26 April 2024
 

 

 

 

Agradecimientos a:  Cempafal   "Descubrir la Biblia"

La Biblia es un Libro Santo

  1.            ¿Qué es la Biblia ? Partamos de una definición bien conocida y, por lo demás, muy acertada: “la Biblia es la Palabra de Dios”.  Ciertamente la Biblia en su exterior, en su forma, es como un libro cualquiera, pero en su interior, en su contenido, es el libro más bello, pues es como la carta que nos envía Dios para darnos a conocer su mensaje de amor.   Al afirmar que la Biblia es Palabra de Dios estamos afirmando que ella no es un libro cualquiera, como por ejemplo  un periódico o una novela, sino que es un libro sagrado y el más valioso.  Por esto con gran verdad llamamos a la Biblia: Sagrada Escritura. 

El Concilio Vaticano II nos dice que “por Sagrada Escritura se entiende el conjunto de libros que escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales fueron transmitidos por la Iglesia(Dei Verbum, 11). 

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que Dios en su infinita bondad se revela al hombre y le habla en palabras humanas, con un lenguaje semejante al nuestro;  y que por esta razón, la Iglesia la ha venerado siempre como venera también el Cuerpo del Señor.  “No cesa de presentar a los fieles el pan de vida que se distribuye en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo.   En ellas la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza, porque en ella, no recibe solamente una palabra humana, sino lo que es realmente: la Palabra de Dios”   (Nros. 101-104). 1.1.              La Biblia es el libro santo del Pueblo de Dios:    La Biblia es el libro de los israelitas y de los cristianos, o sea del pueblo de Dios.  Al leerla nos damos cuenta  que contiene la historia de los israelitas en el Antiguo Testamento y de los cristianos en el Nuevo Testamento.   Todos los acontecimientos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento nos hablan de la presencia de Dios en medio de su pueblo, del eterno amor de Dios que nunca abandona a su pueblo a pesar del pecado y la infidelidad.   1.2.              La Biblia nos da un mensaje de fe:   Hay libros que nos hablan de ciencias naturales, otros de matemáticas, otros de política, pero no debemos querer encontrar mensajes de esta clase  en la Biblia sino que debemos buscar en ella el mensaje que Dios quiere transmitir a los hombres para salvarlos .  La Biblia nos da un mensaje de fe. La Biblia es un mensaje para el pasado y para el futuro:  Como se dijo anteriormente, la Biblia es la Palabra de Dios que transmitió un mensaje a su pueblo en tiempos pasados: desde Adán y Eva, hasta Abraham y Moisés, hasta San Pedro y a San Pablo.  Es verdad que Dios comunicó un mensaje en tiempos pasados, pero su mensaje salvador va dirigido a todos los hombres, pues como dice la misma Biblia: “Porque esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y también para todos los que están lejos” ( Hechos 2,39).  2.            Los nombres de la Biblia Ante todo veamos por qué a este libro Sagrado se le llama Biblia.   La palabra “Biblia” en griego significa “libros”.  Como la Biblia está compuesta por varios libros, entonces se le llamó con este nombre griego.  Claro está que la Biblia no es para los cristianos sólo un libro sino que tiene un valor religioso especial.  Todos esos libros nos hablan de un único mensaje salvador. A la Biblia también se le llama:·     El libro sagrado:                          2Mac 7,23.·     La Escritura:                                 Lc 4, 21.·     Las Escrituras:                             Mc 14,49.·     Las Sagradas Letras:                  2Tm 3, 15.·     Santas Escrituras:                       Rm 1,2.·     Testamento:                  1Co. 3, 14.   