SENTIDO Y REALIZACIÓN
El simbolismo de la ceniza en el contexto general del camino de la Pascua, se puede decir que es muy antiguo, pero no anticuado. Los cristianos que están iniciados en el camino de la fe lo comprenden con facilidad.
El simbolismo es claro: la ceniza, recordándonos que el hombre está hecho del polvo de la tierra y es caduco, nos hace humildes. Abrahán, al dialogar con Dios la salvación de Sodoma y Gomorra, reconoce que no tiene derecho a nada, porque es “polvo y ceniza”.
La humildad aumenta y se hace sentido penitencial cuando recordamos que además somos pecadores. No es extraño que desde el Antiguo Testamento la penitencia se expresara con la ceniza.
Al inicio de la Cuaresma ya desde hace muchos siglos la comunidad cristiana recibe en la frente el austero signo de la ceniza, una vez que la lectura de la palabra nos has invitado a la conversión. Como dice el Ceremonial de los Obispos, “este signo de penitencia significa la condición del hombre pecador, que confiesa públicamente su culpa cante Dios, y así expresa su voluntad interior de conversión”.
El camino de la conversión pascual empieza con este signo de la ceniza y acaba en la Vigilia con el del fuego, el agua y la luz. Es una unidad dinámica la de la Cuaresma, que quiere comprometer a cada cristiano en su seguimiento de Cristo y comunicarle la gracia pascual: a través de la renuncia y la cruz, hasta la nueva existencia de resucitados.
El destino es la pascua, la vida Pero el camino pasa también por la renuncia y la humildad. El “hombre viejo” tiene que dejar paso al “hombre nuevo”. No está mal que el signo de la ceniza no lo recuerde.
Un par de sugerencias respecto a la realización practica pastoral
La primera se refiere a la postura del que recibe la ceniza. Hace unos años aparecieron unas fotos de como recibía e imponía la ceniza el cardenal Martini, de Milán, donde, por cierto, normalmente este rito tiene lugar el primer domingo de Cuaresma. En una primera foto se ve como el cardenal que ha bendecido antes las cenizas, la recibe sobre su cabeza en postura de rodillas, por parte de un canónigo que está de pie. Y en una segunda, como el cardenal, de pie, la impone a su vez al canónigo, que ahora está de rodillas. Entre nosotros solemos recibirla de pie, pero sería una de las ocasiones en que la postura de rodillas, postura típicamente penitencial podría considerarse más adecuada.
Y otra sugerencia sobre el doble gesto simbólico que se podría hacer. Aprovechando que el Misal pone una doble fórmula para la imposición de la ceniza, se podría desdoblar también el gesto. El ministro-el sacerdote que preside la celebración- impone la ceniza en la frente a los fieles que van pasando, mientras les dice en la fórmula relativa “Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás”. Entonces los fieles pasan a donde se encuentra otro ministro, que les ofrece el evangeliario o el leccionario abierto, para que lo besen (o tal vez para que lo toquen con la mano y besen luego la mano) mientras este ministro pronuncia la segunda fórmula del Misal: “Conviértete y cree en el Evangelio”.
La ceniza y la Palabra son dos “recordatorios” de un mismo camino de conversión que nos debe conducir hacia la gran meta de la vida pascual.
2. MIÉRCOLES DE CENIZA
CELEBRACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS CON IMPOSICIÓN DE LA SANTA CENIZA
Demos un nuevo paso en nuestro camino de paz y de reconciliación
En un lugar digno junto a la sede se dispone la Ceniza previamente Bendecida por el Presbítero.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. R. Amén.
Si preside un diácono, hace el Saludo, si preside un Ministro no ordenado se inicia directamente con la monición
La gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo, fuente del perdón y de la misericordia, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con ustedes. R. Y con tu espíritu
Monición: Queridos hermanos: La Iglesia entera escucha hoy el clamor del Apóstol: “Déjense reconciliar con Dios”(2 Corintios 5, 20b). Hoy, Miércoles de Ceniza, empezamos, con toda la Iglesia, el tiempo de Cuaresma. Tiempo de preparación para la Pascua. Tiempo de conversión más intensa. Tiempo de abstinencia de todo lo secundario que nos distrae de lo esencial en nuestra vida. Tiempo de ayuno, oración y limosna generosa. Tiempo de experimentar la fuerza liberadora del perdón y la misericordia de Dios. La ceniza impuesta en nuestras cabezas será el signo de este camino de conversión que nos llevará hasta el gozo de la Pascua.
