23 November 2024
 

 

 

 

 

17 de noviembre 2017. Para el Papa Francisco, “pensar en la muerte hace bien” porque todos estamos llamados a encontrarnos con el Señor, por lo que invitó a pensar que la vida terrena es momentánea. “Pensar en la muerte no es una fantasía mala, es una realidad”. En la capilla de la Casa Santa Marta, donde como cada mañana celebró la Misa, comentó el Evangelio de la liturgia del día en el que habla de la segunda venida de Cristo.

Francisco afirmó que la Iglesia quiere que los hombres piensen en la muerte porque esta llamada “se hará”. Por eso, “la Iglesia estos días te dice: ‘Párate un momento, párate a pensar en la muerte’".

A su vez criticó que muchos funerales se convierten en un acto social donde se come y se bebe y al final “son una reunión más, para no pensar”. “Hoy la Iglesia, hoy el Señor, con esa bondad que tiene, nos dice a cada uno de nosotros: ‘Párate, párate, no todos los días serán así. No te acostumbres como si esto fuera la eternidad. Habrá un día que serás arrancado de aquí, el otro permanecerá, pero tú serás quitado”. Es “ir con el Señor, pensar que nuestra vida tendrá fin, y esto hace bien”.

 

“Hoy quizás sea el último día, no lo sé, pero haré bien mi trabajo”. “Pensar en la muerte no es una fantasía mala, es una realidad. Si es mala o no mala depende de mí, como yo la pienso, pero que será una realidad es así. Y allí será el encuentro con el Señor, y esto será lo hermoso de la muerte, será el encuentro con el Señor, será Él quien venga al encuentro y quien diga: ‘Ven, ven, bendito de mi Padre, ven conmigo’”. El Papa también contó una anécdota: “El otro día me encontré con un sacerdote de unos 65 años, y tenía algo que no era bueno, no se sentía bien. Fue al médico y éste le dijo: ‘Mire, usted tiene esto, esto es algo malo, pero quizás estamos a tiempo de pararlo, haremos esto, si no se detiene haremos esto otro, y si tampoco funciona comenzaremos a caminar y yo le acompañaré hasta el final’. ¡Qué bueno ese médico!”. Tomando este ejemplo, el Pontífice invitó a tener presente siempre que “el Señor vendrá a tomarme para ir a Él”. Fuente: Aciprensa. Evangelio: Lucas 17, 26-37.