Este último nombre se utiliza sobre todo cuando nos referimos a las dos partes en que está dividida la Biblia.  A la primera parte que nos habla de la espera de Cristo la llamamos Antiguo Testamento.  A la segunda parte, que nos habla de la presencia de Cristo la llamamos Nuevo Testamento.  Testamento significa también alianza.  El Antiguo Testamento habla de la alianza de Dios con el pueblo de Israel a través de Moisés en el monte Sinaí.  El Nuevo Testamento nos habla de la nueva alianza  que se realiza por la sangre de Cristo derramada en la Cruz para la salvación de todos los hombres. Los Santos Padres, quienes vivieron después de los apóstoles y fueron sus sucesores llamaban a la Biblia:  Los Libros Santos, las Divinas Letras, la Palabra Divina, la Palabra Eterna.  3. Te has preguntado alguna vez... Ø  ¿Quién escribió la Biblia ? La Biblia está compuesta de muchos libros que fueron escritos en el transcurso de más de mil años.  Se puede entender entonces que aunque Dios es siempre el autor principal de la Biblia, son muchas las personas que sirvieron como instrumentos de Dios en muchas épocas y lugares.   Los autores humanos de la Biblia son muchas personas:  reyes y príncipes, campesinos y letrados, pescadores y obreros, sacerdotes y profetas, agricultores y doctores, caminantes y poetas.   Si hemos dicho que el autor principal de la Biblia es Dios mismo, que se valió de  hombres para dar conocer su mensaje tal cual como Él quería, podemos deducir que todos los autores humanos de los libros sagrados han recibido el influjo de Dios y han sido movidos por él para que escribieran.  Esta acción de Dios en los hombres y mujeres que redactaron la Biblia la llamamos: inspiración escriturística.   Ø  ¿En qué época- tiempo se escribió la Biblia? Como ya hemos dicho la Biblia no fue escrita en una época determinada sino a lo largo de muchas épocas.  La Escritura de la Biblia duró más de mil años.  Empezó a escribirse más o menos hacia el año 1250 antes de Cristo y terminó de escribirse unos 100 años después del nacimiento de Jesús, con la muerte de San Juan, el último de los apóstoles. Ø  ¿Los autores escribieron inmediatamentedespués de sucedidos los hechos? Antes de ser escrita la Biblia, fue contada y narrada en conversaciones familiares y celebrada por el pueblo en manifestaciones de culto a Dios.  Los creyentes buscaban constantemente no dejar a Dios a un lado, sino colocarlo en el centro de sus vidas y además  ordenar toda su vida de acuerdo con Él. Es importante tener en cuenta que al principio no había escritura tal como hoy existe.  El mensaje de Dios se transmitía ante todo de forma hablada.  Lo importante era que las personas tomaran conciencia de que eran el pueblo de Dios.  Esta conciencia estaba en los que transmitían el mensaje por la experiencia de Dios que ellos tenían.   Para esto recordaban a sus hijos lo que había ocurrido en el pasado y les contaban los acontecimientos más importantes.  Antiguamente muchos de los contenidos bíblicos como por ejemplo: proverbios, leyes, historias, salmos, profecías y otros contenidos más, eran aprendidos de memoria y luego transmitidos.  Posteriormente estos contenidos fueron escritos. Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. Se la repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado; las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas (Dt 6,6-9).  Ø  ¿En qué lugares se escribió la Biblia ? La Biblia no fue escrita en un solo lugar sino que fue escrita en distintos lugares y países.  