El que preside dice: Dios nuestro, acompaña con tu benevolencia los comienzos de nuestro camino penitencial para que nuestras prácticas exteriores expresen la sinceridad de nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. R. Amén
Lectura de la Palabra de Dios
De la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 5,20;6,2
Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo les suplicamos: ¡déjense reconciliar con Dios!
Pues dice él: En el tiempo favorable te escuché y en el día de salvación te ayudé. Miren, ahora es el momento favorable; miren, ahora el día de salvación. Palabra de Dios R. Te alabamos, Señor
Salmo 50
Respondemos cantando: R/ Perdona a tu pueblo Señor, perdona a tu pueblo, perdónalo, Señor.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.
Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve. R.
Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R.
Señor, por tu bondad, favorece a Sion, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos. R.
O bien, si preside El Diácono
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18
Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Palabra del Señor
R. Te alabamos, Señor.
Reflexión
Se inicia la Cuaresma. El signo de la Ceniza bendecida se hace un reto para la vida de quien la recibe con fe. La cruz puesta sobre nosotros es comunión con la vida de Jesús, con el amor con el que Él se entrega por todos, con el que Él hace de su vida una llamada a caminar en la fe y en la esperanza.
El año pasado, preparando la Visita Apostólica del Papa Francisco, nos propusimos dar pasos seguros, firmes, que nos lleven a la reconciliación, a la comunión, a la paz. Es hora de pedirle al Señor que dé con nosotros un nuevo paso, que nos lleve a conocer a quién seguimos para poderlo proclamar y vivir en una comunidad más fraterna, más viva, más sincera, más llena de Dios.
En Villavicencio, el Papa Francisco nos dijo: “abre tu corazón de pueblo de Dios, déjate reconciliar. No le temas a la verdad ni a la justicia. ... No tengan miedo a pedir y a ofrecer el perdón. No se resistan a la reconciliación para acercarse, reencontrarse como hermanos y superar las enemistades. Es hora de sanar heridas, de tender puentes, de limar diferencias. Es la hora para desactivar los odios, y renunciar a las venganzas, y abrirse a la convivencia basada en la justicia, en la verdad y en la creación de una verdadera cultura del encuentro fraterno. Que podamos habitar en armonía y fraternidad, como desea el Señor”.
Qué mejor propuesta para esta Cuaresma 2018 en la que sentimos la urgencia de un retorno sincero al corazón del Señor.
Que la celebración del signo de la Ceniza, que nos indica la fragilidad de la vida, nos comprometa a encontrar en la Palabra de Dios saboreada con fe, en las Obras de Misericordia cumplidas con amor, en los momentos de oración y de silencio que nos unen a Dios, en el ayuno que se vuelve caridad, unos motivos para descubrir cuán grande es el amor que Dios tiene para darnos y cómo podemos hacer que esa gracia que buscamos y hallamos en Él se vuelva vida para una comunidad que sigue su camino y da un nuevo paso en su camino de santidad y de gracia.
Oración de los Fieles
Presidente: Viviendo en la fe la llamada del Señor a una vida nueva, pidamos la gracia de Dios para vivir este tiempo en la confianza y en la esperanza. Presentemos nuestras súplicas diciendo: Te rogamos, óyenos.
Dios siempre fiel, te pedimos que tu Iglesia, en este tiempo de gracia y de esperanza, pueda acompañar nuestros pasos en el camino de la reconciliación, roguemos al Señor. R.
Dios rico en misericordia, te pedimos que los que dirigen los destinos de los pueblos orienten sus esfuerzos a la búsqueda de espacios para el diálogo fraterno que reconcilia y renueva la sociedad humana, roguemos al Señor. R.
Dios compasivo y misericordioso, te rogamos que las obras concretas de caridad y de amor por el que sufre, nos permitan llevar a todos el consuelo y la alegría que nacen de la fe, roguemos al Señor. R.
Dios de la vida y de la paz, te pedimos que este tiempo que es un camino de vida y de fraternidad, nos disponga para vivir con gozo y esperanza la Pascua de Jesús que es la victoria del amor, roguemos al Señor. R.
