vuelven instrumentos de la política; cuando quien lleva en sus manos las riendas del poder no obra con sinceridad, y recurre a la farsa, al engaño y a la trapisonda para lograr sus propósitos; cuando a la búsqueda del perdón no se le pone, como condición insoslayable, la verdad en el reconocimiento del pecado del que se desea ser absuelto; cuando los que se dicen artesanos de un proyecto de paz dirigido a acabar con historias de violencia y de sangre mienten, sin sonrojarse siquiera, y camuflan en falacias y eufemismos intencionales sus proyectos; cuando todo esto sucede, ese gobierno pierde legitimidad, esa paz pretendida y cacareada es hojarasca que se lleva el viento, ese proyecto político no es otra cosa que la trapaza artera con que se defraudan los anhelos y los derechos de la comunidad, y ese perdón se vuelve moral y políticamente imposible.
Por eso, precisamente, la paz que con palomitas blancas de solapa y con descripciones fantasiosas y mendaces ante ingenuos auditorios foráneos pregona el presidente de la república, no es cierta, ni es auténtica, ni es posible, para dolor de los colombianos. Porque él miente; siempre ha mentido, y lo hace a sabiendas. Sobre falacias, que a muchos lograron engañar, montó su primera y su segunda campaña; mintió cuando aseguraba, al comenzar a aflorar detalles de sus secretas componendas con el grupo criminal de las FARC, que no habría impunidad, y que los jefes guerrilleros tendrían que pasar, así fuese un corto tiempo, entre rejas; mintió cuando reiteradamente aseguró que respetaría el veredicto de las urnas del plebiscito, en octubre del 2016, y luego lo desconoció cínicamente; miente cuando presenta su NAF como un documento nuevo, a sabiendas de que nada substancial de todo lo que los colombianos rechazamos fue cambiado en ese acuerdo nefasto; miente cuando describe ante auditorios extranjeros un país de maravillas, que no coincide, ni mucho menos, con la realidad monda y lironda de Colombia; mentía, por ejemplo, y debe saber que lo hacía, cuando afirmaba hace poco ante la ONU : hemos convertido la salud en un derecho del que pueden gozar todos los colombianos…mientras seis millones de pacientes que su ministro de salud ha “peloteado” de Saludcoop a Cafésalud, y de éste a Medimás, seguimos sufriendo el que se nos nieguen incluso los medicamentos más elementales o las citas médicas más necesarias. Y como él y siguiendo su ejemplo, mienten sus obsecuentes y venales servidores; para citar sólo un ejemplo, miente el señor De la Calle al negar que en lo pactado con la subversión exista cosa que se parezca a ideología de género, cuando todavía tenemos en los archivos su imagen afirmando sin asomo de vergüenza ante micrófonos : no se nace hombre o mujer…Y, ¡por supuesto!, mienten, siempre han mentido, los contertulios del señor Santos, cabecillas de esa cáfila criminal que son las FARC, que hoy ofenden a Colombia pavoneándose en estrados políticos y universitarios abyectos, y posan de prohombres , y pretenden dictar cátedra de ética; como si no sea dieran cuenta de que tras ellos camina la sombra de sus crímenes abominables y del daño irreparable que le han inferido a una nación que los rechaza; ellos jamás le han dicho la verdad a los colombianos; nos han engañado en relación con sus incalculables y mal habidas riquezas, con la suerte de los miles de compatriotas por ellos secuestrados, con la situación y el número de los niños y niñas reclutados criminalmente, con la entrega de sus armas asesinas, con la naturaleza del sórdido negocio del narcotráfico que engordó siempre y sigue engordando sus bolsillos; nos han mentido y nos siguen mintiendo en cuanto dicen y hacen. Esto que pretenden imponernos el presidente y don Timo, es una tragicomedia a la que le vendría bien como título: EL REINO DE LA MENTIRA. No es, tal vez, casualidad el hecho de que lo hayan firmado en el escenario del Colón: es allí donde se hace teatro… correo: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.