Palestina, el lugar donde vivió Jesús, es el sitio en el cual se escribió la mayor parte de la Biblia pues allí vivía el pueblo de Israel, pueblo elegido de Dios, y en este mismo sitió nació la Iglesia. Babilonia fue otro de los lugares en donde se escribieron algunas partes del Antiguo testamento, porque en el siglo VI a.C. el pueblo de Israel fue sacado de su tierra a la fuerza y llevado allí  por el Imperio babilónico (a este tiempo de destierro se le llama Exilio). También algunos lugares de Egipto fueron escenario de la escritura de parte de los libros del Antiguo Testamento porque cuando se acabó el Exilio muchos del pueblo judío se fueron hacia allá. En el Asia Menor, Siria, Grecia e Italia fueron escritas partes del Nuevo Testamento donde había muchas comunidades cristianas. Es lógico pensar que si la Biblia fue escrita por muchas personas y en lugares diferentes en donde las costumbres, la cultura, la religión, la situación económica, la vida social y la actividad política son variadas e influyen en la manera de presentar el mensaje bíblico ya que estos aspectos dejan su huella en la Biblia. Ø  ¿En qué lenguas se escribió la Biblia ? Las lenguas en que fue escrita la Biblia son: el hebreo, el arameo y el griego.   El hebreo:  A esta lengua se la ha llamado la “lengua santa” por ser la lengua del pueblo de Israel (pueblo elegido por Dios).  En Hebreo se escribió casi todo el Antiguo Testamento. Puedes ver aquí una pequeña muestra de cómo se escribe el Hebreo:  ;jerf)fh t")ºw {éyamf<ah t") {yiholE) )frfB tyi$)"r:B Este es el primer versículo del libro del Génesis:  “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Gen 1,1) El Arameo: El Arameo era una lengua casi exclusivamente religiosa.  Era más antigua que el hebreo.  En Arameo se escribió poco: sólo algunos capítulos de Esdras, Daniel, Jeremías y Génesis. El Griego:  En griego se escribió todo el Nuevo Testamento.  Se escribieron también en griego algunos libros del Antiguo Testamento.  Este griego bíblico era un griego hablado por el pueblo, muy sencillo, llamado Koiné (Griego del pueblo). Ahora puedes ver también un ejemplo de griego; encontrarás el primer versículo del Evangelio de San Juan:   ¹En a)rxv= hÅn o( lo/goj, kaiìì o( lo/goj hÅn pro\j to\n qeo/n, kaiìì qeo\j hÅn o( lo/goj.  Y se traduce:  “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios y la palabra era Dios” (Jn 1,1)  Ø  ¿En qué lenguas se ha traducido la Biblia ? Cuando las lenguas originales de la Biblia no se utilizaban tanto, surgió la necesidad de traducir la Biblia.  Esa necesidad se sintió primero entre los Judíos que se dispersaron por el mundo (a estos se les dice judíos de la Diáspora) pues al entrar en contacto con el mundo griego comenzaban a hablar el griego.  Claro está que siendo ellos tan religiosos deseaban vivir bien su propia fe y manifestarla a los griegos.   Esto llevó a que se hiciera la traducción griega de la Biblia. Traducción llamada “los 70”:  Esta es una traducción del Antiguo Testamento del hebreo al griego.  Esta versión se realizó entre los siglos IV y I antes de Cristo.  Fue especialmente para los judíos que estaban fuera de su territorio en el mundo de los griegos y de los romanos (mundo greco-romano) y que habían olvidado el arameo y el hebreo y sólo entendían el griego.   Esta Biblia, que se llama también Alejandrina, es de gran importancia para los cristianos porque fue la Biblia que usaron los Apóstoles y los primeros cristianos.  Según una tradición esta Biblia se llama así de “los 70” porque fueron 70 ancianos sus traductores.  La Vulgata:  En el año 382 el Papa San Dámaso encargó a San Jerónimo para que iniciará la traducción del griego al latín.  Esta Biblia salió a la luz en el año 405 en Belén (donde nació Cristo ) y la Iglesia la reconoció de manera solemne como la versión oficial de la Iglesia para la Liturgia en el Concilio de Trento.   