Presidente: Digamos ahora juntos las palabras que Jesús nos enseñó: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Imposición de la Ceniza Ahora el que preside toma con toda reverencia la ceniza bendecida que ha llevado, y luego de decir la siguiente oración, procede a la Imposición del Signo.
Oh Dios que te dejas vencer por el que se humilla y encuentras agrado en quien expía sus pecados escucha benignamente nuestras súplicas y haz que descienda tu gracia sobre estos siervos tuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles a las prácticas cuaresmales, puedan llegar, con el corazón limpio, a la celebración del Misterio Pascual de tu Hijo, Él que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.
El que preside: Acerquémonos, pues a la gracia de este signo en el cual el Señor nos invita a la conversión.
Luego se impone la ceniza, y a medida que la van recibiendo los fieles se entonan algunos salmos penitenciales o un canto apropiado como los que se sugieren más adelante
Se concluye con estas palabras: El Dios de toda gracia, que los ha llamado en Cristo a su eterna gloria, los afiance y los conserve fuertes y constantes en la fe. R. Amén.
Si preside un ministro ordenado, dice: Y la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. R. Amén.
Si preside un ministro no ordenado, dice: Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios.
CELEBRACIÓN CON JÓVENES
En el suelo, en el centro, a modo de camino, una alfombra... Sobre ella una mochila entre abierta de la que asoma una Biblia. La ceniza puede estar en la mesa preparada como altar.
Motivación inicial
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Nos reunimos porque hoy es Miércoles de Ceniza. El comienzo de la Cuaresma, 40 días de preparación para la Semana Santa, para la Pascua de Resurrección. Se nos habla de cuarenta días. Para nosotros son el caminar al encuentro de nuestro amigo Jesús. El tiempo que nos resta de aquí hacia su muerte y su resurrección.
Es tiempo de estar con nuestro amigo, de acompañarle y de hablar mucho con él. Se nos imponen cenizas en la frente, porque la ceniza es el símbolo de que nos reconocemos pequeños y frágiles ante Dios y estamos llamados a creer más en Él, con su ayuda y con nuestro esfuerzo, vivir lo que él nos dice en el Evangelio. Y eso es lo que vamos a intentar hacer durante los 40 días de esta Cuaresma.
Canto inicial: Vengo ante Ti mi Señor
Monición: Es tiempo de ponerse en marcha. Durante la Cuaresma que comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo a medio día, los cristianos recordamos que somos un pueblo que está en marcha, que camina con Jesús. Sin descanso, Jesús nos guía por el camino del amor a Dios y al prójimo. Sin descanso, con su Palabra y con su amor misericordioso, Jesús nos anima a avanzar por el camino de la vida a pesar de los miedos y de las dificultades. Con Jesús, que camina con nosotros, sabemos que el camino nos conduce a la alegría de la Pascua y que esa alegría no se acabará jamás.
Monición: Durante este tiempo vamos a intentar hacer tres cosas: Conocer a Jesús más a fondo y conocer el mensaje que Él nos invita a vivir. Conocernos mejor a nosotros mismos y descubrir nuestras cosas buenas y nuestras cosas malas. Conocer el remedio para poner en práctica lo que Jesús nos dice y así mejorar todo lo malo que tenemos y mantener todo lo bueno, de modo que Jesús esté a gusto con nosotros y nosotros seamos felices y así hagamos felices a los demás. Para ello tendremos que escucharlo más a menudo e intentar poner en práctica todo lo que Él nos diga, sin duda contaremos con su ayuda.
Joven: En mi mochila he colocado tu Palabra. Dios nos habla cada día. ¿Por qué no darnos tiempo para escucharlo? Cuando abro el libro de la Palabra es como si se abriera una puerta. Y una puerta que se abre es una invitación. Dios nos dice hoy “Acoge mi Palabra, acepta mi Amistad, entra en silencio. ¡Entra y comparte!”
