ANÍMATE…. Somos Fruto de una Vocación Divina
Para la LV jornada mundial de oración por las vocaciones, el Papa Francisco propone tres aspectos necesarios para tomar conciencia de que nuestra vida y nuestra presencia en el mundo son fruto de una vocación divina; estos aspectos son: escuchar, discernir y vivir.
Estos tres aspectos son importantes porque permiten que el joven, en especial, pueda tomar conciencia de su llamado (su vocación) a la alegría en la diversidad y especificidad de cada vocación personal y eclesial; esa vocación la va descubriendo por medio de la relación con Dios que le permite experimentar que es Él que se adelanta y sale al encuentro, sin importar lo polvoriento del camino de cada joven, su estilo de vida, sus ideales, sus sueños; porque Dios sale al encuentro del joven “para ofrecerle algo más grande que la copa del mundo” (Papa Francisco, JMJ 2013), y eso más grande que le propone es una vida fecunda y feliz que no mengua porque es una propuesta directa de Dios al corazón del joven.
Estos tres aspectos propuestos por el Santo Padre en su mensaje enmarcan la propuesta de trabajo de la pastoral vocacional de la Arquidiócesis de Ibagué.
Escuchar
Dios viene al hombre de manera silenciosa y con absoluta discreción, sin buscar imponerse ante la vida del joven; la actitud de Dios es tan tenue que es necesario que el joven agudice el oído para escuchar aquella brisa tenue en la que se le encuentra (1 Reyes 19,11).
Este primer aspecto es necesario hacerlo en completa apertura a la acción de Espíritu Santo, para poder aprender y recordar todas las enseñanzas de Jesús (Juan 14,26) y para poder comprender la Voluntad de Dios, por encima de la propia. Este primer paso de crecimiento espiritual y vocacional requiere salir de la comodidad y del confort en el que el joven se estanca, y ponerse en camino al encuentro con el otro, de manera que este primer paso de los frutos esperados mediante la escucha al Espíritu Santo y el crecimiento humano que se da en el contacto con los otros.
La Pastoral vocacional de la Arquidiócesis en apropiación de estos aspectos tan útiles para el proceso vocacional ha puesto a disposición de los jóvenes y niños de nuestra Arquidiócesis semilleros vocacionales y encuentro vocacionales para que mediante el compartir fraterno se vaya experimentando el campo de acción al cual Dios convoca a cada uno por su nombre especial; y también se ha puesto a disposición de todo el pueblo de Dios la Misa Vocacional en el Seminario Mayor, para pedirle a Dios su Espíritu Santo a fin de que los jóvenes puedan abrirse a su acción y de esa manera puedan sentirse constructores de un campo especifico al cual el dueño del campo les ha llamado.
Discernir
Este aspecto tan importante en el proceso vocacional se hace mediante la lectura que el joven hace desde dentro: mediante el reconocimiento de sí puede entender a que lo llama el Señor, teniendo en su mente y en su corazón que “no lo llama al del montón, sino que llama a cada uno” (Papa Francisco, JMJ 2013), este proceso de discernimiento vocacional requiere sinceridad del joven consigo mismo y con Dios, ese reconocimiento que le permite percibir y profundizar en sus talentos, pero también le permite ser consciente de sus debilidades, para que pueda experimentar la alegría que nace en la relación sincera y cercana con Dios, por ello esa valiosa alegría el joven no se la debe dejar robar, porque esa alegría de sentirse mirado y escogido con misericordia le permite comprender que su llamado no es una carga sino una posibilidad para ser feliz.
Este aspecto del proceso vocacional requiere que el joven puede mediante la oración -la escucha (primer aspecto)-, intuir hacia dónde lo orienta el Señor para que alcance la felicidad, por eso es que el discernimiento vocacional se realiza primero personalmente por medio de la lectura hacia adentro.
