24 May 2025
 

 

 

¿Cuál es la causa del pecado?

9 Febrero 2013.  Dios nos da la vida, con ella la inteligencia, la voluntad y por lo tanto la libertad; además no ha dotado de una conciencia y una ley natural que está inscrita en nuestro ser, por ejemplo la noción de bien y mal, para que cumplamos con nuestra misión.  Autor: P Antonio Rivero LC | Fuente: Catholic.

Dios no puede ser responsable del mal uso que hagamos de aquello que nos ha dado. El pecado es, por lo tanto, una "iniciativa del hombre", es una negativa a colaborar con el plan de Dios en una circunstancia determinada.

El no querer colaborar con el plan del Autor generará forzosamente desorden en la obra de Dios y las consecuencias de este desorden se revertirán contra el mismo hombre que peca y contra sus semejantes, tal como ya hemos visto.

Pero, ¿por qué pecamos aún cuándo conocemos la verdad?

Causas del pecado

Aunque la causa del pecado es el mismo hombre que abusa de su libertad, haciendo lo que me más le gusta y le agrada, sin embargo, hay unos factores que inclinan al hombre a pecar:

1. El principal es el demonio, que nos presenta realidades desfiguradas como si fueran algo deseable y bueno, aunque realmente sean malas. Provoca al hombre tentándolo. Es un ser inteligente y, por ello, engaña al hombre para que se acerque al mal y no al bien.

2. Carne o concupiscencia: instintos y apetitos humanos desordenados. La carne convierte en pecado realidades que son buenas en sí mismas, dentro del plan de la creación de Dios: convierte el sexo en lujuria, el deseo de buena fama en vanidad, la justa aspiración a poseer lo necesario en avaricia, el amor a la patria en nacionalismo exarcebado.

3. Vicios o hábitos de pecado: repetición de actos malos que hacen más difícil la enmienda. Un hombre habituado a la pereza, a malgastar su tiempo, fácilmente tenderá a rehuir el esfuerzo, a no rendir en su trabajo y estará robando a su empresa.

4. Tentaciones: realidades desfiguradas que aparecen ante el hombre como bienes deseables, cuando realmente son nocivas. Hay muchos campos y pueden ser muy sutiles, internas o externas.

5. Peligros de pecado: situaciones externas que propician el ambiente de pecado: falta de educación, hambre, ociosidad, malos ejemplos, anomalías familiares, influencia de estereotipos sociales. P.e. hoy está muy difundida la promiscuidad sexual juvenil a causa de los modelos de comportamiento que se presentan en el cine, televisión, etc.

6. Atractivos del mundo: poder, riquezas, situación social. Son valores buenos en sí mismos si van ordenados al fin de la propia felicidad, a la gloria de Dios y a la salvación del alma. Sin embargo, cuando se convierten en fines en sí mismos nos llevan fácilmente al pecado. P.e. matar para adquirir poder, hacer trampas para conseguir dinero, arruinar a otros para ganar estatus social, etc.

7. Simple egoísmo o apego desordenado a sí mismo: el que sólo busca satisfacer sus deseos es fácil presa de desviaciones morales. Al contrario, el hombre altruista que piensa siempre en los demás, que vive para Dios...tiene grandes garantías de perseverar en el bien.

¿La tentación es pecado?

La tentación, es sólo una inclinación y que no hay que confundir con el pecado, pues en este último se da el paso. No es lo mismo “sentir que consentir”.

Sentir es una reacción de los sentimientos ante algo que provoca atracción o rechazo.

Consentir es un acto de la voluntad, es una decisión.

No es pecado sentir. Para que haya pecado tiene que intervenir la voluntad. Sólo cuando decidimos aceptar la invitación hay pecado.

La tentación es una sugestión interior, que por causas internas o externas, incita al hombre a pecar. Actúan engañando al entendimiento con falsas ilusiones, debilitando a la voluntad, haciéndola floja a base de caer en la comodidad, la negligencia, etc., instigando los sentidos, principalmente la imaginación, con pensamientos de sensualidad, de soberbia, de odio, etc.

Por ello hay que huir de toda ocasión de pecado, es decir las situaciones que favorecen la aceptación del pecado.