Traducciones al Español: Hay muchas; entre ellas están: la de Jerusalén, la de Nacar -Colunga, la Latinoamericana.

Distribución de los bloques literariosde la Biblia:  Antiguo Testamento+     Pentateuco :Equivale a la llamada torá (ley) de los Judíos: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.+     Libros Históricos :Josué, Jueces, Samuel, Reyes, Crónicas, Esdras, Nehemías y Macabeos.+     Libros Narrativos :Rut, Tobías, Judit, Ester[1].+     Libros Proféticos :Isaías, Jeremías, Ezequiel, los doce profetas menores, Daniel, Baruc[2].+     Libros Poéticos :Salmos, Cantar de los Cantares, Lamentaciones.+     Libros Sapienciales :Proverbios, Job, Eclesiastés, Eclesiástico, Sabiduría. Nuevo Testamento: +     Libros Históricos:Los cuatro Evangelios, Mateo, Marcos, Lucas y Juan; y los Hechos de los Apóstoles.+     Cartas:De inspiración Paulina:  Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito, Filemón y Hebreos. Cartas Católicas:  Santiago, 1 y 2 Pedro, 1,2 y 3 Juan, Judas.+     Libros Apocalípticos:Apocalipsis.


    [1]  Los libros narrativos son estudiados siempre en unión con los libros históricos.  Dado su carácter no estrictamente histórico algunas clasificaciones los colocan aparte.
 [2]  El libro de Baruc es uno de los libros deuterocanónicos ausentes de la Biblia hebrea.  El cap.6 de este libro constituye una unidad aparte denominada "carta de Jeremías".  La Biblia griega conserva la carta de Jeremías aparte, mientras que la Vulgata la añade al libro de Baruc.
REVELACIÓN E INSPIRACIÓN   1.            Dios se revela: La revelación es la manifestación de Dios al hombre.  El verbo revelar viene de la palabra latina re-velare, cuyo significado es quitar el velo que oculta algo, descubrir una realidad que ha permanecido oculta. La Sagrada Escritura nos presenta el hecho de la revelación de Dios a lo largo de la historia humana, convirtiéndola en historia de salvación (Cfr. Hb 1,1).   Ella es una acción libre  y gratuita de Dios,  un regalo espontáneo del amor de Dios que se manifiesta a los hombres.   El hombre es capaz de recibir esta comunicación espiritual ya que el mismo Señor lo ha creado con capacidad de conocerlo y amarlo. La revelación se convierte así en una elevación sobrenatural del hombre que la recibe, pues la Palabra de Dios no puede ser recibida como tal sin la gracia de Dios. Hay entonces dos pasos en la revelación: una invitación y una exigencia de fe. Dios habla y manifiesta su plan divino y el hombre escucha, acoge y responde. ·     La revelación es un acontecimiento salvífico, aceptado y acogido en el corazón y que ofrece la posibilidad de la salvación. ·     En la revelación Cristiana Dios se nos da en Jesucristo para salvación de todos los que creen.  2.  Dios se revela paso a paso: Dios  se revela por etapas,  pasos o momentos, dados de manera progresiva para que el hombre capte más fácilmente su actuar en la historia.   A esta  manera de actuar se le conoce como  pedagogía divina. Un primer momento de revelación es la creación, Dios quiere plasmar su obra en el universo entero y todo  cuanto en él  se contiene: los planetas, los animales, el día y la noche, las plantas: “En el principio creó Dios el cielo y la tierra” (Gn. 1,1). La gran obra de Dios es el hombre , creado a imagen y semejanza suya, “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creo, macho y hembra los creó” (Gn. 1,27).Pero Dios sigue revelándose en el marco de la historia en donde Él se hace presente; así la historia deja de ser un tiempo como cualquiera y se convierte en el espacio donde Dios se revela. El punto culminante de la revelación, llegada la plenitud de los tiempos, es la Encarnación del Hijo de Dios: “Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas, en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo” (Hb. 1,1-2). Jesús revela el rostro paternal y amable de Dios que está cerca de todos los que sufren, revela el perdón de Dios para los pecadores, nos muestra que no hay que juzgar, sino que debemos ser comprensivos unos con otros, nos enseña a orar y desvela completamente el misterio de Dios haciéndolo patente a los hombres en su propia persona.  
“Dios se ha revelado plenamente enviando a su propio Hijo, en quien ha establecido su alianza para siempre. El Hijo es la palabra definitiva del Padre, de manera que no habrá ya otra revelación después de El”. (Catecismo de la Iglesia Católica, 73).
  3.  La Revelación de Dios hoy: El catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que “por su revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigo, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía”  (142). Hoy Dios se sigue revelando y sale a nuestro paso, se revela de manera especial por medio de la Iglesia,  en  la Eucaristía que es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y a través de  la Palabra proclamada pidiendo  de nosotros una respuesta a esta manifestación.  Se revela también a través de otras personas o de los acontecimientos lo que el Concilio llama los “signos de los tiempos”. Contemplamos el actuar de Dios en cada día que nace, durante el mismo y al ponerse el sol;  se revela en el nacimiento de un niño, en la alegría del joven y en la mirada tierna y serena que dice de la labor cumplida del anciano.  Se revela a muchas personas santas que descubren que su vida proviene de Dios y por ello la ponen a su servicio. 