Y luego por medio del apoyo del equipo de la pastoral vocacional de la Arquidiócesis reconocer los instrumentos y las situaciones que Dios ha destinado para orientar la felicidad y la plenitud del joven, este proceso requiere de la sinceridad ahora del joven con el equipo de la pastoral vocacional, para que, mediante el acompañamiento de este equipo y bajo la acción del Espíritu Santo se pueda ayudar al joven a encontrar el camino de la felicidad a la cual está convocado.
Este proceso de discernimiento en nuestra Arquidiócesis se lleva a cabo mediante diferentes experiencias que la Pastoral Vocacional propone para que, en la diversidad de dichas vivencias el joven pueda identificar en comunión con el animador vocacional el llamado de Dios y mediante la oración descubrir su camino vocacional personal.
Vivir
“Jesús es el Señor del riesgo, del siempre ir más allá” (Papa Francisco, JMJ 2016), este último aspecto propuesto por el Santo Padre es el aspecto práctico, aquí el joven se ha dejado mirar con misericordia y ha visto el campo al cual ha sido convocado (vida laical, en el matrimonio; a la vida sacerdotal, en el ministerio ordenado, o a la de especial consagración), el joven aquí comprende que debe ser testigo aquí y ahora.
Este vivir propuesto como culmen del proceso de acompañamiento vocacional tiene como tarea fundamental permitirle al joven comprender que su vocación debe vivirse en el hoy de su vida, en su realidad especial, por medio de sus talentos y de sus miedos; aquí la pastoral vocacional juega un papel importante porque da herramientas para los cristianos de nuestros días, por medio del acercamiento a la realidad de nuestra iglesia particular y de la sociedad en la cual se está inmerso.
Su vocación ya vislumbrada le permite al joven responder con prontitud “Aquí estoy”, le permite en esa sincera relación con Dios entregarse siendo consciente del Don que es para sí, para el mundo entero y en especial para la propagación de la Fe de nuestra Iglesia.
La pastoral vocacional de la Arquidiócesis de Ibagué es sus tareas fundamentales se ha propuesto en cada una de sus actividades tanto con los jóvenes como con las familias darles una cuota de valentía para animarse a salir del confort, para caminar por caminos que nunca fueron soñados y mucho menos pensados, para que puedan abrir nuevos horizontes en su realidad de vida y en sus tareas de ser testigos y misioneros y así poder contagiar la alegría que nace del amor de Dios, ese amor que han experimentado desde la escucha y el acompañamiento.
La Pastoral Vocacional conocedora de su tarea de sembrar la semilla de “locura de Seguimiento de Jesús” (Papa Francisco, JMJ 2016), iniciará en pocos días la “semana vocacional”, la cual desea ser un tiempo de gracia en la convocación de todos los jóvenes que inquietos por la persona de Jesús de Nazaret desean conocer su vocación en servicio de su Iglesia.
Para esta semana tendremos las siguientes actividades:
ü Durante los días 22 al 29 de abril los seminaristas y religiosas acompañaran algunas parroquias visitando los colegios, grupos apostólicos y otros, llevando el mensaje vocacional.
ü El sábado 14 de abril tendremos encuentro vocacional en el Seminario Mayor con los jóvenes que estén cursando el grado once y/o aquellos que ya hayan terminado bachillerato de 8:00 a.m. a 4:00 p.m.
ü El 22 de abril se dará inicio a la semana vocacional con la Eucaristía presidida por el Señor Arzobispo Mons. Flavio Calle en la Parroquia Inmaculado Corazón de María en el Barrio Ricaurte a las 7:00 a.m. Cordial invitación.
ü El jueves 26 de abril en el Seminario Mayor a las 5:30 p.m. tendremos la Hora Santa donde oraremos por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas y a las 7:00 p.m. Eucaristía vocacional presidida por uno de los señores Obispos.
Unámonos todos como familia arquidiocesana a orar por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas y que sea el Señor quien mire con bondad nuestra Iglesia particular enviando santos y sabios servidores.