La acción social es el resultado congruente de una misión integralmente cumplida. Hombres nuevos construyen estructuras renovadas, más justas y humanas. Además, el mejor servicio al hermano obre es la evangelización que lo dispone a realizarse como Hijo de Dios, que lo libera de las injusticias y lo promueve integralmente.
¿CÓMO EMPEZAR?- El párroco recibe una jornada de información
- Unido a su obispo, decide asumir el plan en su integridad
- Vive el Reino de Evangelización con otros hermanos sacerdotes
- En lo personal: continúa con sus hermanos sacerdotes el tercer bloque (ojala en Vicaría)
- En la parroquia:
- Profundiza el SINE hasta conocerlo perfectamente
- Forma un “grupo de apoyo misionero” con personas que conoce, a quienes llama personalmente, ojala que no estén comprometidas con grupos apostólicos. El grupo debe ser de unas 15 a 20 personas. En una reunión de una tarde les presenta el plan
- A este grupo les damos el “¿ya lo tienes tú? a uno por uno, haciendo la visita a las casas
- Luego los invito a la casa de reunión “A”
- El domingo, luego de la casa “A”, se hace la clausura
- Con este grupo inicio la casa de reunión “B” (8 semanas)
- Como son pocos, con otras parroquias (tres o cuatro) organizo el Retiro de Evangelización (no más de 60 personas)
- Luego el retiro, doce semanas y está ya lista la primera comunidad vSe estudia con ellos kerigma (cfr. Material de apoyo) como catequesis de la primera comunidad y también el instructivo de casas de reunión 1 y 2 (cfr. Material de apoyo)
- Este equipo es el que organiza la primera misión
- Esta primera comunidad no es permanente, se diluye en las distintas comunidades de los sectores.
- Está centrada predominantemente en el culto.
- El Sacerdote también centra su actividad y su tiempo en misas, bautismos, primeras comuniones y matrimonios. Su papel se reduce a que esté en el templo celebrando toda clase de ceremonias particulares y sentado en el despacho parroquial esperando que lleguen las personas a pedir algún servicio religioso.
- Para los feligreses, este tipo de parroquia es una “estación de servicios” en donde esperan una atención cuidadosa y una respuesta inmediata a sus peticiones.
- La vinculación parroquial solo ocurre en acontecimientos sociales de la vida cotidiana: un nuevo nacimiento, un matrimonio, una persona gravemente enferma, un difunto.
- En la parroquia tradicional, la asistencia reducida (sólo el 10%) de los feligreses al templo para cumplir el precepto dominical se ha vuelto una actividad tediosa y rutinaria. El resto de la semana la vida de los parroquianos se desarrolla al margen de la parroquia.
- Menos del 1% del total de la feligresía pertenece a algún movimiento de espiritualidad o asociación piadosa o grupo de apostolado.
- Muchos de estos movimientos merman el tiempo de por sí acaso del párroco, y exigen una atención importante consiste en misas, conferencias exclusivas, retiros o visitas domiciliarias, El tiempo del sacerdote se hémela así en atender a una masa que nunca ve y en cuidar de unos cuantos que ve demasiado.
- Como la gran mayoría carece de una fe viva y su vida cristiana se reduce a un mínimo cumplimiento, las limosnas y colectas, también reducidas al mínimo son insuficientes para los gastos normales de cada semana. Entonces existe la necesidad de multiplicar misas particulares y realizar bazares y rifas para resolver el problema económico.
- Este modelo de parroquia no está pensado para la gran mayoría que está alejada de la Iglesia.
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Tiene un proceso evangelizador completo, alrededor del cual gira toda la vida parroquial.
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Este proceso es promovido y dirigido por el párroco con ayuda de muchos apóstoles laicos.
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Existe también una pastoral de masas pero, al mismo tiempo, un núcleo cada vez mayor de personas entran en el proceso evangelizador.
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El proceso evangelizador incluye la predicación del primer anuncio, la evangelización fundamental y luego una catequesis de adultos, esta última generalmente en las pequeñas comunidades.
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Estas pequeñas comunidades se reúnen en las casas de algunos de sus miembros. Allí se hace la pastoral de los evangelizados por medio de la oración, la catequesis mutua y el compartir de unos con otros.
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Los evangelizados que viven en pequeñas comunidades participan también en ministerios diversos: evangelización de los nuevos, catequesis de jóvenes y adultos, catecismo de niños, cuidado y atención de las pequeñas comunidades, liturgia, acción social, pastoral familiar, juvenil y de enfermos, rehabilitación, formación de ministerios, etc.
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También colaboran en los trabajos de secretaría, administración y economía parroquial.
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No sólo cuenta con recursos humanos, sino también con mayores recursos económicos: como resultado de una conversión auténtica, los evangelizados se sienten corresponsables de la obra evangelizador y pastoral de la parroquia y por esto dan un aporte mensual más sustancial, directamente en el templo o través de las pequeñas comunidades.
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Este modelo de parroquia se dirige preferencialmente a los alejados y la mayor parte de su acción se desarrolla fuera del templo (casi todo, menos la celebración de los sacramentos, que sigue realizándose en él).
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El fin último de este modelo es la existencia de una parroquia “comunidad de comunidades”.