15 November 2024
 

19 de septiembre de 2014. EL ARMA PODEROSA DEL PERDÓN  El encuentro del primer grupo de víctimas con todos los delegados de las parte de la Mesa de Negociación, países garantes, países observadores y país anfitrión ha dejado un sinsabor en la mayoría de los colombianos,

ayudado por la tergiversación del mensaje por algunos sectores políticos y la manipulación del mensaje por los medios. Al leer la carta que Constanza Turbay escribe (http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/carta-de-constanza-turbay-sobre-el-perdon-de-ivan-marquez/14470979), relatando de una manera profunda y sincera su experiencia en La Habana, no queda otra opción que reflexionar y cuestionar las propias ideas y opiniones sobre el proceso y las visitas de las víctimas.

Mucho se ha escrito al respecto. Que fueron "sometidas" a un "libreto", que existía todo un montaje para esta visita, que se les estaba re-victimizando al enfrentarlas a sus victimarios. Todo lejos de la verdad.

En mi experiencia como psiquiatra he visto que no existe una herramienta terapéutica más efectiva que el poder perdonar. Luego que la persona toma la decisión de querer perdonar viene un proceso doloroso, donde decide dejar su estado constante de victimización y la conducta inmadura que en ocasiones viene asociada a este estado. Es un proceso difícil porque la persona decide perdonar para dar libertad a su corazón, pero por lo general no puede reclamarle a su agresor la causa de su dolor. Son pocas o excepcionales las víctimas que pueden enfrentar a su agresor y reclamarle por la injuria ocasionada. Son muchas las víctimas de actos de violencia de cualquier naturaleza que finalmente han podido perdonar a su agresor pero mucho menor el número de víctimas que son capaces de dejar su dolor de lado para buscar un bien común.

Cada una de estas 12 personas estaban dispuestos a dejar su dolor de lado y buscar un bien común: apostarle a la paz. Ellos no sólo pudieron relatar su historia y su dolor a sus victimarios sino también llevar propuestas para la construcción de la paz. Y este es el mensaje que nos dejan las primeras 12 víctimas que con heroísmo y entrega generosa buscaban "cambiar su dolor por la esperanza de paz", como lo dice Constanza en su carta.

Como católicos creemos en la renuncia a un bien personal para siempre buscar el bien común, es un mensaje central del evangelio. Creemos en el perdón como signo de reconciliación, de libertad y sanación interior y como la llave que nos abre el corazón de piedra a un corazón magnánimo. "¿Cuantas veces hay que perdonar? Setenta veces siete", nos dice Jesús en el Evangelio, y sabemos que esto significa siempre.

Si estas doce personas están dispuestas a buscar la reconciliación a través del encuentro con sus victimarios y en esa entrega heroica de buscar el bien común por encima de un bien particular, ¿Por qué el resto de los colombianos no somos capaces? ¿No queremos todos la paz?

Si, la violencia le ha hecho mucho daño al país. La guerrilla, los paramilitares, el estado y las fuerzas armadas han dejado un sin número de víctimas por todo el territorio nacional. Hemos sido víctimas nosotros testigos de una violencia en algunos momentos atroz, que sin duda alguna nos llenaron de dolor, de resentimientos y de incomprensión y nos dejaron anclados en orillas ideológicas radicales de donde no queremos bajarnos para dar un primer paso y tratar de navegar en el medio.

Pero este es el momento para que amparados en la Verdad del Evangelio, en una coherencia de vida cristiana, seamos realmente capaces de perdonar y amar a nuestros enemigos. Los victimarios son también personas humanas y que por lo tanto, nos interpelan a poder ser luz de Cristo para ellos también.

Danelia Cardona MD MRCPsych. Médico Psiquiatra Directora, Departamento Promoción y Defensa de la Vida  Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia.