Vida Espiritual Moral y Eclesial de un sacerdote
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Muy apreciados sacerdotes:
Los saludo cordialmente. No quiero dejar pasar este tiempo de gracia, consagrado por el Papa Benedicto XVI como Año Sacerdotal, sin hacerles llegar algunos pensamientos que por amor me brotan del corazón. Invocamos al Santo Cura de Ars, lumbrera que irradia sobre la Iglesia con sus ejemplos y virtudes, nombrado por el Santo Padre Patrono Universal de los Sacerdotes.
El encuentro con Cristo le ha dado el más dichoso horizonte a nuestra vida. Estamos felices de ser discípulos del Divino Maestro y misioneros de su Evangelio. Estimamos que todo lo de este mundo es basura al compararlo con el don del sacerdocio que nos permite “hacer las veces de Cristo” en medio de los hombres. ¡Cómo enriquece a la Iglesia un sacerdote equipado de las virtudes evangélicas de pobreza, castidad, obediencia, mansedumbre y humildad! (cf. Mt. 11,29). Resulta ser como una joya preciosa. Mucho facilitan el trabajo pastoral las virtudes humanas que son tan apreciadas en la cultura de nuestro tiempo.
Excelentísimo Señor Arzobispo, Monseñor Flavio Calle Zapata, Ibagué Tolima Colombia
RETIROS ESPIRITUALES DEL CLERO DE LA ARQUIDIOCESIS DE IBAGUE