La Iglesia nos aclara la revelación por medio de dogmas, unas verdades que han sido declaradas y que  “son luces en el camino de nuestra fe, lo iluminan y lo hacen seguro” (Catecismo de la Iglesia Católica, 89).

Conclusión:  Dios como buen  amigo, no ha guardado secretos para con nosotros, todo nos lo ha contado, nosotros debemos poner el máximo interés, frecuentando su palabra, meditándola y poniéndola por obra. “La Iglesia recomienda insistentemente a todos los fieles la lectura asidua de la Escritura para que adquieran la ciencia suprema de Jesucristo (Flp. 3,8) pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo” (Catecismo de la Iglesia Católica, 133). Si Dios se nos revela diariamente, al hombre corresponde una actitud de acoger la revelación divina.   Se nos exige apertura y docilidad frente a la acción de Dios, atención para descubrir lo que Él nos va mostrando y decisión para seguir su voluntad cuando la descubrimos.  Otro aspecto que vale la pena recordar es este: como la revelación ha sido obra del Espíritu Santo, dentro del ambiente en que nos encontremos debemos dar apertura a la acción de este Santo Espíritu.    LECTURA COMPLEMENTARIA: Sobre la revelación bíblica.De la constitución Dogmática “Dei Verbum” del Concilio Vaticano II. En la revelación Dios se presenta mediante acontecimientos y palabras.  La plenitud de la revelación es Jesucristo.  Depositarios y testigos de la revelación son los apóstoles, los profetas, la Iglesia total y cada cristiano en particular recibe la revelación.   Con la revelación todos pueden conocer con seguridad la Verdad.  La revelación es automanifestación de Dios, no la comunicación de verdades abstractas, es una revelación en la misma historia del hombre.  “Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen partícipes  de la naturaleza divina.   En consecuencia, por esta revelación Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor (Cfr. Ex 33,11; Jn 15, 14-15) y mora con ellos (Cfr. Bar 3, 38), para invitarlos a su comunicación y recibirlos en su compañía“.   Para tener en cuenta y recordar:  ·     Por amor, Dios se ha revelado y se ha entregado al hombre. De estemodo Él nos da una respuesta definitiva y sobreabundante a las cuestiones que el hombre se plantea sobre el sentido y la finalidad de su vida. ·     Dios se ha revelado al hombre comunicándole gradualmente su propio Misterio mediante obras y palabras. ·     Más allá del testimonio que Dios da de sí mismo en las cosas creadas, se manifestó a nuestros primeros padres. Les habló y, después de la caída, les  prometió la salvación y les ofreció su alianza. ·     Dios selló con Noé una alianza eterna entre Él y todos los seres vivientes. Esta alianza durará tanto como dure el mundo. ·     Dios eligió a Abraham y selló una alianza con él y su descendencia. De él formó a su pueblo, al que reveló su ley por medio de Moisés. Lo preparó por los profetas para acoger la salvación destinada a toda la humanidad. ·     Dios se ha revelado plenamente enviando a su propio Hijo, en quien ha establecido su alianza para siempre. El Hijo es la Palabra definitiva del Padre, de manera que no habrá ya otra Revelación después de El (Catecismo de la Iglesia Católica, 68-73). 

