29 May 2025
 

 

 

LOS VALORES CONSTRUYEN NUESTRA PERSONALIDAD

RESPETO, TOLERANCIA, PULCRITUD, VIVIR BIEN, GENEROSIDAD, TESTIMONIO DE VIDA, LEALTAD, PUDOR, PRUDENCIA, PERDÓN,

 

La comunicación interpersonal considerada como una relación de centro a centro de la persona para caminar juntos, de manera que cada uno pueda ser él en la línea de su auténtico crecimiento y madurez personal  hacia una transformación de la realidad, se concibe como el diálogo.  Para comunicarse, la persona debe ir esclareciendo en la relación, la imagen que tiene de sí misma y la imagen que se cree que los demás poseen de ella.  Nos comunicamos no solo para reconocer a los otros, sino para ser reconocidos.

 

                En el campo del conocimiento y la integración a la vida social, juega un papel muy decisivo la voluntad de la persona, la explotación de sus propias cualidades, deseos y aspiraciones. El conjunto de todas esas realidades va fomentando en nosotros la personalidad, propiamente se va articulando en nuestra psicología y en la actividades diarias, en el encuentro con el otro.

 

                El diálogo es un espacio decisivo en el conocimiento de los demás, en la formación de unas buenas relaciones, en la capacidad de saber escuchar, respetar y compartir la realidad del otro.  El otro, es un mundo para mí, y mi gran aspiración es conocerlo, compartir sus experiencias, realizarme en torno a los demás.

 

                La personalidad es la clave de todas las realizaciones humanas, es el instrumento de expresión y manifestación del hombre.  Ella es la nave cuyo capitán es el  YO.  pero si la nave naufraga, se va a pique junto con el capitán y su tripulación.

 

La personalidad del hombre determina por anticipado la medida de su posible fortuna

Schopenhauer

   7.             EL CATEQUISTA: UN ENVIADO DE LA IGLESIA

    Arquidiócesis de Ibagué.   Sonriente   Febrero  2011

 

      1. La catequesis un acto eclesial

 

Ø  . Cristo recibió de su Padre el encargo de anunciar la Buena Nueva de la salva­ción. Y esta misma misión se la encomendó a sus Apóstoles. Ellos así lo hicieron y, con los que creían, se fue creando la comunidad de los seguidores del Señor Jesús: «Ellos recibieron la gracia y se bautizaron, siendo incorporados (a la Iglesia) aquel día unas tres mil almas (...). Cada día el señor iba incorporando a los que habían de ser salvados» (Act 2, 41-47). La fe es siempre una decisión libre y personal, pero nun­ca individual e intimista. La opción por Jesús incluye la decisión por vivir en la co­munidad cristiana. Ella es el seno donde se vive la fe y desde donde se anuncia y pro­clama la fe. Es en ella donde Dios continúa hablando, donde continua resonando la voz del Evangelio.