21 November 2024
 

15 Octubre 2012Cara a cara sobre el proyecto de ley que busca reglamentar esta práctica.

                Por. Redacción vida de hoy.  Periódico El tiempo, Colombia. Esta semana, cuando el Congreso de la República aprobó en primer debate el proyecto de ley que busca reglamentar la eutanasia y el suicidio asistido en Colombia, la polémica en torno de este espinoso tema volvió a encenderse. (Lea: Congreso aprueba en primer debate reglamentación de la eutanasia). Con la iniciativa, que en dos semanas afrontará su segundo debate en la plenaria del Senado, se busca dar cumplimiento a la Sentencia 239 de 1997 de la Corte Constitucional, que despenalizó el homicidio por piedad.

El proyecto propone que todo adulto afectado por un mal terminal y que esté padeciendo dolores intensos pueda acceder voluntariamente al procedimiento, con el apoyo de un médico.  Aquí, dos miradas opuestas del polémico tema. Dignidad 'Resolver sobre la vida propia es un derecho' Juan Mendoza, Fundación pro Derecho a Morir Dignamente °°°°

°°°°   Es muy importante, en aras de la discusión, limitar el concepto de eutanasia a lo que realmente es. La eutanasia es hacer o dejar de hacer algo, con la intención de cortar la vida de una persona que así lo ha pedido, porque está sufriendo de manera intolerable y no hay otra manera real de aliviarlo.

Suspenderle a un enfermo los tratamientos que ya no le sirven sin intención de cortar su vida no es eutanasia. La Corte Constitucional, en una sentencia de 1997, reconoció que toda persona tiene derecho a resolver sobre su vida, hasta el último instante de ella, que es la muerte.

Si está sufriendo y no quiere seguirlo haciendo, puede pedir, de manera autónoma, acabar con esa condición. Eso no quiere decir que otra persona esté tomando decisiones sobre su vida. Por lo tanto, no se puede hablar, en este sentido, de que se autoriza a un tercero para darle muerte.

El límite de la religión

En este caso, el asunto se limita a si la persona tiene derecho o no a resolver sobre su vida hasta el último momento, que es la muerte. Y entonces cualquier objeción que se haga, desde el punto de vista puramente legal, le estaría negando a la persona la propiedad sobre su vida, que es un derecho fundamental. Son respetables los argumentos religiosos, pero hay que tener en cuenta que solo son aplicables a quienes tienen en su vida esas creencias; extenderlos por la fuerza a todo el mundo es una violación de la autonomía, que también es un derecho fundamental.

Hay que aclarar que la eutanasia, así sea legal, jamás será obligatoria, y que en este caso los médicos, como ejecutores de esa medida, tendrán la oportunidad lícita de hacer objeción de conciencia, y eso debe respetárseles también. Ningún médico está obligado a actuar como intermediario ni a dar la eutanasia, aunque la ley lo autorice. Obligar a los médicos también sería ilegal e iría contra la ética.

En cuanto al proyecto que busca reglamentar la eutanasia, considero que mezclarle elementos políticos y religiosos a este asunto es un error y puede llegar a ser una injusticia, bien por exceso o bien por defecto. La eutanasia es un componente que forma parte de la muerte digna, pero no se limita jamás a la muerte digna.

Que quede claro, además, que este derecho a decidir sobre el final de la vida se relaciona con otro derecho: recibir, hasta el último momento, todas las herramientas de cuidados paliativos dirigidas a atenuar el sufrimiento y el dolor. El propósito debe ser que estos factores no se conviertan en determinantes que fuercen cualquier decisión.

* Médico, neurocirujano, expresidente de la Academia Nacional de Medicina y actual presidente de la junta directiva de la Fundación pro Derecho a Morir Dignamente.

Debate moral

'Médicos están para curar, no para matar'

Jorge Merchán Price, fundador del movimiento Médicos Azules

Si se tiene en cuenta que la eutanasia no es un acto médico, el Congreso -al igual que la Corte Constitucional- se extralimitaría en sus funciones si impusiera a los médicos esa obligación.

Según la Corte, el médico es el llamado a practicar la eutanasia porque "es el único capaz de suministrarle (al paciente) la información y de brindarle las condiciones para morir dignamente". No veo qué tiene que ver lo uno con lo otro.

El médico puede explicarle su condición terminal, pero eso no lo convierte en la persona idónea para quitarle la vida. No se necesita ser médico para eso, ni para apagar un ventilador mecánico (oprimir un simple botón), ni para aplicar una inyección letal. Cualquiera puede hacerlo.

Los médicos existimos para defender el valor de la vida y restablecer la salud de nuestros pacientes; no tratamos personas porque ellas tengan el derecho a la vida o no; las tratamos porque están vivas.

Poner al médico a matar a sus pacientes es lo mismo que poner a los policías a robar a los ricos para alimentar a los niños pobres. Aunque la causa parezca noble, la verdad es que los policías no roban y los médicos no matan, aunque sus pacientes lo pidan.

No hay argumentos éticos médicos legítimos que permitan al médico matar. Pretender eso es pretender legitimar moralmente (haciendo uso indebido del aura moral de rectitud inherente al médico) un acto antinatural y contrario a la misión vocacional del médico.

Sé por experiencia que los pacientes no quieren morirse realmente, sino que se les preste atención, aunque solo sea para matarlos. Su soledad no es una enfermedad terminal. Si el Estado quiere la eutanasia a cualquier costo, entonces que también a cualquier costo abra el espacio jurídico para que sea un verdugo de oficio quien lo haga, o que permita a los familiares ejecutarla ante un notario. Son ellos, y no el médico, quienes deben responder ante la sociedad, ante su familia y ante sus conciencias.

De esto último debería tomar nota el magistrado Jaime Arrubla, expresidente de la Corte Suprema de Justicia. Lo acompaño en su dolor por la penosa e infortunada enfermedad de su señora esposa, recientemente fallecida, pero le exijo también, como médico y en representación de los médicos decentes de Colombia, que en su lucha jurídica en favor de la eutanasia entienda responsable y consecuentemente, como le corresponde, que quien desee la muerte de su familiar enfermo terminal no exija que sea el médico quien lo haga por él.

(*) Cirujano general de la Universidad Javeriana, conferencista y autor del libro 'Ética médica, abusos y atropellos', fundador del movimiento Médicos Azules, que busca reivindicar la práctica médica en Colombia.

El proyecto

Un procedimiento para morir

De ser aprobado el proyecto de ley al que le faltan tres debates, la eutanasia podría ser aplicada en el país, pero solo para pacientes con enfermedades graves, sin cura y que causen sufrimiento al paciente. Se establece la figura de petición por instrucción previa, para lo cual se deberá firmar un documento ante notario, con dos testigos, mínimo 5 años antes. La instrucción será evaluada por una junta médica.

'Es urgente reglamentar'

Ponente dice que es un mandato de la Corte

Armando Benedetti, senador del partido de 'la U' y ponente de la ley de la eutanasia, dice que la reglamentación es un mandato de la Corte, y que se hace necesario reformar dos artículos del Código Penal para dar seguridad jurídica a los médicos que la practiquen. "Actualmente la eutanasia se puede hacer como sea, yo lo que quiero es reglamentarla para que haya procedimientos claros y que las personas que quieran morir dignamente lo puedan hacer", dice. "Morir bien es un derecho y un deseo que tenemos todos", agrega. El paciente será el único que lo pueda determinar.