ASAMBLEAS FAMILIARES
Misión, Arquidiócesis de Ibagué 2011
Padre, Félix María García, delegado Episcopal para la Pastoral Familiar Arquidiocesana
PRESENTACION
La misión de la Familia es una gracia en nuestra Arquidiócesis, que debemos aprovechar, para trabajar por ella y Evangelizarla, dando todo de nuestra parte para que redescubramos que la familia vale la pena.
Es importante recordar que cada encuentro bien llevado y realizado, permitirá dar a las familias un mensaje claro, preciso y sencillo, que les ayudará en su diario vivir a re-descubrir el valor que cada una de ellas tiene como familia, proyectándolas a cumplir la misión de ayudar a otras y otros, comprometiéndolos para transformar esa mentalidad que está impregnando a la sociedad de atacar y querer destruir a nuestras familias.
La Familia es un don, una gracia de Dios, es un tesoro para nuestra Iglesia y la sociedad, por ello es importante comprometernos todos y luchar por ella, respondiendo a este desafío como Iglesia: Amar, conservar y trabar por la familia. Lancemos nuestras redes, comprometiéndonos muy seriamente con la misión de la familia en nuestra Arquidiócesis.
Pbro. FELIX MARIA GARCIA ANGARITA
Delegado Episcopal de Pastoral Familiar
PRIMER TEMA
LA REALIDAD DE LA FAMILIA
1. OBJETIVO
Tomar conciencia de la realidad en la que viven nuestras familias, con el fin de que nos comprometamos a amarla, defenderla y luchar por ella.
2. DINAMICA DE ACOGIDA
El misionero saluda a las parejas, familias participantes, les da la bienvenida a esta experiencia de Misión que vamos a comenzar. Terminada la presentación, realiza una dinámica que sirva de conocimiento de todos los participantes.
Uno de los integrantes de la familia, presente a los miembros de su familia: nombres, años de casados o de convivencia, números de hijos, etc.
3. ORACION INICIAL
- Canto: Alabaré
- Invocación al Espíritu Santo.
- Oración de Acción de Gracias, Padrenuestro y oración de la Misión.
4. VER LA VIDA
El misionero comenzará por hacer una división del grupo de familias, para trabajar en varios subgrupos; cada subgrupo debe nombrar un secretario o relator, que pondrá en común las respuestas a las siguientes indicaciones:
Hacer una lista de los principales problemas que afectan a la familia a) a nivel mundial b) a nivel nacional c) en nuestra diócesis (o parroquia) (dos problemas de cada uno de los aspectos).
Señalar las principales causas de estos problemas:
¿Cuál creen que puede ser la solución que nos ayude a resolver toda esta problemática, desde la realidad de nuestra parroquia o municipio?
Poner en común las respuestas de cada grupo.
5. ILUMINACION BIBLICA: Col 3, 18 – 25
Dialogo:
Compartir el texto con tus palabras.
¿Cuál es el mensaje para las familias?
Nuestras familias son así como nos la recomienda San Pablo?
¿Qué diferencia hay con nuestra realidad?
6. ENSEÑANZA
Por lo que ustedes mismos acaban de decir es evidente que al mundo le pasa algo y ese algo nos afecta también a nosotros aunque nos encontremos en un sitio apartado y escondido de la tierra. Para hacernos una idea de esa situación del mundo y de cómo es una situación que nos exige dar respuesta porque la problemática es cada día más fuerte, escuchemos esta breve lectura tomada del Concilio Vaticano II:
“He aquí algunos rasgos fundamentales del mundo moderno. El género humano se halla hoy en un período nuevo de su historia, caracterizado por cambios profundos y acelerados, que progresivamente se extienden al universo entero. Los provoca el hombre con su inteligencia y su dinamismo creador; pero recaen luego sobre el hombre, sobre sus juicios y deseos individuales y colectivos, sobre sus modos de pensar y sobre su comportamiento para con las realidades y los hombres con quienes convive. Tan esto es así, que se puede ya hablar de una verdadera metamorfosis social y cultural, que redunda también en la vida religiosa.
Como ocurre en toda crisis de crecimiento, esta transformación trae consigo no leves dificultades. Así mientras el hombre hombre amplía extraordinariamente su poder, no siempre consigue someterlo a su servicio. Quiere conocer con profundidad creciente su intimidad espiritual, y con frecuencia se siente más incierto que nunca de sí mismo. Descubre paulatinamente las leyes de la vida social, y duda sobre la orientación que a esta se debe dar.
Jamás el género humano tuvo a su disposición tantas riquezas, tantas posibilidades, tanto poder económico. Y, sin embargo, una gran parte de la humanidad sufre hambre y miseria y son muchedumbre los que no saben leer ni escribir. Nunca ha tenido el hombre un sentido tan agudo de su libertad, y entretanto surgen nuevas formas de esclavitud social y psicológica. Mientras el mundo siente con tanta viveza su propia unidad y la mutua interdependencia en ineludible solidaridad, se ve, sin embargo, gravísimamente dividido por la presencia de fuerzas contrapuestas. Persisten, en efecto, todavía agudas tensiones políticas, sociales, económicas, raciales e ideológicas, y ni siquiera falta el peligro de una guerra que amenaza con destruirlo todo. Se aumenta la comunicación de las ideas; sin embargo, aun las palabras definidoras de los conceptos más fundamentales revisten sentidos harto diversos en las distintas ideologías. Por último, se busca con insistencia un orden temporal más perfecto, sin que avance paralelamente el mejoramiento de los espíritus.
Afectados por tan compleja situación, muchos de nuestros contemporáneos difícilmente llegan a conocer los valores permanentes y a compaginarlos con exactitud al mismo tiempo con los nuevos descubrimientos. La inquietud los atormenta, y se preguntan, entre angustias y esperanzas, sobre la actual evolución del mundo. El curso de la historia presente en un desafío al hombre que le obliga a responder.” (Constitución Pastoral Gaudium et Spes, del Concilio, No. 4).