LA PALABRA DE  DIOS INSPIRADA

  1.   ¿Cómo expresa la Iglesia Católica que la Escritura es inspirada? La Iglesia Católica, basada en la seguridad de que la Biblia es Palabra de Dios inspirada, ha reflexionado durante toda su historia sobre este misterio.  Desde los primeros siglos de la Iglesia, los Santos Padres han considerado estos escritos como inspirados por el Espíritu Santo en la mente y en el corazón de quienes los han elaborado.  Ellos sostienen que el autor de la Biblia es Dios; que Él la “inspiró” y nos habló por medio de ella. Por eso aseguran que los escritores de la Biblia son instrumentos que Dios mismo eligió para que, inspirados por Él, cumplieran esta labor.   San Buenaventura, por ejemplo, enseñó que Dios es el autor de la Biblia y que, revelándose a los profetas y demás escritores les transmitía las verdades que luego ellos recopilaban por escrito, formando el libro Santo de la Biblia. También los textos del magisterio de la Iglesia definen las Escrituras como verdadera Palabra de Dios. Así, en los diferentes concilios (Florencia, Trento, Vaticano I y II) se enseña que Dios es el autor, ya que Él inspiró los libros tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.   La Iglesia Católica, a través del “dogma”  (verdad fija que contiene lo que los fieles deben creer y aceptar como verdadero con un acto de fe viva, con la seguridad de que ella no se equivoca por estar asistida por el Espíritu Santo) afirma la inspiración de la Biblia.  Para  nosotros es claro que lo que Dios ha inspirado en las Sagradas Escrituras fue revelado a personas escogidas por Él.   Al llegar la plenitud  de los tiempos Cristo también escogió un grupo de personas para instruirlos en este mensaje y que ellos lo llevaran por el mundo entero (cfr. Mt 28,19).    La Iglesia con la autoridad que le viene de Cristo, tiene derecho a señalar los libros que deben ser leídos en las asambleas religiosas y los que no, por no ser directamente inspirados (es el caso de los apócrifos). Fue así, como poco a poco fueron definiéndose los libros inspirados por esta autoridad de la Iglesia, ya que estos por sí mismos muestran su carácter de “sagrados”, según dice la segunda carta a  Timoteo: “Tú que desde niño conoces las sagradas letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la  fe en Cristo Jesús”    (2 Tim 3,15).   2.   Palabra de Dios en lenguaje humano:  La Sagrada Escritura es Palabra de Dios en lenguaje humano. Por ser obra directa de Dios es perfectamente divina y perfectamente humana por ser escrita por hombres. Por eso para la comprensión de la Biblia es indispensable entenderla como inspirada desde la primera hasta la última página; en cada una de sus enseñanzas es un mensaje de Dios a la humanidad.   Esta Palabra nos quiere comunicar  ante todo el Plan Divino. “Dios ha inspirado a los autores humanos de los libros sagrados. En la composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería" (Catec. de la Iglesia Católica, Nro. 106).Pero volviendo a la persona del inspirado es necesario decir que no necesariamente debe ser consciente de obrar como tal. En ocasiones parece que están más ocupados en su actividad normal humana que en la ocupación que Dios les encomendó al inspirarlo a escribir. 3.     Realidad divina y humana de la Biblia  En la Sagrada Escritura, pues, se manifiesta siempre la verdad y la santidad de Dios, la admirable "condescendencia" de la sabiduría eterna, "para que conozcamos la inefable benignidad de Dios...  Porque las palabras de Dios expresadas con lenguas humanas se han hecho semejantes al habla humana, como en otro tiempo el Verbo del Padre Eterno, tomada la carne de la debilidad humana, se hizo semejante a los hombres (Dei Verbum, 13). Tomemos como punto de partida el hecho de  que  el autor propiamente de la Biblia es Dios. Lo que hay consignado en ella no fue escrito por voluntad humana, sino por voluntad divina.   Pero, ¿cómo se da esa inspiración en las personas escogidas por Dios?Es importante saber que el autor inspirado es un hombre normal que no se aísla de su comunidad; en su ambiente ve la realidad y posee libertad, razón y voluntad. Se siente inspirado a plasmar por escrito esa realidad y a leer en ella la acción de Dios. Así debemos tener en cuenta que para entender con mayor claridad lo que Dios nos dice en la Sagrada Escritura, podemos acudir a conocer mejor las circunstancias en las que estaba envuelto el autor sagrado.   Técnicamente se llama conocer el “ambiente vital” de la persona que fue inspirada por Dios.  Para eso tratamos de conocer la historia, los personajes, las épocas, las etapas de la revelación.  El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice... (transcribimos una parte de él bastante amplia porque consideramos que debe ser tenida en cuenta):  En la Sagrada Escritura, Dios habla al hombre a la manera de los hombres. Por tanto, para interpretar bien la Escritura, es preciso estar atento a lo que los autores humanos quisieron verdaderamente afirmar y a lo que Dios quiso manifestarnos mediante sus palabras (Nro, 109). Para descubrir la intención de los autores sagrados es preciso tener en cuenta las condiciones de su tiempo y de su cultura, los "géneros literarios" usados en aquella época, las maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo. "Pues la verdad se presenta y se enuncia de modo diverso en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos o poéticos, o en otros géneros literarios" (Nro., 110). Pero, dado que la Sagrada Escritura es inspirada, hay otro principio de la recta interpretación, no menos importante que el precedente, y sin el cual la Escritura sería letra muerta: "La Escritura se ha de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue escrita". El Concilio Vaticano II señala tres criterios para una interpretación de la Escritura conforme al Espíritu que la inspiró (Nro., 111). 1. Prestar una gran atención "al contenido y a la unidad de toda la Escritura". En efecto, por muy diferentes que sean los libros que la componen, la Escritura es una en razón de la unidad del designio de Dios, del que Cristo Jesús es el centro y el corazón, abierto desde su Pascua (Nro. 112). 2. Leer la Escritura en "la Tradición viva de toda la Iglesia ". Según un adagio de los Padres, "Sacra Scriptura principalius est in corde Ecclesiae quam in materialibus instrumentis scripta" ("La Sagrada Escritura está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos"). En efecto, la Iglesia encierra en su Tradición la memoria viva de la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo le da la interpretación espiritual de la Escritura (Nro., 113). 3. Estar atento "a la analogía de la fe". Por "analogía de la fe" entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación (Nro., 114).      

