Se requiere que la Sagrada Escritura sea el alma de la pastoral, su corazón, su fuente, la que le da vida.
La animación bíblica de la pastoral viene a ser toda aquella actividad de la Iglesia, que tiende a que “la predicación de la Iglesia, como toda la religión cristiana, se alimente y se rija por la Sagrada Escritura”, (cf. Dei Verbum 21). Es decir, la pastoral misma como todo el quehacer evangelizador de la Iglesia están animados por la Sagrada Escritura, su centro y motor fundamental es la Palabra de Dios.