A esto que decía el Concilio en 1965 le hemos de agregar todos los problemas y situaciones de estos últimos 40 años, como la caída de la URSS, la caída de las ideologías, los viajes interplanetarios, las guerras inteligentes (como la del Golfo pérsico o la de Kosovo), la globalización, la Internet, la pornografía infantil, la manipulación genética y tantas otras situaciones que merecen una respuesta, puesto que ni las ideologías como el comunismo, ni las políticas diversas, ni el progreso científico han podido cumplir sus promesas de felicidad y bienestar para todos los hombres, por el contrario han generado una cantidad de problemas y conflictos totalmente nuevos e inesperados.
¿Qué otros nuevos problemas se podrían añadir a los denunciados por el Concilio? ¿Cómo, toda esta problemática está afectando a nuestras familias?
También en nuestra diócesis y en nuestra región, vivimos unas situaciones a nivel social, familiar, político, económico y cultural que obedecen a valores y anti valores presentes en nuestra cultura y en nuestros esquemas de vida.
La respuesta que nosotros venimos a traer a muchas de estas situaciones se encuentra en las MISMAS FAMILIAS que redescubriendo la fe y creciendo en ella van introduciendo en el hogar y en los demás ambientes (barrio, parentela, sitios de trabajo, etc.) unos valores nuevos, una mentalidad y unos modelos de vida totalmente distintos, como nos narran los Evangelios y los Hechos de los apóstoles a propósito de los primeros cristianos.
Ciertamente que pudiéramos hablar mucho más de la realidad en la que viven nuestras familias hoy, y documentos que podemos consultar para un mejor aprovechamiento del tema es: Familiaris Consortio 6 – 8 de JP II; Gaudium et Spes 4-8
7. COMPROMISO
Cada familia debe comenzar a conocer mejor y transformar la realidad de su propia familia y las más cercanas, para que nos convirtamos en familias Iglesia Doméstica.
8. ORACION
Se hará un momento de oración espontánea dirigida por el misionero, en donde se ore por las dificultades que atraviesan nuestras familias y en donde se dé gracias por las familias buenas que aún hay. Padrenuestro y Avemaría.
SEGUNDO TEMA
LA BUENA NUEVA DE LA FAMILIA
OBJETIVO
Lograr que las familias comprendan que son una buena noticia y que el valor que ella tiene para cada persona, para sí misma, para la Iglesia y sociedad, nada ni nadie lo puede reemplazar.
DINAMICA DE ACOGIDA
El misionero deberá haber elegido desde el día anterior una o dos familias, para que le ayuden a recibir a cada persona al inicio del encuentro y los acomoden en sus respectivas sillas. La reunión se comenzará con una dinámica, que es canto a la vez. (Muchos hijos tiene el padre Abraham). Esta dinámica permitirá que los participantes rompan el hielo y se dispongan para realizar la oración.
ORACIÓN INICIAL
- Canto: A edificar la Iglesia
- Invocación al Espíritu Santo.
- Oración de Súplica: Espontánea. Terminar con el padrenuestro y Ave María.
VER LA VIDA
El coordinador o misionero, hará que el grupo se divida en dos o tres subgrupos, dependiendo el número de participantes. Cada subgrupo elegirá un coordinador, para que éste a su vez sea quien los represente en la plenaria de trabajo.
Trabajar las siguientes preguntas:
¿Definir qué es la familia?
¿Cuáles deben ser las funciones de la familia?
¿Qué clases de familia se encuentran hoy?
¿Cómo está conformada la familia hoy?
ILUMINACION BIBLICA: Lc 2, 41 – 52
Leer el Texto y compartirlo con sus propias palabras.
¿Qué hechos reflejan la existencia de una bonita vida familiar en el hogar de Jesús, María y José?
¿Cómo superaron la dificultad que se les presentó a la Familia de Nazaret?
¿Qué nos enseña la Familia de Nazaret hoy a nuestras familias?
¿Cómo podríamos definir a la familia de Nazaret?
MENSAJE
La familia no es el efecto de la casualidad; ni el producto de la evolución de las fuerzas naturales. Como institución natural, la familia fundada en el matrimonio no es una invención de la Iglesia ni una imposición; es, con toda evidencia, un bien necesario, en el cual se juega el futuro del mundo. La exhortación apostólica Familiaris Consortio afirma que “el futuro de la humanidad se fragua en la familia” F.C 86.
La Carta de los derechos de la familia en su preámbulo dice: “La familia está fundada sobre el matrimonio, esa unión intima de vida, complemento entre un hombre y una mujer, que está constituida por el vínculo indisoluble del matrimonio libremente contraído, públicamente afirmado, y que está abierta a la transmisión de la vida”. En este encuentro nuestro deseo, es que comprendamos y veamos la definición de la familia y la importancia de ella, para toda la sociedad.
. La Familia es célula original de la vida social:
“La familia es la célula original de la vida social”. (A.A. 11). Es la sociedad natural en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida. La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. La familia es la comunidad en la que desde la infancia, se puede aprender los valores morales, se comienza a honrar a Dios y a usar bien de la libertad. La vida de familia es iniciación a la vida en sociedad.
La Familia es una sabía institución del creador (H.V. 8), que sirve para realizar la vocación originaria del ser humano a la comunión interpersonal, mediante la entrega sincera de si mismo. Es una institución basada en la comunidad de origen natural. En ella el hombre nace, crece, se educa, se casa, se reproduce, cría sus hijos y más tarde muere.
El catecismo de la Iglesia católica nos señala que la familia es la célula original de la sociedad. Esta constatación de fe, que nos presenta el origen de la humanidad en la familia trinitaria y posteriormente en la familia humana en Adán y Eva, es una constatación racional. El hombre y la sociedad deben su origen a una familia originaria. La misma Declaración de los derechos humanos le ha reservado un lugar específico entre sus derechos: La familia es el núcleo natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a ser protegida por la sociedad y por el Estado.
La familia es una realidad viva, esto significa: Que la familia como grupo es una institución, es el camino del hombre para la formación de su personalidad, es el lugar donde a través de las relaciones humanas nos sentimos tratados y realizados como personas. La familia no puede ser un lujo. Es un bien común para todos, pues la familia es el bien para la sociedad. La familia tiene sus propios derechos, no abstractos sino concretos. Solo a través de la familia podemos evitar construir una sociedad sin alma.