El ambiente nos puede arrastrar a cometer muchos pecados de pensamiento, palabra, obra u omisión, pero nuestras conciencias, si están bien formadas, nos ayudarán a distinguir si nuestros pecados son lo suficientemente graves como para haber roto la amistad con Dios.

Para que sea pecado mortal, deben cumplir con tres condiciones:

1. Materia grave.

Esto se cumple cuando vamos directamente en contra de la ley de Dios, cuando rompemos con el orden establecido por Él. No es que nos desviemos, sino que vayamos exactamente en sentido contrario a las indicaciones que Dios nos da a través de nuestra conciencia y de la ley.

2. Pleno conocimiento.

Sabemos que la materia es grave, sabemos que es una rebeldía contra Dios y aún así elegimos hacerlo.

3. Pleno consentimiento.

Usamos nuestra libertad y nuestra voluntad para hacerlo. Lo queremos realizar conscientemente y no porque algo o alguien nos obliga.

Cuando falta alguna de las condiciones anteriores, entonces se trata de un pecado venial. No nos hace merecedores del infierno, pero debilita la amistad con Dios y nos hace más débiles para luchar con las tentaciones del demonio, del mundo y de la carne.

Un hombre que se habitúa al pecado venial es muy fácil que se acerque al pecado mortal.

Opiniones

1. Laxismo permisivista: todo está permitido al hombre.

2. Relativismo: es la religión del “viste como quieras”, total, todo es relativo, depende desde donde lo mires.

3. Moral de situación: depende de la situación o circunstancia.

4. Liberalismo total: yo tengo mi libertad y puedo hacer lo que quiera.

5. Epicureísmo: es bueno lo que me agrada, es malo lo que me molesta o fastidia.

Malicia del pecado: ¿Por qué mi pecado hiere a Dios?

A) Porque se desobedece a la conciencia que es la voz de Dios que resuena en nuestro interior, mandándonos unas cosas y prohibiéndonos otras. El hombre al pecar desprecia esta voz de Dios.

B) Porque Dios es el fin y felicidad del hombre, y el hombre al pecar toma como fin a las criaturas en lugar de Dios. En todo pecado hay una elección implícita pero consciente en favor de otros fines que no son Dios, de otros fines que Dios ha creado precisamente como medios para acercarnos a Él: el amor sexual, los bienes materiales, la capacidad de juzgar, etc. El hombre prefiere quedarse con los medios y disfrutar de ellos, olvidándose de su verdadero fin, que es Dios.

C) Porque Dios es el Bien Sumo e infinito que se ve rechazado por un bien creado, perecedero y de menor calidad. Deleitándose en bienes que producen placeres efímeros y fugaces, se desprecia el único bien que puede saciar las ansias de felicidad.

D) Porque Dios, siendo el Señor, es despreciado, ya que el hombre al pecar se sustrae a su dominio, no quiere obedecerle. No hay motivos para justificar este rechazo ante la grandeza de lo que se desprecia. Simplemente no lo valora, y esto duele al que hace el regalo.

Consecuencias del pecado

A) A nivel personal: hastío, desánimo, desesperación y ansiedad, falta de paz, idolatría práctica, vivir sin brújula, inmadurez crónica (capricho, egoísmo, soledad).

B) A nivel social: injusticias, explotaciones, estructuras de pecad

Ánimo, amigo, vive la amistad con Dios, como el tesoro más importante. No te dejas robar este tesoro. Echa fuera de tu vida el pecado, y vive la amistad con Dios, transmitida con alegría y ganas de vivir.  

5 Febrero 2013 Confío en Ti, porque eres completamente de fiar. Eres la misericordia sin orillas ni fronteras. Misericordia que ha perdonado, perdona y seguirá perdonando.

Cuanto necesito de esa misericordia y bondad, yo que soy tan pecador. Espero en Ti porque eres la misericordia infinita. Si yo supiera, si yo creyera que tu bondad y misericordia no tienen medida, me sentiría para siempre seguro y tranquilo. Si eres la misericordia infinita, haz que sea también infinita mi confianza. Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic. 

Todo lo perdonas, aun los más horrendos pecados, si hay un poco de arrepentimiento y humildad. No cabe desesperanza en el corazón de los más grandes pecadores. El perdón de Dios siempre es mayor.