CONCLUSIONES:

 ·         La Biblia es -en todo su contenido-  un mensaje de salvación;  es el único libro en el mundo que es pura “Palabra de Dios”. Hay miles de libros religiosos muy bonitos, con grandes enseñanzas de los santos, pero ninguno de ellos es palabra de Dios. ·         La Biblia es la fuente de la vida espiritual. Así como para vivir necesitamos del alimento, de igual manera, la vida espiritual necesita ser alimentada por la Palabra de Dios. Por más actos buenos, rezos, oraciones y lecturas de libros piadosos, si dejamos a un lado la Sagrada Escritura estamos ignorando lo que Dios nos quiere transmitir. ·         La manera más hermosa por la cual Dios se ha revelado al mundo ha sido por su Palabra. Desde la creación del mundo ha inspirado a hombres para que la escribieran. El amor de Dios por los hombres llegó al extremo al encarnarse esa palabra en Jesucristo. Por eso Jesucristo es el centro de la Biblia. ·         La Sagrada Escritura ha sido inspirada por Dios a los escritores, por eso en la Biblia encontramos lo que Dios nos quiere decir.   Estos libros no son sólo historias o relatos muy antiguos, no son únicamente poemas ni cantos; son la Palabra de Dios.    ·         Como la Biblia es Palabra de Dios en lenguaje humano, es importante conocer mucho del mundo en el que se escribió la Sagrada Escritura.   Acércate a la Palabra de Dios:  Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para arguir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena (2Tm 3,16-17). Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas... (Heb 1,1). Demos gracias a Dios por la Creación. Ora con la Palabra... Dios Padre es el Creador. Éste es sin duda el primer rostro que percibimos de Dios.   Desde el momento en que entramos al mundo, entramos en contacto con la paternidad divina que “crea”.   Una creación que es fruto del amor inmenso de Dios Padre.  

La creación invita a un reconocimiento del poder divino y a una continua alabanza que se dirija a Dios Padre.   La creación invita a la contemplación, a la oración, a la acción de gracias.  Así pues, puedes entrar ahora en contacto con Dios Padre que te ha creado y que ha creado un mundo maravilloso para ti

 