El Documento de Aparecida en el número 433 dice: “La familia cristiana está fundada en el sacramento del matrimonio entre un varón y una mujer, signo del amor de Dios por la humanidad y de la entrega de Cristo por su esposa, la Iglesia”. Allí está la fuente de la paternidad, la maternidad, la filiación y la fraternidad”.
“La familia es imagen de Dios que en su misterio más íntimo no es una soledad sino una familia”. La familia cristiana tiene en la Santísima Trinidad “su origen, su modelo perfecto, su motivación más bella y su último destino” (434 D.A).
“La familia es “patrimonio de la humanidad”. “Uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente Benedicto XVI (114).
La familia fue elevada por Cristo a la dignidad de “Iglesia Doméstica” (115). “Primera y más básica comunidad eclesial” (204 D.A).
“La familia es escuela de la fe” 302 – 303 D.A. Pues es en la familia donde recibimos la vida y la primera semilla del amor y de la fe. En nuestros hogares la familia enseña con su testimonio las verdades de la fe, enseñándonos a conocer a Dios, amarlo y seguirlo.
Dios no aparta su amor de nuestras familias “a pesar de tantas heridas y divisiones. La oración sana la familia. La familia eclesial suple en parte los vacíos de familia (119 D.A).
Si vemos así la familia necesariamente se constituye en objeto de máximo aprecio, en fuente de realización humana y de proyección social. No se trata de un simple fenómeno humano más o menos interesante y de utilidad para la sobrevivencia de la especie, sino que se presenta como un elemento clave para el futuro de la humanidad, en vista al mejoramiento de los seres humanos individualmente en la comunidad.
De la manera en que se desarrolle la familia, en el futuro dependerá sin duda la estabilidad y el progreso de la humanidad.
El deterioro que puede sufrir la institución familiar, señalará sin duda un grave peligro de violencia, de autodestrucción y de aniquilamiento de los valores fundamentales de la sociedad. Por eso la interpretación Cristiana de la Familia se constituye en verdadero faro para iluminar las perspectivas de futuro del mundo entero.
B. La familia es replica maravillosa de Dios:
El origen de la familia está inserto en el solemne llamado que Dios hace a la vida; las palabras creadoras: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (Gn 1,27) iluminan de diversos modos la realidad y origen de la familia.
En Jesucristo ocurre la plenitud de la revelación de Dios. En El y por El, podemos conocer a Dios y así nos damos cuenta que Dios no está solo y que DIOS ES UNA COMUNIDAD DE AMOR, formada por el Padre, el Hijo y El Espíritu Santo.
La Trinidad Santa es el modelo de todo lo creado; pero ante todo es el modelo del ser humano ya que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Compartimos con El, características particulares que elevan nuestro ser a la dignidad divina en tanto nos asemejamos a Él en nuestra inteligencia, la cual nos permite crear y recrear nuestro mundo y nuestro entorno; nuestra razón que nos posibilita diferenciar entre el bien y el mal y haciendo uso de nuestra libertad optar por todo aquello que nos permite crear y desarrollarnos como seres humanos, todo ello moldeado por la voluntad que orienta nuestros sentidos, dirige nuestros instintos y nos posibilita un desarrollo integral de nuestra personalidad. El Padre como nos lo quiere explicar la Sagrada Escritura cuando dice; “sopló aliento de vida en su boca”, nos transmitió su esencia, y con ella su ser, lo que nos convierte en seres Divinos.
La Trinidad Santa es el modelo de la Iglesia, que tiene un mismo Padre, un mismo señor Jesús, un mismo Espíritu, una misma fe, un mismo bautismo; por estar compuesta de una multitud de personas de igual dignidad e individualidad.
La Trinidad es modelo de toda la sociedad, llamada a compartir los bienes de la tierra para toda la multitud de personas que la forman.
La Familia es la realidad humana que más se acerca al modelo trinitario, la sola pareja o ellos con sus hijos constituyen una comunidad de personas iguales en la unidad y la individualidad, pero vinculados por el amor. La familia es un signo de la Trinidad.
En la familia se vive la fraternidad, la entrega y la comunicación de propio ser que se personaliza en los hijos, maravillosa expresión del amor de los padres. El amor de los padres se concretiza en el afecto por sus hijos. Por esta realidad de la familia como réplica de Dios, San Pablo lleno de gratitud dice: “Por eso doblo, mis rodillas ante el padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra” Ef 3,14.
Así pues, en términos cristianos la Familia es una imagen maravillosa de Dios Trinitario.
COMPROMISO
Dialogar en la casa con los hijos, cuál es el valor que de ahora en adelante le daremos a nuestra familia y cada uno comenzará a hacerlo de acuerdo a su misión que desempeña en ella.
ORACION
Terminar el encuentro orando el Padrenuestro y la Oración de la misión por la familia.
TERCER ENCUENTRO
SACRAMENTO DEL MATRIMONIO BASE DE LA FAMILIA
OBJETIVO
Lograr que las familias entiendan el valor del sacramento del matrimonio como base de la familia y, por tanto, de la sociedad.
ORACIÓN.
Canto: El amor del Señor es maravilloso.
Desde el día anterior haber escogido una pareja que quiera dirigir la oración. La oración debe estar dirigida en una profunda acción de gracias por el matrimonio y la vida de pareja. Leer el salmo 150 y desde allí continuar en oración, espontanea.
DINAMICA DE ACOGIDA.
Dividir el grupo en varios subgrupos en donde cada familia tenga la oportunidad de presentarse, además cantar y compartir las razones que los han traído a participar de estos encuentros.
VER LA VIDA
Responder las siguientes preguntas, en grupos, pueden ser los mismos que trabajaron en la dinámica de acogida, nombrando un vocero que los represente al final en una plenaria.
¿Qué entienden por matrimonio?
¿Qué significa casarse en el Señor?
¿Cuáles son los fines del matrimonio?
¿Por qué creen que las parejas hoy no quieren casarse sacramentalmente?
ILUMINACION BIBLICA
Podemos leer dos textos: Gn 1,27-29
Mt 19, 1s
Estos dos textos nos permiten reconocer muy claramente el sacramento del matrimonio, como algo que Dios quiere para el hombre.