Lector: Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (Lc. 10,1-12)
"En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él, y les decía: - La mies es abundante y los obreros pocos: pidan, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven bolso, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: 'Paz a esta casa'... coman lo que les den, curen a los enfermos... y digan: Está cerca de ustedes el Reino de Dios'" Palabra del Señor
Imposición de la Ceniza
Monición: La Cuaresma nos prepara para la Pascua, esto nos va a suponer un esfuerzo, pequeños compromisos. Sólo así, esforzándonos en cada semana de la Cuaresma, llegaremos a la meta, a la Pascua... que es vida en la Resurrección. Si estamos dispuestos a seguir el recorrido que la Cuaresma nos propone, hemos de proponernos firmemente ofrecer a cambio nuestra oración y nuestro esfuerzo. A continuación, iremos pasando en silencio a recibir la ceniza sobre nuestra frente. Al llegar al que preside la celebración nos preguntará, mientras nos impone la ceniza: ¿Quieres caminar con Jesús por el camino de la vida? responderemos: Sí, con mi oración y con mi esfuerzo.
Canto: Hoy perdóname
Hoy perdóname, hoy por siempre, sin mirar la mentira, lo vacío de nuestras vidas, nuestra falta de amor y caridad.
Hoy perdóname, hoy por siempre, aun sabiendo que he caído, que de ti siempre había huido: hoy regreso arrepentido. ¡Vuelvo a ti! (4)
Joven: El signo de la ceniza es señal de envío para recorrer con Jesús el camino de la Cuaresma, su Palabra será nuestro alimento, no olvidemos llevarla en nuestra mochila. Que no nos venza la comodidad y que no nos quedemos dormidos entre falsos sueños. Nos esperan 40 días de aventura, de caminar hacia la Pascua: la vida nueva. Sigamos a Jesús con generosidad y con alegría. La celebración que acabamos de tener y la ceniza que acabamos de recibir deben despertar en nosotros gozo, paz y ganas de caminar con Jesús y con nuestros hermanos más necesitados.
Monición: Unidos como hermanos en una misma fe decimos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro...
Oración final
Señor: Queremos recorrer contigo el camino de la Vida. Por eso te pedimos que nos ayudes, pará caminar con más fuerza llevamos en nuestra mochila tu Palabra, ella será nuestro alimento. Ayúdanos a recorrer el camino de la Cuaresma con ilusión, dejándonos guiar por Ti. Que cumplamos todos los buenos deseos y propósitos de esta Cuaresma y que Tú seas nuestro mejor amigo en el camino. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal, y nos lleve a la vida eterna. Amén.
CELEBRACIÓN CON NIÑOS
Recortar tres corazones: uno blanco (corazón de piedra), otro amarillo (corazón de carne) y otro rojo (“corazón nuevo”).
Motivación inicial
Hoy nos hemos reunido como comunidad, para celebrar el Miércoles de Ceniza. Día en que la Iglesia inicia la Cuaresma para comprometernos con nuestro amigo Jesús, es una etapa muy importante en la que nos preparamos para celebrar la fiesta más grande de Jesús: la Pascua de Resurrección.
A este tiempo de Cuaresma le llamamos también tiempo de conversión o de cambiar de corazón. Nosotros tenemos un corazón de piedra que significa que a veces no vivimos o actuamos como Jesús quiere, somos envidiosos, egoístas, perezosos...etc.
Pero también tenemos un corazón de carne que significa las veces en que nos parecemos más a Jesús, quien nos invita a vivir el amor, la justicia y la solidaridad. En esta celebración vamos a pedirle a Jesús que nos dé un corazón nuevo, un corazón misericordioso como el suyo. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Canto: Zamba del perdón
Perdón por aquel mendigo, por aquella lágrima que hice brillar. Perdón por aquellos ojos que al buscar los míos no quise mirar. (2)
Señor: no le di la mano, se encontraba solo y lo dejé partir. Perdón por no dar cariño, por sólo buscarlo y tan lejos de ti. (2)
Señor, ¿por qué soy así? Estoy como ciego no sé comprender. Señor, tú eres mi esperanza: dame tu mirada, que te sepa ver. (2)
Señor: no soy siempre alegre, no doy la luz a otros que están junto a mí. Perdón por esta tristeza, por sentirme solo cuando estás ahí. (2)
Perdón, por otros hermanos, a quienes no importa de tu padecer. Están cerca del que sufre, pasan a tu lado, pero no te ven. (2)
Monición: Jesús, amigo nuestro, hoy venimos a pedirte un corazón de carne. Ayúdanos en este tiempo a escuchar tu voz para saber lo que Tú quieres que hagamos. Queremos parecernos a Ti y ser muy buenos amigos tuyos, te lo pedimos, Jesús.