LA NUMERACIÓN DE LOS SALMOS Para cualquiera que esté familiarizado con la división de la Biblia en libros, capítulos y versículos, las citas bíblicas no ofrecen en general mayores dificultades. Referencias como Rom. 8, 28-30 ó Apoc. 21, 1-5 nos conducen unívocamente a determinados fragmentos, y no hay dudas al respecto. Sin embargo, en el caso del Libro de los Salmos no ocurre lo mismo. En la mayor parte de las Biblias, cada salmo aparece con dos números (uno de ellos normalmente entre paréntesis) y, en ocasiones, esto trae aparejada alguna confusión en el momento de hacer las citas. ¿De dónde procede esta doble numeración? Para explicarlo, debemos hacer una obligada referencia histórica que, sin entrar en detalles y precisiones, dé cuenta del origen de las dos versiones del Salterio: No sabemos a ciencia cierta quién o quiénes compusieron los salmos, aunque varios se atribuyen al rey David. Lo cierto es que el texto original hebreo que llegó hasta nosotros, fue transmitido por los masoretas (es decir los "gramáticos" encargados de los textos sagrados para fijar su interpretación y conservar su pureza según la "masora" o doctrina crítica de los rabinos acerca de la Escritura). De allí recibe el nombre de Texto Masorético. Este texto hebreo es sustancialmente igual al que salió de las manos de los autores inspirados, aunque podría haber diferencias accidentales, debidas a transcripciones erróneas, añadiduras, acomodaciones hechas por motivos musicales o para el uso litúrgico, etcétera. (Estas mismas causas explican también la diferencia de numeración entre versiones). Hacia mediados del siglo II a.C. se hizo la traducción del texto al griego, versión conocida como "de los LXX", por haber sido compuesta -según la tradición- por setenta (o setenta y dos) sabios en igual número de días. Por su parte, a fines del siglo IV, San Jerónimo recibió del papa el encargo de corregir la versión latina del Salterio que se usaba en Roma. Lo hizo sobre la traducción griega de los LXX, con algunas imprecisiones. Esta versión se llamó Salterio Romano. Años más tarde encaró una nueva corrección del texto latino sobre la edición de Orígenes. Esta nueva versión se difundió por la Galia, de donde recibió el nombre de Salterio Galicano, y pasó a la Vulgata.  La diferencia de numeración de los Salmos surge al confrontar el texto hebreo por un lado, con las versiones griega y latina por otro, como se muestra en este cuadro: Texto Masorético(Biblia hebrea)   Texto griego (LXX) y latino (Vulgata)  Observaciones  1 a 8  1 a 8 Sin diferencias   9 y 10  (9) Error de la versión hebrea   11  (10)  Un número de diferencia   113  (112)   114 y 115  (113) ¿Error?   116a  (114) ¿Error?   116b  (115) ¿Error?   117  (116)  ... Un número de diferencia   147a  (146)   147b  (147) ¿Artificio para completar 150?   148 a 150  148 a 150 Sin diferencias   En la mayor parte de las Biblias (aunque hay excepciones) se sigue el criterio (mantenido por la Nova Vulgata promulgada por Juan Pablo II) de numerar los Salmos con la numeración hebrea, seguida de la numeración griega - latina entre paréntesis. Así, por ejemplo, el conocido salmo Miserere es el Salmo 51 (50), y el Salmo 23 (22) es el no menos célebre "El Señor es mi pastor". Ahora bien, a pesar de esta doble numeración y pese también a que se tiende actualmente a usar más la numeración hebrea, la Iglesia Católica -en la Liturgia- usa sólo la numeración de la Biblia griega y latina. Esto significa que en los Calendarios Litúrgicos, en el Misal, en los Leccionarios, en la Liturgia de las Horas, en los Rituales, en el Pontifical, etc., cuando se citan salmos, se citan solamente según dicha numeración. Así, por ejemplo, si buscamos en un Calendario Litúrgico o en el Leccionario, el Salmo Responsorial del Miércoles de Ceniza, encontramos "Salmo 50" (el ya mencionado Miserere: "Ten piedad, Señor, porque hemos pecado"); si buscamos el Salmo Responsorial del Cuarto Domingo de Pascua del Ciclo A, encontramos "Salmo 22" ("El Señor es mi pastor, nada me puede faltar"). A la inversa, si la cita dice por ejemplo "Salmo 103" (Salmo Responsorial del Domingo de Pentecostés), estamos seguros de que se refiere al salmo que en la Biblia figura como 104 (103) 

De tal modo que, en la Sagrada Liturgia, no hay mayores inconvenientes. Pero fuera del uso litúrgico, la única manera de evitar equívocos es aclarar a qué numeración de los salmos nos estamos refiriendo. En La Biblia On Line se utiliza la numeración masorética, correspondiente a la Biblia hebrea, para toda referencia no litúrgica, es decir, en la sección El año cristiano y en los envíos diarios de las lecturas.