29 April 2025
 

3 Marzo 2013.   Ponencia del Excelentísimo Señor Arzobispo, Flavio Calle Zapata, Arzobispo de la Arquidiócesis de Ibagué, con motivo del primer congreso nacional, sobre San José y la Fe, celebrado en Ibagué, Colombia, durante los días 1, 2, 3 de Marzo.  «Nuestros pueblos nutren un cariño y especial devoción a San José, esposo de María, hombre justo, fiel y generoso que sabe perderse para hallarse en el misterio del Hijo. San José, el silencioso   maestro, fascina, atrae   y enseña, no con palabras  sino con el resplandeciente testimonio de sus virtudes    y de su firme sencillez» Aparecida 274

QUIÉN ES SAN JOSE

Es mencionado 14 veces en los Evangelios, pero hablan poco de él. Su interés está dedicado a dar a conocer al Salvador y su obra. El Carpintero de Nazareth queda en la sombra, a pesar de la delicada     y sublime misión que cumple.  Es cabeza de la Sagrada Familia, esposo de María Madre de Dios, padre putativo y custodio del Redentor acá en la tierra

 

COOPERADOR ÍNTIMO DE JESÚS

Es el santo más grande después de la Santísima Virgen María. Después de María es la persona más inmediata, más íntima, más querida por Jesús.

Vivió para ÉL, dedicado por completo a dar gloria a Dios, siguiendo con entera fidelidad la Voluntad de Dios, cooperador inmediato y estrechísimo en la obra redentora de Jesús, orante y contemplativo, consagrado íntegramente al cumplimiento de la misión recibida.

EL CAMINO DE SU VIDA

Descendiente de David. Hombre justo. Esposo de María por una prodigiosa escogencia divina. Llamado por todos Carpintero de Nazareth y padre de Jesús. Ante el misterio de la Encarnación se comporta temeroso y maravillado, pero el Ángel lo tranquiliza. Va a Belén para el censo. Acoge al Niño Dios en la pobreza y el frío de una cueva de animales. Presenta con María al Niño Dios en el Templo. Huye a Egipto como refugiado para salvar la vida del Niño. Retorna a Nazareth hasta su glorioso tránsito a las manos del Padre

LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ

San José es el santo que todo cristiano debe venerar con devoción particular porque es el protector de la Iglesia, defensor de la vida consagrada y de la familia, patrono de los obreros, defensor de los niños, de las vírgenes, de las madres, de los prófugos y los moribundos.

Es protector de los Seminaristas y Sacerdotes, pues asistió en la tierra al Sumo y Eterno Sacerdote.      Es gran protector de los que a él se encomiendan y le piden ayuda para las obras que agradan a Dios. Obtiene muchísimas gracias, ya que Dios no le dice no en el cielo, a quien le sirvió con todo a Él, aquí en la tierra.   

SAN JOSÉ Y LA FE

  1. San José, llamado hombre justo es poseedor de todas las virtudes. La primera y principal, la base sobre la cual se levanta el edificio de un verdadero hombre de Dios, es la fe. La fe descansa en Dios, en su Palabra, en sus anuncios y promesas.                                        San José vivó de fe. Actuó por la fe, por la confianza y por el abandono total en la Divina Providencia.   

Por su fe San José aceptó siempre las palabras del Ángel como venidas de Dios. Muchos de los anuncios de Dios a José fueron durante el sueño, que es un estado borroso y confuso.                      

Sin la menor vacilación aceptó la maternidad de María, creyó en la divinidad del                         Niño a pesar de su similitud  con todos los niños, huyó a Egipto para salvarlo,                                           regresó a su patria cuando le fue indicado.  

SUS PADRES Y SI INFANCIA

Su nombre, José. Es hijo de la oración de sus padres. Es semejante a María en los orígenes, en la patria (Nazareth) y en las virtudes. Sus padres le brindan la educación de un perfecto judío en religión y en las virtudes humanas.

Circuncidado y presentado al Templo en las fechas indicadas. Su infancia fue un acelerado crecimiento en las virtudes. Sus maestros fueron sus mismos padres. Le apasionaba la historia de los patriarcas y profetas cuyas virtudes imitaba. Aprendió de memoria los salmos y oraba como los antiguos;  7 veces al día.  

SAN JOSÉ FUE PRODIGIO DE SANTIDAD

  1. Es santo ya desde el vientre de su madre. Llegó pronto a los  hábitos más perfectos en toda    las virtudes. Más sabio y santo que todos los patriarcas Más alto en santidad que los mismos serafines. Crecía maravillosamente en el amor a Dios y el prójimo, en la práctica de todas las virtudes, de modo que se volvía cada día más admirable no sólo ante los ojos de los hombres sino de los mismos ángeles.
  1. San José era modelo de judío orante. Los elementos que Nuestro Señor, Maestro de la oración perfecta, tuvo presentes al componer y entregar el Padre Nuestro a los Apóstoles; los escuchó en la oración de San José. José enseñaba a Jesús a orar, pero en ese ejercicio el maestro se convertía en discípulo. José pedía perdón a Dios y perdonaba las ofensas recibidas, oraba por los perseguidores, pedía la venida del Reino de Dios, la liberación del mal y de caer en la tentación de la apostasía. San José dirigía su vida por la Voluntad de Dios que está en los cielos y quería que ese divino querer se cumpliera igualmente en la tierra. Como pobre y humilde pedía el don del pan cada día.