Lectura del Profeta Ezequiel: 36, 26-28
"Les daré un corazón nuevo, y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Les
́ quitaré del cuerpo el corazón de piedra y les pondré un corazón de carne.
́ Infundiré mi espíritu en ustedes para que vivan según mis mandatos y respeten y cumplan mis mandatos". Palabra de Dios
Signo de la Ceniza
(Se les explica qué es la ceniza, y tomando un poco sobre las manos se sopla a la vista de todos, para que vean cómo se evapora, símbolo de lo efímero, de lo pasajero, cómo con ella no se puede construir nada).
Monición: Dios rico en misericordia a través del signo de las cenizas, nos invita vivir nuestra vida de cristianos centrados en la construcción de los valores de Jesús en nuestra propia a vida. En construir y edificar nuestro ser de "testigos" con sentido coherente, edificados sobre la roca firme que es Jesucristo.
A continuación, leen entre dos niños. Además, se pueden construir carteles o mostrar imágenes que ilustren las actitudes que se mencionarán.
Estamos llamados a pasar:
1. Del egoísmo 1. Del odio 1. De la violencia 1. De la tristeza 1. De la soledad 1. De la mentira
2. A la generosidad 2. Al amor 2.A la paz 2. A la alegría 2. A la compañía 2. A la verdad
Preparar un recipiente con agua en el centro del lugar de la celebración.
Monición: En un recipiente con agua colocamos el corazón de piedra para ser destruido, por la fuerza del amor y de la vida nueva. Pensemos en el corazón de carne y en aquellas actitudes que nos ayudan a parecernos a Jesús, lo ponemos ante el altar como símbolo de nuestro compromiso para esta Cuaresma. Y como signo de que Jesús nos regala un nuevo corazón, colocamos un corazón rojo que simboliza el amor y la misericordia.
Canto: Hombres nuevos Danos un corazón grande para amar,
danos un corazón fuerte para luchar.
Hombres nuevos, creadores de la historia, constructores de una nueva humanidad. Hombres nuevos que viven la existencia como riesgo de un largo caminar.
Hombres nuevos luchando en esperanza, caminantes sedientos de verdad. Hombres nuevos sin frenos ni cadenas, hombres libres que exigen libertad.
Hombres nuevos amando sin fronteras, por encima de razas y lugar.
Hombres nuevos al lado de los pobres, compartiendo con ellos techo y pan.
Oración personal
Monición: En un momento de silencio cada uno pedirá a Jesús que le ayude a
conservar durante este tiempo un corazón bueno.
Oración de la comunidad
Monición: Ahora vamos a pedirle a Jesús por todos los que formamos la Iglesia en esta comunidad, que, a todos, Dios nos conceda un corazón nuevo:
R. Danos un corazón nuevo.
1. Te pedimos Jesús, que concedas a nuestros papás y a todos los que queremos, el regalo de conocerte cada día más y parecernos a Ti. R.
2. Te pedimos, Jesús, que ayudes a todas las personas que no te conocen y que te necesitan tanto, para que se acerquen a Ti. R.
3. Por todos los pobres del mundo que sufren frío, hambre, que no tienen familia, o no creen que los quieren, para que sepan que tú los quieres mucho y nosotros les ayudamos. R.
4. Ayúdanos para que como cristianos te demos a conocer a los demás. R.
Oración en silencio.
Monición: Ahora todos juntos, tomados de las manos, vamos a pedirle a Nuestro Padre que nos ayude para poder presentarle al final de la Cuaresma nuestro corazón nuevo. Padre nuestro...
ORACION FINAL
Te pedimos Jesús, que nos ayudes a saber perdonar a los demás, a ayudar a todos los que nos piden ayuda. María, a ti te suplicamos en este día para que nos acompañes en este camino de la Cuaresma y no nos dejes nunca para que podamos llegar mejor a Jesús.
El Señor nos bendiga, nos regale su paz y alegría. En el nombre del Padre del hijo y del Espíritu Santo. Amén
Canto: Santa María del Camino
Mientras recorres la vida tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va.
Ven con nosotros a caminar, Santa María ven. (bis)
Aunque te digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad.
Si por el mundo los hombres, sin conocerse van, no niegues nunca tu mano al que contigo está.
Aunque parezcan tus pasos inútil caminar, tú vas haciendo camino, otros te seguirán.