Compartir qué nos dicen los textos, acerca del Matrimonio.
¿Cuál es el designio de Dios desde la creación para la pareja humana?
¿Qué enseñó Jesús sobre el divorcio y el matrimonio?
MENSAJE
La Sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26-28) y se cierra con la visión de las bodas del Cordero (Ap 19,7-9). De un extremo al otro, la Sagrada Escritura habla del matrimonio y de su misterio; de su institución y del sentido que Dios le dio; de su origen y de su fin; de sus dificultades nacidas del pecado y de su renovación (1 Cor 7,39).
Dios es el mismo autor del matrimonio; pués El, que ha creado al hombre por amor, lo ha llamado también al amor, vocación fundamental de todo ser humano. Dios quiere que el hombre y la mujer, distintos en muchos aspectos biológicos y físicos pero iguales en cuanto a su dignidad como hijos de Dios, sean complementarios y vivan en la unidad.
La Sagrada Escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro; “No es bueno que el hombre este solo…” La mujer carne de su carne, es decir de su misma naturaleza (su igual), es dada por Dios como un auxilio, representando así a Dios Dios que es nuestro auxilio (Sal 121,2). “Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer y se hace una sola carne” Gn 2,18-25.
El sacramento del matrimonio es entonces un compromiso de amor, una Alianza entre dos personas inteligentes y libres a su vez. Es un pacto sagrado, que pretende el crecimiento y desarrollo de amor humano en su sentido integral, corporal y espiritual, es decir, lo transforma en un amor divino, para lo cual y en virtud de este lazo, la pareja ha de permitir que Cristo penetre en su vida como parte integrante de su relación, no como un extraño al que hay que soportar, sino como el Dios del amor que les ayudará y protegerá con gracias abundantes.
El sacramento del matrimonio es entonces la unión del hombre y la mujer que desean formar un hogar, en un encuentro lleno de futuro, es la continuación de la vida en dos seres que se aman. Es sacramento porque es signo del amor de Dios por la humanidad y de Cristo por la Iglesia. Es Dios quien bendice y hace nacer el amor en la pareja. En virtud de la muerte y del Resurrección de Cristo, el amor conyugal es purificado y santificado.
FINES DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Son tres los fines de éste sacramento:
La Felicidad: Este es el primer y más importante fin del matrimonio la felicidad de los dos (esposo y esposa), esa es la razón por la cual el esposo deja a su padre y a su madre, buscando ser feliz a lado de su esposa.
La procreación: Los esposos se casan con el fin de perpetuar la vida, Dios los hace co-creadores de la vida humana. “Crezcan y multiplíquense” Gn 1,28.
La Educación de los hijos: Dios confía al esposo y a la esposa la misión de educar a sus hijos, de la cual dice Juan Pablo II Nadie puede reemplazar a los padres en la misión de educar a sus hijos”.
Gracias del Sacramento
Estas acompañan a los esposos a lo largo de toda la vida. El Vaticano II dice: “Jesucristo permanece con ellos porque los esposos con su misma entrega, se amen con perpetua fidelidad como El mismo amó a la Iglesia, se entregó por ella. Por eso los esposos cristianos para cumplir dignamente sus deberes de estado están fortificados y como consagrados por un sacramento especial que llena toda su vida de fe, esperanza, caridad y así, llegan cada vez más a su propia perfección, a su mutua santificación y a la glorificación de Dios.
La gracia del Sacramento es constante. Cristo vive en los esposos, fortaleciéndolos y enseñándoles a abrirse y darse mutuamente. La fuerza y presencia de Jesús es una gracia que los invita a la renuncia total de uno, así mismo y al sacrificio entero por el otro; al ser reciproca esta renuncia y sacrificio trae la gracia del sacramento.
La gracia del sacramento está en la permanencia de Jesús como testigo de dicha unión para darle verdadero sentido, ennobleciendo el instinto, purificando y acrecentando el amor, y concediéndole la fecundidad necesaria para la conservación de la especie humana.
La primera gracia que da el sacramento del matrimonio a los esposos es: LA GRACIA DE TRANSFIGURACION. Por esta gracia, es por la que el amor aprende no solamente a mantenerse, sino también a superarse por el renunciamiento total de cada uno, buscando la felicidad y el bien del otro.
La segunda gracia es de FECUNDIDAD: La pareja se convierte en colaboradora de Dios y corredentores de Cristo. Esto supone no solo el dar hijos, sino sobre todo el dar hijos a Dios: Moldeándolos poco a poco a semejanza de Cristo, y cultivando en ellos la gracia del Sacramento.
La Tercera Gracia es la de CURACION: Cristo cura, perfecciona y purifica el amor llevándolos a convertir el egoísmo del deleite del amor, por la exigencia del amor, del servicio.
De aquí nace la exigencia de una auténtica y profunda espiritualidad conyugal familiar que ha de inspirarse en los motivos de la creación, la presencia de Cristo, en la vida de los esposos, a lo largo de toda su existencia.
El matrimonio cristiano como todos los sacramentos está ordenado a la santificación de los esposos, a la edificación de la Iglesia, a dar culto a Dios, a educar a los hijos. Celebrándolo los esposos cristianos profesan su gratitud a Dios por el bien de revivir en su existencia conyugal y familiar el amor mismo de Dios por la humanidad y de Cristo por la Iglesia su esposa.
LOS ESPOSOS SON LOS MINISTROS DEL SACRAMENTO.
En la Iglesia Católica, son los esposos, quienes como ministros de la gracia de Cristo, se confieren mutuamente el sacramento del matrimonio, expresando ante la Iglesia su consentimiento.
Los protagonistas de la alianza matrimonial son un hombre y una mujer bautizados, libres para contraer matrimonio, quienes expresan libremente su consentimiento, es decir su deseo de vivir como esposos. La Iglesia considera el intercambio de los sentimientos entre los esposos como el elemento indispensable que hace el matrimonio. Si el consentimiento falla no hay matrimonio.
Por el consentimiento de los esposos mediante el cual se dan y se reciben mutuamente: “Yo te recibo como esposa”, “Yo te recibo como esposo”. El sacerdote o diácono que asiste a la celebración del matrimonio recibe el consentimiento de los esposos en nombre de la Iglesia y les da la bendición.