Espero en Ti porque eres fiel a tus promesas. Tú cumples siempre. El hombre casi nunca. Por eso tengo la certeza de tus promesas. Un día las disfrutaré de seguro. Mientras alimento mi esperanza.

La confianza tan necesaria...Las penas son grandes a veces y la esperanza no alcanza. Él nos ha dicho: Confiad totalmente en Mí. Nuestra mente nos dice: No saldrás del hoyo. Así piensan los que se suicidan.

Jesús dice: No os preocupéis... Nuestro refrigerador vacío, la tarjeta vencida, los pagos de la casa sin hacer, la falta de trabajo, no tienes remedio...

La mente y los ojos ven, constatan y deciden en consecuencia. No hay remedio. La fe no constata, se fía de un ser omnipotente e infinitamente misericordioso y elige confiar a pesar de todas las evidencias.

 

Realmente para Dios el resolver mis problemas es de risa. No le cuesta nada, nada. Y pensar que sólo depende de que yo haga un acto de fe y confianza. Jesús en Ti confío.

Todo lo obtendréis... Reto a cada uno de mis lectores a que tengan esta clase de fe que mueve montañas. La fe mueve montañas, sí, pero solo las que uno se atreve a mover.

Les decía que para los que no tienen trabajo, y sí muchas deudas empiecen a dar algo de lo que todavía tienen, que pidan por los más necesitados que ellos. Y se llevarán la gran sorpresa, Pero esto sólo lo harán los que tienen confianza en Dios.

Problemas de un esposo, hijo o hija que está tercamente alejado de Dios...Oren con confianza inquebrantable de que Dios les concederá la gracia pedida. Pero deben superar la gran prueba: el no ver resultados durante un tiempo o incluso el ver que la situación empeora. Confiar significa continuar orando con la misma seguridad. Y el milagro llegará. Ha llegado ya para muchos y muchas que han orado con esa confianza.

En el evangelio no hay ni un caso de enfermedad o necesidad que no haya sido atendido cuando Cristo encontró una fe como ésa. La siro fenicia, el Centurión y su siervo, la hemorroísa, el leproso...

Problemas duros: Mi hijo está en la cárcel, estoy en quiebra económica, mi matrimonio anda naufragando...alguien de mi familia se fue a otra religión, o anda muy alejado de Dios... Esas personas tienen un reto magnífico, valiente: La confianza mayor que el problema.

La misma confianza que tienes en Dios, tenla en María Santísima. "Si vosotros que sois malos dais buenas cosas a vuestros hijos.. cuanto más vuestro padre celestial..."

¿Crees que Ella no puede, crees que Ella no quiere? El amor que Ella te tiene es como para darte todas las cosas del mundo, con más razón la pequeña cosa que le pides. Problema de confianza, siempre es problema de confianza.

¿Cómo se adquiere la confianza?

Pidiéndosela a Dios y a María Santísima y ejercitándola en pequeños y repetidos actos de confianza. Confío en que me ayudarás a tener hoy qué comer, cómo pagar mis deudas, como conseguir trabajo, cómo lograr que mi hijo o hija regrese al buen camino...

Hay, además, una fórmula secreta para obtener cosas que uno necesita: y consiste en dar. Parece contradictoria pues, si no tengo, qué voy a dar. Siempre el más pobre puede dar algo de lo que tiene. Al dar algo parece empobrecerse de momento, pero hay una ley que se cumple siempre: el que da, recibe. Claro, al que no está acostumbrado a ese modo de proceder o no lo ha experimentado, le cuesta creerlo. Pero yo le reto a que haga la prueba.

Muchos y muchas de ustedes han dado un ejemplo de esto: comprometerse con una ofrenda de amor mensual sin saber si van tener. Pueden estar seguros que se cumplirá lo del profeta Elías con la viuda de Sarepta: No faltará la harina ni el aceite en tu casa hasta que Dios mande la lluvia del cielo...Y así sucedió. Los que han hecho anteriormente la experiencia, lo saben.

Dejo en tus manos, Señor, mi vida entera: Mi pasado, mi presente y mi futuro. También el día de mi muerte. Yo no sé cuándo será ni cómo pero no importa. Me importa que lo sepan las dos personas que más me aman en este mundo, Tú y tu Madre santísima que es también mía. Por eso no tengo miedo a la muerte.