La razón de su santidad consiste principalmente en hacer sido destinado para ejercer, en nombre del Padre Celestial, la patria potestad sobre Jesús y María.

Dios lo hizo digno esposo de la Divina Madre y padre del Hijo de Dios en la tierra.

San José recibe el poder más grande dado a un  mortal después de la   maternidad virginal  de María.

SAN JOSÉ MODELO DE VIRTUDES

  • Vivía de la fe; imitaba siempre a Abraham, modelo consumado de creyente, quien siempre caminó en la presencia del Señor. Vivía de las promesas y oraba por la realización de los anuncios que Dios le hacía por medio del Ángel
  • Tenía gran caridad con los pobres, daba limosnas sin quedarse con nada, daba con alegría, no era apegado a cosas ni a dinero, pedía a sus padres para entregar a los necesitados, destinaba dinero de su trabajo para los pobres 
  • Observaba perfecta castidad y pureza. Evitaba los peligros, mortificaba los sentidos, ofrecía a Dios ayunos y penitencias. Se conservó siempre digno de ser el esposo virgen de la Reina de las Vírgenes

La acción del E.S. lo elevó a la perfección desde niño. Fue dotado de gran criterio, más que un hombre adulto. Recibió el don de consejo. Dejaba todo en oración pidiendo a Dios luces para armonizar las decisiones con su divina Voluntad. Se hizo sabio para aconsejar mediante el contacto con la Torá, su fuente de sabiduría. Conocía perfectamente las Escrituras, la historia, la tradición de su pueblo y la legislación. Todo el que necesite buen consejo debe acudir a San José.

  • El Carpintero de Nazareth es el mayor entre todos los patriarcas y profetas en la historia de Israel que precedieron a Jesús.
  • Sentía un afecto particular por el Templo de Jerusalén en donde pasaba largas horas de contemplación. Presentaba ofrendas generosas al Templo. Pedía a Dios una compañía o amigo fiel con quien pudiera compartir sobre las grandezas de Dios. Pedía a Dios anticipara el envío del Mesías prometido.  
  • Dios puso en su alma una caridad y compasión  altísima por los moribundos. En la agonía se decide la eterna suerte de las personas y los demonios hacen todo esfuerzo por ganar almas para las penas eternas.

Acompañó con admirable dedicación a sus padres en su enfermedad, agonía y muerte. El tuvo la dicha de entregar su alma en manos de Jesús y de María. San José, «terrror de los demonios» , patrono de la santa muerte, debe ser invocado como compañía y defensa de los moribundos.

San José no encontraba explicación a lo que sus ojos veían. Sin embargo el respeto,  el amor y la delicadeza del trato eran crecientes.                     

San José nunca hizo juicios de infidelidad. Para proteger a María decidió dejarla en casa y partir con su alma traspasada de dolor. Dios devolvió la paz al corazón de José por medio del Ángel.

EL DESPOSORIO DE MARÍA Y JOSÉ ES UN ACTO DE FE

María Inmaculada y Virgen por inescrutable designio de Dios, acepta a José como esposo. María asume el proyecto de Dios antes que el suyo propio; es heroica en la obediencia y se abandona en manos de Dios: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra».      

Dos vírgenes se desposan y se dan el trato a la vez esponsal y virginal.

El esposo escogido es  descendiente de David, como María; de 33 años, hombre  guapo y de aspecto agradable  pero de incomparable modestia y gravedad; hombre puro en  pensamiento, en conducta y en sus inclinaciones. El más casto y santo de los hombres; el más grato a los ojos de Dios.

EL SILENCIO DE SAN JOSÉ

  • Toda la misión de José, el Carpintero de Nazareth, su participación en la vida y obra de Jesús, fue un misterio oculto a los hombres. Es ahora el momento de revelarlo al mundo porque es necesario que los hombres lo conozcan, lo veneren y lo amen. El es el poderoso escondido.
  • Dios Padre lo eligió para ser modelo y formador de su Hijo en la tierra, modelo también de todos los hombres. Amó a Dios como ningún judío justo de su tiempo. Dios lo eligió entre los hombres de su tiempo por ser justo, piadoso y fiel.

SAN JOSÉ SOMBRA DEL PADRE

José fue imagen perfecta, sombra y resplandor de Dios. Iluminó a Jesús por el sendero justo.

Lo educó con sabias y santas lecciones de amor, justicia, paz y reconciliación.

José fue el modelo que Jesús imitó en todo por su obediencia total a Dios en la ley mosaica. 

DICHOSO EL TRÁNSITO DE SAN JOSÉ

Jesús y María asisten a José en su enfermedad y reciben su alma al expirar. Tienen intercambio de bendiciones, perdones y despedidas. Dios le concede la más dichosa de las muertes