PROPIEDADES DEL MATRIMONIO
El amor de los esposos exige por su misma naturaleza la unidad y la indisolubilidad de la comunidad de personas que abarca la vida entera de los esposos, de manera que no son dos, sino una sola carne. Mt 19,6; Gn 2,24.
INDISOLUBILIDAD: No se puede disolver por ser una Alianza y no un contrato, es un pacto de amor entre la pareja y de esta con Dios.
UNIDAD: Significa que es entre un solo hombre y una sola mujer. Esto excluye toda infidelidad. Exige que el amor que fundamenta y hace sólido el vínculo matrimonial sea: Libre, responsable y maduro, es decir sin presiones, razonado y no meramente instintivo; sea perenne ya que es para todas las circunstancias de la vida, en las alegrías y en las dificultades de las pareja, las cuales deben aprovechar para conocerse mejor y crecer por la corrección recíproca y el perdón; y que sea Fiel, solo por la fidelidad se da el crecimiento de los dos y la complementariedad. Fidelidad que no se agota solo en la exclusividad, sino que trasciende a todos los proyectos metas y responsabilidades adquiridas es decir, fidelidad a todo lo que la pareja se propone en su cotidianidad procurando su desarrollo integral y el crecimiento personal. De esta manera se demuestra el amor.
Nos dijo el Papa Juan Pablo II: “El sacramento no es una coyuntura, que imprime una insoportable indisolubilidad a la unión de pareja; sino la fuerza de Jesús resucitado, la única capaz de hacer crecer un amor absoluto”.
COMPROMISO
Conociendo las gracias del sacramento: hacer una evaluación con mi conyuge y saber si las estamos viviendo y aceptando en nuestra vida.
ORACION
Terminar el tema orando el Padrenuestro, el Ave María y haciendo unas súplicas a Dios, expresando los compromisos asumidos en este encuentro.
CUARTO ENCUENTRO
LA FAMILIA, CUNA DE LA VIDA
OBJETIVO
Que las familias descubran el gran valor que tiene la vida para el hombre como don de Dios, desde el momento de la concepción hasta su muerte.
DINAMICA DE ACOGIDA
Iniciar la reunión con una serie de cantos como por ejemplo: “Alabaré, Vamos a bendecir al Señor, Mi mano está llena de tu bendición, en el hogar…” y terminar con “el Espíritu de Dios está en este lugar”.
ORACIÓN
El Coordinador después de los cantos puede hacer una invocación del Espíritu Santo, seguida de una oración de alabanza y de acción de gracias por la vida de cada uno de los presentes y de todos los hombres.
VER LA VIDA
Se puede dividir el grupo en varios subgrupos de acuerdo al número de participantes y responder las siguientes preguntas:
¿Qué es la vida?
¿La vida del hombre es valorada hoy?
¿Qué signos encontramos en los que la vida, es rechazada?
ILUMINACION BIBLICA Lc 1,26 – 38
¿Cuál es la respuesta de la Virgen María ante el saludo del Ángel?
¿Cuál es el valor que se dio a la vida de parte de María Santísima?
¿Ocurre hoy lo mismo en nuestra sociedad?
MENSAJE
La Imagen Divina en el hombre.
Dios al crear al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, los llama a una especial participación en su amor y al mismo tiempo en su poder de Creador y Padre, mediante su cooperación libre y responsable en la transmisión del don de la vida humana.
El cometido fundamental de la familia es el servicio a la vida, al realizar a lo largo de la historia la bendición original del Creador, transmitiendo en la generación la imagen divina de hombre a hombre (Cfr. Gn 5,1-3). La fecundidad es el fruto y el signo del amor conyugal, el testimonio vivo de la entrega plena y recíproca de los esposos.
La vida de todo ser humano, es un don para los padres, pero también para la sociedad. Y ello lo vemos, en cuanto que la naturaleza siempre ha manifestado con mucho gozo la presencia de la vida, pero más cuando se trata del ser humano, ya que ésta se recibe con infinita alegría y a la vez con profundo misterio para los padres.
Ciertamente el nacimiento de un hijo trae consigo nuevos significados para la vida de los padres, los llena alegría, esperanza y de ilusión, pues se trata de un don maravilloso, de una experiencia única, la maternidad y la paternidad.
La vida de un hijo, es un don, el don más excelente del matrimonio, por ello entonces, el hijo tiene el derecho a ser respetado como persona desde el momento de su concepción, pues es, en la concepción donde comienza la vida del ser humano.
La Iglesia anuncia y proclama el señorío de Dios frente a todo lo creado y reconoce que la vida, es un don y que comienza desde la unión del ovulo y del espermatozoide (concepción). A pesar de todo ello hoy parece complicarse la vida, pues para muchas personas el hijo viene a ocupar un espacio, en un mundo donde cada vez se ofrecen menos posibilidades.
Quizás la mentalidad utilitarista y productiva del mundo actual lleve a muchas personas a mirar al nuevo hijo como alguien que no aporta nada a la familia y a la sociedad. El valor de la presencia de un nuevo hijo en el hogar no puede medirse con criterios contables y económicos.
El niño hace de si mismo un don a los hermanos, hermanas, padres a toda la familia. Su vida se convierte en don para los mismos donantes de la vida, los cuales no dejarán de sentir la presencia del hijo, su participación en la vida de ellos, su aportación a su bien común y al de la comunidad familiar. Verdad ésta, que es obvia en su simplicidad y profundidad.
Y no no obstante la complejidad y también la eventual patología, de la estructura psicológica de ciertas personas.
Duda y Perplejidad.
El progreso científico-técnico, que el hombre contemporáneo acrecienta continuamente en su dominio sobre la naturaleza, no desarrolla solamente la esperanza de crear una humanidad nueva y mejor, sino que también promueve una angustia cada vez más profunda ante el futuro.
Algunos se preguntan si es bien vivir o si fuese mejor no haber nacido; se duda de si es lícito llamar a otros a la vida, los cuales maldecirán su existencia en un mundo cruel, cuyos terrores no son ni siquiera previsibles. Otros piensan que son ellos los únicos destinatarios de las ventajas de la técnica y excluyen a los demás, a los cuales imponen medios anticonceptivos o métodos aún peores.
