MONICIÓN INTRODUCTORIA DE LA MISA
Nos congregamos en torno al altar de Dios para celebrar el misterio de nuestra fe en el que somos alimentados por la sabiduría de la Palabra y la fortaleza que nos da el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Durante este Domingo celebramos la Jornada del Óbolo de San Pedro en todas las Parroquias del País. Es la oportunidad para dejarnos interpelar por el llamado que hoy nos hace la Palabra Divina a ser mensajeros de la caridad, y a unirnos en un gesto de comunión con el Apóstol Pedro, entregando al Santo Padre Francisco nuestras ofrendas para ayudarlo a realizar obras de caridad en todo el mundo.
Movidos por este espíritu de generoso compartir, celebremos con fe y alegría esta santa liturgia.
MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA
La Palabra de Dios nos invita a vencer nuestro miedo a la muerte, a poner toda nuestra fe y esperanza en el Señor, y a levantarnos de nuestros dolores y sufrimientos de cada día para ponernos al servicio del Señor.
¡Escuchemos y caminemos con el Señor!
MONICIÓN FINAL
Demos gracias a Dios porque en su Hijo Jesucristo nos ha revelado su bondad y su misericordia. Ahora, alimentados por la gracia que nos da la Eucaristía y con una fe más viva en el Señor Jesús, sintámonos enviados por el Espíritu Santo a embellecer el rostro de la Iglesia mediante la vivencia pronta y alegre de la caridad cristiana.
ORACIÓN UNIVERSAL O DE LOS FIELES
Presidente:
Presentemos nuestras súplicas al Padre y pidámosle que atienda las necesidades de cada uno de sus hijos. Unámonos diciendo:
R/ Padre, que amas y salvas a todos, escúchanos.
· Por nuestra madre la Iglesia para que, a través del Santo Padre y todos los ministros y fieles, seamos confirmados en la misión de ser, todos los días de nuestra vida, una comunidad de fe, de esperanza y de amor, roguemos al Señor.
· Por Su Excelencia Monseñor Ettore Balestrero, Nuncio Apostólico en Colombia, para que se vea siempre asistido por la luz del Espíritu Santo y pueda cumplir fielmente su misión en nombre del Apostol Pedro, roguemos al Señor.
· Por los responsables de los gobiernos, para que se sientan animados a promover los valores y los derechos humanos. Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al Señor.
· Por todos los que sufren, los marginados, los desterrados, los explotados, los angustiados y, especialmente, por los enfermos de nuestras comunidades, a fin de que el Señor alimente en nosotros el ánimo para realizar verdaderas obras de misericordia para con ellos y sea nuestro Padre Dios quien los conforte y sostenga en la esperanza, roguemos al Señor.
· Para que, saliendo de nuestra mediocridad, sepamos llevar a plenitud la fe recibida en el bautismo, caminando así hacia la santidad que Dios exige de nosotros, roguemos al Señor.
Presidente:
Dios nuestro, que nos has manifestado tus designios de salvar a todos los hombres, revístenos de los mismos sentimientos de tu Hijo Jesucristo, para que con nuestras palabras y nuestras obras, demos siempre testimonio de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.