Otros todavía, cautivos como son de la mentalidad consumista y con la única preocupación de un continuo aumento de bienes materiales, acaban por no comprender, y por consiguiente rechazar la riqueza espiritual de una nueva vida humana.
Ha nacido así una mentalidad contra la vida (anti-life mentality),
un cierto pánico derivado de los estudios de ecólogos y futurólogos sobre la demografía, que a veces exageran el peligro que representa el incremento demográfico para la calidad de la vida.
Si a la Vida
Pero la Iglesia cree firmemente que la vida humana, aunque débil y enferma, es siempre un don esplendido del Dios de la bondad. Contra el pesimismo y el egoísmo, que ofuscan el mundo, la Iglesia esta a favor de la vida: Y en cada vida humana sabe descubrir el esplendor de aquel “Si”, de aquel “Amén” que es Cristo mismo (Cfr. 2 Cor 1,19; Ap 3,14).
Al “no” que invade y aflige al mundo, contrapone este “Si” viviente, defendiendo de este modo al hombre y al mundo de cuantos acechan y rebajan la vida.
La Iglesia manifiesta su voluntad de promover por todos los medios y defender contra toda insidia la vida humana, en cualquier condición o fase de desarrollo en que se encuentre. Por esto condena, como ofensa grave a la dignidad humana y a la justicia, todas aquellas actividades de los gobiernos o de otras autoridades públicas, que tratan de limitar de cualquier modo la libertad de los esposos en la decisión sobre los hijos.
COMPROMISO
Dar un mercado a una familia pobre y que tenga varios hijos. Además orientar a mujeres que ustedes conozcan y quieran abortar.
ORACION
Finalmente con todo el grupo hacer oraciones de petición, en donde le presentemos a Dios nuestras necesidades, y concluir con el Padrenuestro y el Ave María.
QUINTO ENCUENTRO
LA FAMILIA, PRIMERA EDUCADORA DE LA FE
OBJETIVO
Motivar a las familias para que descubran que son las primeras educadoras de la fe de sus hijos.
DINAMICA DE ACOGIDA.
Iniciar la reunión con el canto: “Yo tengo un amigo que me ama”. Seguidamente se pasa y se pide que, espontáneamente alguien diga los nombres que más recuerde de los participantes.
ORACIÓN.
Desde el día anterior, se le pide a una familia o a uno de los participantes que prepare la oración, con cantos y se termina haciendo la oración de la misión.
VER LA VIDA
Este ver la vida lo podemos hacer, dividiendo el grupo en tres subgrupos y allí responder las siguientes preguntas, y al finalizar se hace una plenaria en donde cada grupo compartirá las respuestas.
¿Qué es la fe?
¿Qué costumbres y tradiciones celebran ustedes en su hogar y con su familia?
¿Cómo educa en la fe, en su familia?
¿Cómo da testimonio de su fe, en su familia?
ILUMINACION BIBLICA Hch 16,22-34
Cuenten con sus propias palabras el texto
¿Qué hicieron los Apóstoles después de encarcelarlos?
¿Qué propusieron los Apóstoles al Carcelero?
¿Cómo catequizaron los Apóstoles?
MENSAJE
Dios quiere que todos los hombres conozcan y acepten su plan de Salvación, revelado y realizado en Cristo (Cf. 1 Tim 1,15-16). Dios habló de muchas maneras a nuestros padres (cf. Heb 1,1). Llegada la plenitud de los tiempos (Cf. Gal 4,4) nos habló de modo pleno y definitivo en y por Cristo (cf. Heb 1,2-4): El padre no tiene otra Palabra que darnos, porque nos dio la única y la última en Cristo.
La Iglesia ha recibido el mandato de anunciar a todos los hombres esta gran noticia: “Id al mundo entero y haced discípulos míos todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19).
Los Apóstoles así lo entendieron y realizaron desde el día de Pentecostés, llenando con el anuncio de Cristo Muerto y Resucitado para nuestra Salvación a Jerusalén (Hch Cap 1-5) y a todo el mundo entonces conocido.
La familia cristiana, Iglesia Domestica, participa de esta misión. Más aún, la familia tiene como primeros y principales destinatarios de este anuncio misionero a sus hijos y familiares, como lo atestiguan las cartas pastorales paulinas y la praxis posterior Los esposos santos y los padres cristianos de todos los tiempos así lo han vivido (padre de Santa Teresa de Jesús, padre de Santa Teresita del niños Jesús, etc.)
A la luz de esta feliz experiencia de la Iglesia en las sociedades cristianas (cuando la familia realizo esta misión educadora con sus hijos) y a la luz de las gravísimas repercusiones negativas que hoy se constatan (por el abandono o descuido de esta misión), es preciso que la familia vuelva a ser la primera educadora en la fe.
El principal apostolado misionero de los padres tiene que acontecer en su misma familia, pues sería un desorden y un anti testimonio pretender evangelizar a otros, descuidando la Evangelización de los nuestros. Los padres transmiten la fe a sus hijos con el testimonio de su vida cristiana y con su palabra.
El núcleo central de esta educación en la fe es el anuncio gozoso y vibrante de Cristo, Muerto y Resucitado por nuestros pecados. En íntima conexión con éste núcleo se encuentran las demás verdades contenidas en el Credo de los Apóstoles, los sacramentos y los mandamientos del decálogo.
Las virtudes humanas y cristianas forman parte de la educación integral de la fe. Este bagaje fundamental no se puede presuponer hoy casi nunca, ni siquiera en los países llamados cristianos, ni tampoco en los casos en los que los padres piden los sacramentos de iniciación cristiana para sus hijos, dada la crasa ignorancia religiosa y la escasa práctica religiosa de los padres.
Son los padres quienes a través de una educación cristiana ayudan a que sus propios hijos se hagan más conscientes del don recibido de la fe, mientras se inician gradualmente en el conocimiento del Misterio de la Salvación, se forman para vivir según el hombre nuevo en justicia y santidad de verdad y contribuyen al crecimiento del Cuerpo Místico de Cristo.
La misión de la educación exige a los padres cristianos que propongan a los hijos todos los contenidos que son necesarios para la maduración gradual de su personalidad desde un punto de vista cristiano y eclesial.
La misión educadora en la fe comporta que la familia transmite e irradie el Evangelio, hasta el punto que la misma vida de familia se hace itinerario de fe, y en cierto modo, iniciación cristiana y escuela de seguidores de Cristo. En la Familia todos los miembros evangelizan y son evangelizados.
Es en virtud del ministerio de la educación los padres, mediante el testimonio de su vida, son los primeros mensajeros del Evangelio ante los hijos. Es más, rezando con los hijos, dedicándose con ellos a la lectura de la Palabra de Dios e introduciéndolos en la intimidad del Cuerpo de Cristo mediante la iniciación cristiana, llegan a ser más plenamente padres. Por tanto la familia en la educación de la fe, es insustituible, pues es allí en donde la familia crece como Iglesia Doméstica.
La educación religiosa y la catequesis de los hijos sitúan a la familia en el ámbito de la Iglesia como un verdadero sujeto de evangelización y de apostolado.
El documento de Aparecida en el numeral 302 y 303 dice: “La familia es escuela de la fe” Pues es en la familia donde recibimos la vida y la primera semilla del amor y de la fe. En nuestros hogares la familia enseña con su testimonio las verdades de la fe, enseñándonos a conocer a Dios, amarlo y seguirlo. Dios no aparta su amor de nuestras familias “a pesar de tantas heridas y divisiones. La oración sana la familia.
COMPROMISO
Como padres asumir la verdadera misión de educar en la fe a nuestros hijos, para que ellos puedan crecer integralmente en todo.
ORACION
Dirigir a Dios una oración de perdón por todas las familias que no han asumido su misión de ser educadores de la fe de sus hijos, por todos los momentos de anti testimonio dado a ellos. Que pidamos personalmente perdón por no haber asumido esta misión
SEXTO TEMA
LA FAMILIA TRANSMISORA DE VALORES Y VIRTUDES HUMANAS
OBJETIVO
Lograr que la familia tome conciencia de su tarea de transmitir valores y virtudes humanas a sus hijos y a la sociedad.
DINAMICA DE ACOGIDA
Esperar a todos los participantes en la puerta del sitio de reunión, por parte del coordinador, para saludarlos e invitarlos a que sigan y luego hacer la siguiente dinámica:
Marineros: A la orden mi capitán
El barco se está hundiendo ooohhhh chanfle
Y para salvarlo-¿qué hay que hacer?
El coordinador va diciendo: hay que saludarse, hay que saltar, hay que correr, hay que reírse…
ORACION
Ofrecer la oración por la misión, después de ello invitarlos a dar gracias a Dios, por el encontrarnos de nuevo, finalizando con el canto a Edificar la Iglesia.
VER LA VIDA
Organizar tres o cuatro grupos, donde compartiremos, dando respuesta a los siguientes interrogantes:
Qué es un valor? , ¿Qué es una virtud?, ¿Cuáles son los valores y las virtudes más importantes en las que debemos formar a nuestros hijos?
ILUMINACION BIBLICA Jn 1,43-51
Compartir el texto con nuestras propias palabras.
¿A quién llamo Jesús? ¿Para qué lo llamo Jesús?
MENSAJE
La familia nacida de la intima comunión de vida y de amor conyugal fundada sobre el matrimonio de un hombre y una mujer, es el lugar primario de las relaciones interpersonales, el fundamento de la vida de las personas y el prototipo de toda organización social. Esta cuna de vida y amor es el lugar apropiado en que el hombre nace y crece, recibe las primeras nociones de la verdad y del bien, donde aprende qué quiere decir amar y ser amado, por consiguiente, qué quiere decir ser persona.
La familia es la comunidad natural donde se tiene la primera experiencia y el primer aprendizaje de la socialidad humana, pues en ella no solo se descubre la relación personal “yo” y el “tu”, sino que se da el paso al “nosotros”. La entrega reciproca del hombre y de la mujer unidos en matrimonio, crea un ambiente de vida en el cual el niño puede desarrollar sus potencialidades, tomar conciencia de su dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible. En este clima de afecto natural que une a los miembros de la comunidad familiar cada persona debe ser reconocida y responsabilizada en su dignidad.
La familia educa al hombre según todas sus dimensiones hacia la plenitud de su dignidad. Es el ámbito más apropiado para la enseñanza, y transmisión de los valores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, que son esenciales para el desarrollo y bienestar tanto de sus propios miembros como de la sociedad. En efecto es la primera escuela de virtudes sociales, que necesitan todos los pueblos. La familia ayuda a que las personas desarrollen algunos valores fundamentales que son imprescindibles para formar ciudadanos libres, honestos y responsables; vg. la verdad, la justicia, la solidaridad, la ayuda al débil, el amor a los demás por si mismos, la tolerancia, etc.
La familia es la mejor escuela para crear relaciones comunitarias y fraternas, frente a las actuales tendencias individualistas. En efecto el amor que es el alma de la familia en todas sus dimensiones, sólo es posible si hay entrega sincera de sí mismo a los demás. Amar significa dar y recibir lo que no se puede comprar ni vender, sino solo regalar libre y recíprocamente.
Gracias al amor, cada miembro de la familia es reconocido, aceptado y respetado en su dignidad. Del amor nacen relaciones vividas como entrega gratuita, y surgen relaciones desinteresadas y de solidaridad profunda. Como demuestra la experiencia, la familia construye cada día una red de relaciones interpersonales y educa para vivir en sociedad en un clima de respeto, justicia y verdadero diálogo.
La familia cristiana hace descubrir a los hijos que los abuelos y ancianos no son inútiles porque no sean productivos, ni gravosos porque necesiten el cuidado desinteresado y constante de sus hijos y nietos; pues enseña a las nuevas generaciones, que además de los valores económicos y funcionales, hay otros bienes: Humanos, culturales, morales y sociales que son incluso superiores.
La familia ayuda a descubrir el valor social de los bienes que poseen. Una mesa, en la que todos comparten los mismos alimentos, adaptados a la salud y edad de los miembros es un ejemplo, sencillo pero eficacísimo, para descubrir el sentido social de los bienes creados. El niño va incorporando así criterios y actitudes que le ayudaran más adelante en esa otra familia más amplia que es la sociedad.
COMPROMISO
Cada familia debe iniciar a partir de hoy, a trabajar en su hogar en aquel valor que más se necesite, hasta convertir todos antivalores que haya, en valores.
ORACION
Hacer peticiones a Dios, rogándole su ayuda para las diferentes necesidades en la familia y comunidad, luego orar el Padrenuestro, Ave María y la Oración de la Misión por la Familia.
SEPTIMO TEMA
LA PASTORAL FAMILIAR EN LA PARROQUIA
OBJETIVO
Lograr que las familias descubran que existe una pastoral familiar y que ésta se puede organizar en la parroquia, para continuar un trabajo de Evangelización con las familias.
DINAMICA DE ACOGIDA
El animador debe esperar a las personas a la entrada de sitio de reunión para saludarlos, después que todos hayan llegado, iniciar con cantos para animarlos a la oración.
ORACION
La oración debe ser un momento de expresarle a Dios, nuestras necesidades y por ello que se haga una oración dirigida de peticiones a Él, que es el dueño de nuestras familias y de nuestra vida. La oración de súplicas espontaneas concluirla con el Padrenuestro.
VER LA VIDA
¿Saben ustedes qué es Pastoral?
¿Qué es Pastoral Familiar?
ILUMINACION BIBLICA Jn 10, 1-15.
Contemos el texto con nuestras propias palabras.
¿Quién es el buen Pastor?
¿Por qué ovejas debe preocuparse el buen Pastor?
MENSAJE
PASTORAL FAMILIAR PARROQUIAL ¿QUE ES?
Es un grupo de personas, especialmente parejas, que habiendo iniciado un proceso de conversión al Evangelio, aceptan colaborar con el párroco o su equipo, en su misión de pastor de familias de la parroquia.
SUS OBJETIVOS:
Esforzarse por vivir el Evangelio en su vida personal y familiar y transmitirlo a todas las familias con su palabra y testimonio.
Procurar conocer la realidad de las familias de su parroquia, y buscar como responder a sus necesidades.
Conformarse como equipo para formarse y así brindar una ayuda verdadera y eficaz a las familias.
Fomentar en la parroquia comunidades y servicios familiares.
¿COMO FORMAR EL EQUIPO?
Paso 1
El Párroco invita a uno o dos matrimonios de su parroquia, con experiencia en pastoral familiar o al menos con buena voluntad de trabajar en ella, para que debidamente asesorados, conformen el grupo básico del equipo parroquial de pastoral familiar.
Paso 2
El grupo básico toma contacto con las personas que trabajan por las familias en la parroquia (evangelización – catequesis – educación, etc.).
Paso 3
Se forma el Equipo Parroquial de Pastoral Familiar ampliando el grupo básico con representantes de las distintas actividades y comunidades familiares existentes en la parroquia. No se requiere que sea muy numeroso. Importa le decisión y el compromiso. El equipo designa una pareja coordinadora y un secretario que elabore las actas de las reuniones.
Paso 4
El Equipo de pastoral de acuerdo a la realidad de la parroquia y su necesidad, elabora un plan de acción coordinado, que de forma a su trabajo. Establece que va a hacer, cuándo, quién y con que medios lo va a realizar. Busca otros agentes pastorales como: religiosas, educadores, médicos, y sicólogos católicos.
Paso 5
El Equipo hace periódicamente la evaluación de su trabajo, para analizar los logros y las dificultades de su labor pastoral, fijarse nuevas metas, potenciar lo positivo y superar lo negativo de su labor apostólico. El Equipo debe permanecer conectado con el secretariado diocesano de pastoral familiar, para una comunicación e intercambio con el fin de:
Recibir orientaciones del obispo.
Recibir material de apoyo.
Relacionarse con los movimientos y servicios familiares formadores de agentes de pastoral familiar (Equipos de nuestra Señora, Encuentro matrimonial misioneras y otros).
Intercambiar experiencias pastorales con otras familias.
CAMPOS DE ACCION DEL EQUIPO
Formación de agentes pastorales: En primer lugar a si mismos y ello se puede hacer mediante cursos, jornadas, encuentros y retiros. Parroquiales, vicariales y diocesanos.
Educación para el amor, la vida y la paz: A la familia le corresponde, antes que a ningún otro, acompañar el proceso educativo de sus hijos. La familia es la primera formadora de los hijos para el amor y la vida familiar.
Los padres y madres de familia deben tener claro que a ellos en primer lugar, antes que a la sociedad y a la escuela, les corresponde el derecho y el deber ineludible de educar a los hijos, desde niños para el amor y la sexualidad y que para ello deben prepararse.
Catequesis Pre – sacramental: El Equipo podría en coordinación con el párroco, programar reuniones mensuales con los padres de familia de los niños que se preparan a la catequesis de primera comunión y confirmación. La familia es educadora en la fe.
Seguimiento a las parejas de matrimonios jóvenes: Esto se hace muy necesario, en cuanto que hay muchas parejas de matrimonios que se casan muy jóvenes y comienzan con crisis, llegando muy rápido a la separación.
Encuentro de Novios: Es muy importante esta parte de la pastoral familiar, en cuanto que es muy poco o nada lo que se ha trabajado esta parte y podría resultar novedoso para ellos y muy formativo.
Pastoral con parejas irregulares: Esta es una franja que aún no hemos asumido y que cada vez crece más en medio de nosotros. Estas parejas que son: Divorciados vueltos a casar, uniones libres, necesitan de nuestra compañía y anuncio del Evangelio.
Servicio de consejería: Este es un campo muy hermoso donde se podría ofrecer la ayuda a muchas familias que se encuentran en crisis o grandes dificultades y si se abre un sitio en la parroquia, donde sean las mismas familias que escuchan y ayudan a los demás a solucionar sus problemas y a crecer en su vida conyugal y espiritual.
COMPROMISO
Vincularme al equipo de Pastoral familiar de la Parroquia, para trabajar por mi familia y otras familias
ORACION
Concluir el encuentro dándole gracias a Dios por todo los dones recibidos, durante estos encuentros y orar un Padrenuestro y un Ave María.